Hace casi 27 años, Tim Berners-Lee estableció la primera comunicación entre un cliente y un servidor utilizando el protocolo HTTP que dio origen a la internet que conocemos hoy. En esa época, una página web se cargaba –con buena suerte- en 1 minuto.
Hoy las velocidades son monstruosas. Cada minuto se envían 150 millones de email, se hacen 2.4 millones de búsquedas en Google, 700.000 personas ingresan a Facebook y Amazon vende $200.000 dólares en mercancías online.
El ritmo de crecimiento demuestra que los consumidores demandan más contenidos y presionan por que las velocidades aumenten.
Las tasas son alucinantes. Por ejemplo en Latinoamérica el tráfico promedio por usuario de smartphone crecerá un 38% al pasar de 1,51 gigabytes (GB) en 2015 a 7,63 GB en 2020, según el Cisco Visual Network Index.
El tráfico por consumo de video IP en la región no se queda atrás. Irá de 0,41GB en 2015 a 2,28 GB en 2020, lo que equivale a un crecimiento del 41%.
Este fenómeno obliga a los proveedores a ir varios pasos adelante en tecnologías y servicios a fin de gestionar a alta velocidad ese maremágnum digital.
A este desafío hay que agregar el enorme volumen de datos proveniente de sistemas de análisis de datos, inteligencia artificial y realidad virtual, así como de las interacciones entre objetos, algo conocido técnicamente como Internet de las Cosas (IoT, su sigla en inglés).
VELOCIDAD Y DISPONIBILIDAD
“Estamos ingresando en una nueva era de la comunicación entre máquinas”, asegura Foad Shaikhzadeh, presidente de Furukawa Industrial y vicepresidente de Furukawa Electric, marcas de origen japonés que conjuntamente facturan $10.000 millones de dólares derivados de vender soluciones que aumentan la velocidad y disponibilidad de la información.
Estamos ingresando en una nueva era de la comunicación entre máquinas”.
Para comprender mejor este escenario, Shaikhzadeh pone un ejemplo:
“Aunque muchos conocemos los beneficios de pagar una factura desde el celular, pocos llegamos a comprender los procesos que hay detrás”, dice. “La tecnología sustituye el tener que ir hasta el banco en un horario específico, hacer fila, esperar y –solo después de algunos minutos- ser atendido”.
A simple vista, puede parecer sencillo tener tanto confort; sin embargo, debajo de esa interfaz amigable existe un montón de capas de innovación basadas en centros de datos, miles de kilómetros de fibra óptica, sistemas de seguridad, redes inalámbricas (4G LTE y radiofrecuencia), miles de equipos, aplicaciones y software.
También sucede por una serie de mega tendencias como el Big Data, la computación en la nube, la movilidad y el social business.
ALTA DISPONIBILIDAD
“Todas ellas en continua evolución para dar abasto al crecimiento exponencial de nuestras necesidades cotidianas”, prosigue este ingeniero electrónico que presidió la conferencia anual Furukawa Summit 2016 realizada esta semana en la Isla de Comandatuba (Bahía, Brasil), donde se dieron cita 200 integradores, clientes y socios de negocios de todo el mundo.
Su meta es ambiciosa: lograr que Furukawa sea vista como una organización que ofrece altísima disponibilidad. Para lograrlo, ha venido realizado inversiones en canales de distribución e integración, servicio al cliente, investigación y desarrollo.
Su meta es ambiciosa: lograr que Furukawa sea vista como una organización que ofrece altísima disponibilidad.»
Por ejemplo, invertirá $9.5 millones de dólares en ampliar la capacidad productiva de sus tres plantas de manufactura de fibra óptica ubicadas en Palmira (Colombia), Berazategui (Argentina) y Sao Pablo (Brasil).
CIUDADES DIGITALES
Esta inversión ayudará a que las operadoras de telecomunicaciones y empresas de servicios públicos implementen redes capaces de conectar una infinidad de nuevos sensores y dispositivos, desde televisores hasta sistemas de domótica y seguridad caseros.
También habilitará a las ciudades a volverse ‘inteligentes’. Esto les permitirá consumir menos energía, facilitar el transporte de los habitantes, mejorar la eficiencia y lograr una convergencia entre educación, salud y seguridad de los ciudadanos.
En este escenario, Furukawa ha logrado posicionarse rápidamente en ‘ciudades digitales’. Proyectos como Berazategui (Argentina), Cajamarca y Santiago de Surco (Perú), y Guarulhos, Búzios y São Bernardo do Campo (Brasil) dan fe del fervor que sienten los gobiernos por las smart cities.
Shaikhzadeh sabe que la humanidad está pasando por un inminente período de transformación digital. “Es un camino sin retorno”, dice convencido de que las principales industrias requieren de una infraestructura plenamente disponible de procesamiento y almacenamiento capaz de acompañar ese ritmo.