Las cámaras corporales trascienden más allá de la seguridad para convertirse en dispositivos de monitoreo y servicio al cliente.
Históricamente, los fabricantes han concebido a las cámaras de videovigilancia como meras herramientas del área de seguridad. Sin embargo, durante los últimos años hemos empezado a ver cómo la Inteligencia Artificial aplicada a estos dispositivos, la inter-operabilidad y la integración que tienen con otros sistemas permite generar análisis detallados de la información para poder crear nuevas estrategias con base en la data recopilada.
“Esto nos ha inspirado a seguir trabajando para acercar la industria de la videovigilancia a otras áreas y personal, mejorando las condiciones laborales y productivas en Latinoamérica”, declara Antonio Olmedo Morales, Latam product marketing manager de video de Johnson Controls. “Por ello, hemos trabajado en la fabricación de una cámara corporal que extienda sus usos y beneficios ampliando el rango de acción a áreas donde no solamente la seguridad es requerida, sino también el monitoreo”.
Una de sus más recientes creaciones es Illustra, una cámara corporal WiFi,
transmite video en vivo o grabado —incluyendo audio y ubicación— con anchos de banda de solo 9 Kbps sin perder calidad o sufrir demoras y a través de redes celulares o inalámbricas con grabación continua HD durante 12 horas, todo un alivio para turnos de trabajo prolongados.
«Una de sus aplicaciones es en los servicios de salud. Una vez reportada una emergencia médica, la cámara corporal reduce los tiempos de atención para garantizar el adecuado tratamiento a las necesidades del paciente».
“Es una herramienta perfecta para capacitaciones de procesos y manejo de situaciones de riesgo”, prosigue el ejecutivo. “Además, en lugares de servicio al cliente, esta cámara hace la diferencia al permitir disuadir comportamientos inadecuados del personal que porta la cámara y de los clientes, así como esclarecer eventos que se presenten en tiempo real”.
Antonio Olmedo asegura que entre los países con mayor potencial en Latinoamérica, Colombia tiene gran potencial más allá del sector de la seguridad, con buenas inclinaciones del retail y la salud.
«Otro caso de uso son las tiendas físicas. Una cámara como esta permite que los administradores de tiendas físicas tengan mayor certeza acerca de la cantidad de mercancía recibida en los depósitos y ayuda en el manejo de dinero».
Además, la documentación en video puede ayudar a resolver situaciones en las que no se usa la mascarilla —por ejemplo— problemas con las entregas, transacciones en puntos de venta minorista y otras áreas en las que se puede generar un desacuerdo o un problema. Asimismo, garantiza interacciones más fluidas con el público.
Explíquenos el concepto de disuasión en las cámaras…
Las cámaras corporales son equipos disuasivos por excelencia, lo que nos lleva a reducir entre un 30 y 70% los eventos gracias a que estos dispositivos disuaden a quienes son grabados de cometer actos por los cuales pueden llegar a ser sancionados. Además, permiten tener los ojos en áreas donde antes no era posible.
La capacitación es importante para dejar de ver a las cámaras como equipos de seguridad…
Para nosotros es muy importante acercar las funciones, características y sobre todo los beneficios de nuestras soluciones a los empresarios no solo en Colombia, sino en toda la Región. Por ello contamos con tres puntos físicos de capacitación en Latinoamérica ubicados en México, Colombia y Brasil, así como una opción de capacitación virtual para nuestro equipo de aliados, instaladores y profesionales. Además, desde Johnson Controls trabajamos con un equipo profesional dispuesto a asesorar a los clientes en cada país de acuerdo con sus necesidades y escenarios potenciales, donde las cámaras corporales pueden brindar una función más detallada de los procesos internos.
¿Cómo funciona el botón de alerta?
Ahora bien, aunque estas cámaras corporales están grabando toda la acción que sucede alrededor de quien la porta, su principal objetivo no es transmitir la data de manera constante, sino que, gracias a la inclusión de un botón de alerta, el operario puede dar la alarma en caso de que se genere alguna emergencia. Esta señal activa el video en vivo y la ubicación que es recibida por el centro de control para darle respuesta a esta acción y proteger de manera efectiva y oportuna a quien generó la alarma.
¿Y el cumplimiento regulatorio?
En Johnson Controls nos preocupamos de cumplir con la legislación que tiene cada país y en Latinoamérica, pasa algo muy similar frente a las restricciones o leyes que protegen la identidad de las personas. Por esta razón, traemos al mercado soluciones que cumplen con estándares de calidad y la certificación europea de protección de datos. En el caso de las cámaras corporales Illustra, cuentan con un enmascaramiento de las personas que quedaron en la escena, pero que no están siendo investigadas, protegiendo su identidad. Por otra parte, nuestra tecnología trabaja continuamente en proteger la información que ha sido grabada en los videos y todos los demás sistemas, haciendo que nuestros productos sean ciber-resilientes a ataques.
¿Cuál es su mayor desafío al comercializar estas cámaras?
El mayor reto es abrir la mente de los mercados que no están acostumbrados a ver las cámaras corporales como una solución en sus verticales. Es verdad que es una tecnología nacida para la seguridad en mercados militares o policiales, pero hoy en día —gracias a las innovaciones tecnológicas y a la baja de precios— puede ser implementada en mercados no tradicionales tales como la educación, la salud o la manufactura.
La data recolectada sirve de base estratégica…
Así es, la IA nos ha dado una facilidad increíble no solo para mejorar las soluciones de videovigilancia en general, sino también para tener más detalle y análisis de la data. Estamos frente a herramientas de primera mano para la generación de estrategias corporativas y de marketing basadas en informacio´n y que además permiten disminuir costos y optimizar el servicio.
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