En Sofitel Bogotá, la pavlova fue rediseñada con toques aromáticos y un balance sorprendente.

Luisa Fernanda González, Sofitel Bogotá.


“Un postre entre salado y dulce, crocante y líquido, aromático y frutal”, me dice, convencida, Luisa Fernanda González. Habla con la confianza propia de una chef pastelera que lleva más de 7 años complaciendo la indulgencia de clientes en renombrados hoteles y restaurante colombianos.  Alguien cuya autoridad le permite hablar de la pavlova por horas.

González habla de su eterno amor por encontrar un lenguaje gastronómico que desemboque en una escuela perseguida por muchos: el equilibrio de sabores. Un estilo propio que la ha llevado a transformar las tartas, bretonas y cheese cakes en inmensos placeres. Algo similar sucede con las magdalenas, petit fours y mousses que son el sello de la pastelería francesa.

No han pasado ni dos minutos de la charla cuando ya le estoy clavando el diente a un buen trozo de pavlova. “Es tan frágil por fuera como potente por dentro”, sale al paso Luisa Fernanda. Una corteza en forma de rosa elaborada con merengue y rellena de sabores explosivos y refrescantes.

 

Meterle el tenedor hace que tienda a desbaratarse. Al fin y al cabo, ¡esa es la idea del merengue! Máxime cuando las florecillas comestibles invitan a seguir probándolo una y otra vez.

Como muchas otras experiencias en Sofitel, este postre es tan francés como colombiano, ya que aquí se le llama merengón. Pero ¿Cuál es la diferencia? Luisa Fernanda lo resume en una sola palabra: azúcar.

Es que la receta del Sofitel no solo viene más light en términos de dulce, sino que además incorpora yerbabuena, albahaca y pimienta rosada. La potencia se nota y el picor le da un toque chic.

 

 

“Desde el principio de mi carrera me propuse hacer una pastelería más balanceada”, revela. Y a fe que lo ha logrado pues los postres dulces se vuelven hostigantes y monótonos. “La idea es que tenga algo dulce, algo crocante, algo aromático, algo frutal y de pronto algo picante. Ese balance invita a seguir probando”, dice.

Cuando ya casi no queda nada en el plato —ni café en la taza— Luisa Fernanda salta de satisfacción al asegurar que de ahora en adelante, cada uno de los postres del hotel tendrán ese nivel de balance. Será un estándar de cocina.

Pásate por el Sofitel Bogotá Victoria Regia y pregunta por ella y sus creaciones. La pastelería y el maridaje con un buen café, lo valen.

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