El Ibis Barranquilla es un modelo de eficiencia en hoteles de presupuesto: A tres meses de entrar en operación ya tiene el 50% de ocupación.
Manuel Riveros, Gerente General Hotel Ibis Barranquilla (Foto Orlando Gómez Camacho).
La hotelería es una secuencia de pequeñas vivencias donde todo debe funcionar con esmero y precisión. El traslado desde y hacia el aeropuerto, la calidad y limpieza del colchón, el desayuno bien preparado, la sonrisa espontánea de los empleados. Todo cuenta. Una falla en cualquier punto da al traste con la experiencia final del huésped.
A pesar de ser una regla que aplica a toda la industria, los hoteles de presupuesto son los que más sienten la presión de cumplirla a cabalidad. Este es el caso del Ibis Barranquilla, que –en solo tres meses de operación- logró posicionarse rápidamente en el rango de $129.000 noche en fin de semana ($45 dólares) a $149.000 pesos noche entre semana ($52 dólares), ambas tarifas impuestos incluidos sin desayuno.
El jueves pasado estuve en su inauguración oficial. Es una torre de 10 pisos y 140 habitaciones que queda pegadita a la Clínica Iberoamérica, justo detrás del Hampton by Hilton y a un par de calles del centro comercial Viva Barranquilla.
“El proyecto hace parte de un plan de expansión donde ADH Hoteles –operadora multimarca del grupo constructor Avintia-, quiere implementar en Colombia y Latinoamérica su conceptualización de espacios que brindan experiencias únicas a los huéspedes”, me reveló Manuel Riveros Beeck, un administrador de empresas de la Universidad Externado que –luego de 18 años en la industria hotelera y catering- aceptó el reto de dirigir este hotel en la capital del Atlántico.
Por ‘experiencias únicas’, Riveros Beeck asocia la cercanía al distrito comercial, médico y financiero de la zona de Riomar, WiFi gratuito, snack-bar 24 horas y estacionamiento incluido. Su restaurante Ibis Kitchen lanzará próximamente un buffet con sopa, barra de ensaladas, plato principal y jugo por $24,900 pesos (casi $9 dólares), “Algo que otros hoteles similares del sector no ofrecen”, recalca. “También somos un establecimiento pet friendly, al aceptar huéspedes con perros de hasta 15 kilogramos”.
Caracterizada como una cadena hotelera del segmento económico, los Ibis vienen en tres gamas según sus servicios y equipamiento: Ibis Rojo, la marca más alta, Ibis Verde (conocido como style) de nivel intermedio e Ibis Azul (para viajeros de bajo presupuesto). ADH Hoteles opera por ahora el Ibis Barranquilla en la modalidad de franquicia, mientras que Accor Hotels (propietaria de la marca) ya fundó cuatro Ibis Rojos en Colombia: Bogotá (en la transversal 6ª con 27), Medellín, Cartagena (frente a las playas de Marbella) y Cali.
SENCILLEZ Y ALEGRÍA
Para ser un hotel de 140 habitaciones se siente muy personal, especialmente por los murales en vinilo que adornan la entrada, el lobby y el restaurante con imágenes de artesanías y costumbres barranquilleras. El comedor hace un gran uso de ventanales que revelan el nuevo norte ampliado de ‘La Puerta de Oro’ y su inmensa actividad comercial y de negocios.
La habitación es modesta y alegre. También está decorada con vinilos sobrepuestos en tonos rojo. Su cama es espléndida gracias a la firmeza y abullonado del colchón “Que es un estándar mundial de Ibis y símbolo inequívoco de la marca”, dice Manuel Riveros.
Se respira sencillez por dondequiera que uno mire. La lámpara de escritorio, las cortinas, el closet. Es más, ni siquiera hay ammenities, esos pequeños artículos de aseo personal que siempre están en el cuarto de baño. Ante mi curiosidad, Riveros Beeck sale al paso: “Encontramos que surtir todas las habitaciones, todos los días, de jabones y tarritos para champú y acondicionador es una tarea desgastante no solo en costos sino también en logística”.
Para reducir costos, la marca los reemplazó por dispensadores de jabón líquido y champú en el lavabo y la ducha. “Queremos dejar de trasladarle un sinfín de costos de operación al huésped.”
“Queremos dejar de trasladarle un sinfín de costos de operación al huésped.”
En ese camino, el Ibis Barranquilla logró lo impensable: en solo tres meses de operación (de febrero a abril de 2018), registró un 50% de ocupación, algo rarísimo en esta industria, que generalmente alcanza un 35% de ocupación luego de seis meses de apertura (El 50% se obtiene luego de dos años). La ciudad de Barranquilla tiene en la actualidad una ocupación promedio del 73%.
Así las cosas, las 70 habitaciones (correspondientes al 50% de ocupación) han venido siendo gestionadas por 28 empleados, tarea que otros hoteles del segmento realizan con 50 empleados.
“Es muy difícil ofrecer el mejor servicio al precio más conveniente”, finaliza Riveros Beeck. “En esta misión, nos hemos vuelto polifacéticos y multifuncionales: No tenemos botones ni room service. Los de recepción deben servir el café cuando el comedor está lleno, los del bar colaboran lavando los platos del almuerzo y los de seguridad mantienen aseada su garita. Es nuestra esencia de hospitalidad y presupuesto”.
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