JW Marriott Bogotá trae una de las fiestas más largas y excesivas para despedir el año. Música en vivo, tragos ilimitados y comida de lujo.
Cuando el ceviche de pescado encurtido en leche de tigre de lulo se encuentra con el lomo alto de ternera en salsa de vino tinto, entiendes que no es una fiesta cualquiera.
Esta es una travesía culinaria de 9 horas que combina lo más audaz de la gastronomía: palmitos encurtidos, espárragos glaseados y trufas de pistacho, servidos en un ambiente que celebra los excesos bien entendidos.
Todo mientras la música en vivo, los tragos y el ambiente te recuerdan que tienes derecho a vivir tu plena indulgencia.
Te hablo de ‘Faltan 5 pa’ las 12’, el mega fiestón y cena de JW Marriott Bogotá, que por $999.0000 te lleva a una verdadera celebración colombiana: tambores de cumbia, porros cadenciosos y la infaltable ‘hora loca’ con sirenas, bailarines y festones.
Será una travesía culinaria de 9 horas —de 7 de la noche a 4 de la madrugada este martes 31 de diciembre— que combina lo más audaz de la gastronomía con una orquesta renombrada: La NeiBand y el entorno más exótico que te puedas imaginar.
HUMMUS, CAUSAS Y TRUFAS
Felipe Bancelin, director de alimentos y bebidas de JW Marriott, tiene un argumento tan sorprendente como justificable: “Delicias que no sabes que necesitas probar, como el humus de remolacha, los espárragos glaseados o las causitas de camarón crocante con guasacaca, aparecen frente a ti como una invitación al placer absoluto”, asegura.
Tal parece que el buffet será una declaración de exuberancia, con pata de cordero, albóndigas crujientes, jamón ibérico recién cortado y trufas de maracuyá orquestadas con pan de cerveza negra y hongos rostizados.
“Primero llegan los espárragos glaseados, luego las carimañolas de queso. Más tarde, el pescado en costra de sal que se sirve mientras te tomas una buena copa de vino”, prosigue Bancelin, invitando al ritual. “Faltan 5 pa’ las 12 es un evento donde los sabores no son solo una parte de la noche, sino el núcleo de una experiencia inmersiva donde el confeti vuela y los cuerpos giran al ritmo de un saxofón en vivo”. ¡Wao!
RUMBA PLENA
Luego de horas bailando cumbia, brincando en la hora loca y brindando sin parar, llega el momento esperado: el caldo de amanecida. “Es el salvavidas que rescata a los más rumberos mientras se toman un descansito”, dice Bancelin. “Calientico, aromático, lleno de costilla de res y servido con fritos del caribe y buñuelitos, es la parada estratégica para recargar energía, echar el cuento de la noche y volver a la pista”.
La estación de postres es el gran cierre de esta noche sin frenos. Una semiesfera de mousse de lychees con compota de arándanos compartirá mesa con una torta de vainilla y triple sec y un extravagante bavaroise de chocolate con guanábanas y mango. Además de tartaletas, torres de trufas y profiteroles rellenos de cremoso de café y pistacho.
Obviamente hay licor. Y del bueno. Desde un Old Fashion hasta margaritas heladas. También gin’n tonic, mojitos, vinos y cerveza, así como el infaltable espumante para el brindis de media noche, con las tradicionales uvas de la cuenta regresiva. Puedes reservar aquí, o al WhatsApp +573102753859
“Con platos que no esperabas, tragos de primera y una pista de baile que nunca se detiene, transformamos una simple celebración en el festín de Año Nuevo más largo, indulgente y alegre de Bogotá”, finaliza Felipe Bancelín. “Querrás que el exceso nunca termine”.
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