La tercera generación de este icónico modelo de Kia llega con nuevos componentes de diseño, comodidad y seguridad.


Mientras una gran porción de la industria automotriz anda obsesionada en producir crossovers y SUVs, Kia ha venido fortaleciendo su oferta en vehículos de cuatro puertas. Sus más recientes lanzamientos en este segmento incluyen al reluciente All New Rio, al impresionante deportivo Stinger y ahora al estilizado Kia Cerato Vivro 2019.

Presentado ante periodistas de Latinoamérica en la bellísima población de Pucón, Chile y posteriormente en el Salón del Automóvil de Bogotá, esta tercera generación del Kia Cerato atrae las miradas por sus líneas y componentes aerodinámicos, muchos de ellos tomados del Stinger, la súper berlina deportiva con toques rudos y agresivos de la marca coreana.

El resultado: un capó más alargado, cortinas de aire y respiradores delanteros, difusor trasero y un techo que conecta con el baúl de una forma tan sutil que entrega un perfil más atlético.Lo primero que percibí al verlo estacionado en el aeropuerto La Araucanía (Temuco) fue el trabajo de diseño, muy superior a su antecesor. Tiene un perfil esbelto y una postura más agresiva, con la parrilla ‘nariz de tigre’, sus faros elongados y un nuevo conjunto óptico trasero que viene unido por encima de la placa y lo hace ver imponente.

Sus molduras inferiores en acabado negro ‘tipo piano’ mejoran bastante su presencia, ahora más juvenil y deportiva, con nuevas líneas y pliegues en el capó.

Aunque la distancia entre ejes sigue siendo la misma (2,7 mm), la longitud aumentó en 80 mm, para un largo total de 4.640 mm, lo cual resulta en un asiento trasero mucho más espacioso y un baúl de mayor volumen. La altura también aumentó: 1.440 mm.

 

INTERIOR ACTUALIZADO

Por dentro recibió importantes actualizaciones, empezando por el tablero de instrumentos que viene con un diseño mucho más moderno y ordenado, con menos botones y perillas. En la cabina, hay elementos que la hacen lucir más cómoda y elegante, timón acolchado de tres radios, 4 puertos USB, encendido sin llave y luces de activación automática.

Los asientos delanteros traen detalles en cuero y espuma densa que dan buen soporte a la espalda y a la parte inferior del muslo. Esto es una bendición especialmente en viajes largos, donde hay poco desgaste para el conductor.

El primer día conduje por una hora hasta el Lago Villarrica; al día siguiente partimos hacia Ojos del Caburgua y Termales del Huife, a tres horas de distancia. La experiencia de manejo fue increíblemente cómoda, incluso al transitar por las estribaciones del Volcán Villarrica, por una carretera con tramos destapados y enormes baches. Sin embargo, en algunas ocasiones, la dirección me resultó un tanto pesada y dura de reaccionar, especialmente en terreno ondulado.

La altura del techo en la parte trasera es mucho más generosa comparada con la segunda generación del Kia Cerato. Me sentí en una de las cabinas más confortables y espaciosas de su clase, con buen espacio para la cabeza adelante y atrás.

La visibilidad al exterior es buena ya que el capó cae rápidamente fuera de la vista, mientras las ventanas laterales traseras hacen bien su trabajo al reducir los puntos ciegos.

Su perfil tipo fastback le confiere una amplia vista hacia atrás y cualquier sorpresa puede subsanarse con el monitor de reversa incluido en ambos modelos.

 

ANDROID AUTO Y APPLE CARPLAY

Aunque viene con salidas de aire acondicionado, la parte trasera no incluye opciones de carga para el celular o laptop (USB o 12V). Hablando de celulares, hay un sonido más sofisticado con 6 bocinas y compatible con Android Auto y Apple CarPlay.

¿Para qué sirve esto? Solo conectas tu iPhone y puedes usar Spotify, obtener indicaciones de ruta, recibir mensajes o escuchar podcasts, todo, desde una pantalla tipo tablet de 8 pulgadas ubicada al centro.

Para eliminar la necesidad de cables, dispone de una bandeja de carga inalámbrica ubicada al centro de la consola. Es compatible con los últimos modelos de Apple y muchos Android.

 

SEGURIDAD

Muchos automovilistas no lo saben, pero Kia ha puesto un empeño enorme en la protección del conductor y los pasajeros. Su chasis viene reforzado y –ante un impacto-, la carrocería reacciona con una ‘deformación programada’.

La lista de seguridad es amplia: control de estabilidad (ESC), asistencia en pendientes (HAC), airbags laterales y de cortina (2 delanteros), así como un sistema de detección de tráfico cruzado (RCT) y detección de punto ciego.

Viene en dos versiones: Zenith, con transmisión automática secuencial (COP 69.490.000) y Vibrant, con caja mecánica de 6 velocidades (COP 63.990.000). Su garantía: 7 años o 150.000 kilómetros.

 

1.6L DE 126 CABALLOS

Durante la presentación, los ejecutivos de Kia se esforzaron por resaltar que se trata de un Kia Cerato totalmente nuevo y no de una simple renovación. Al mirar el Cerato de segunda generación y comprarlo con el nuevo Vivro, queda claro que los dos no comparten ningún detalle de la carrocería.

Sin embargo – al menos para Latinoamérica-, el motor no cambió. Sigue siendo el 1.6L de 130 caballos de la generación anterior. De momento quedan descartadas para la región las versiones 2.0L de 147 caballos y el imponente 1.6 turbo de 204 caballos.

La respuesta del motor es progresiva. No es precisamente para arrancar a los piques, sino que su aceleración es de forma lineal. Es un poco plano hasta las 2.000 rpm, pero cuando llega a las 4.000 rpm la cosa se pone sabrosa y es cuando se logra exprimirlo al máximo y disfrutarlo, al menos en el modelo de caja automática.

Es muy flexible y se siente bien tanto en bajas como en altas revoluciones. Además, puede configurarse según el estilo de conducción: hay modos Normal, Sport y Comfort.

Finalmente, Kia quiere que el Cerato Vivro 2019 se visto como un carro pensado no solo para los millennials, sino también para gente de la generación X y los baby boomers. Aunque esa clasificación puede sonar excluyente, lo cierto es que los elementos de estilo, equipamiento y seguridad son suficientes para atraer a compradores de cualquier generación.