Alpina y Del Alba se unieron para promover la sostenibilidad alrededor de un producto que aún no tiene competencia: yogur con macadamia.

Santiago Peláez, Alpina.


¿Que puede salir de una alianza entre Alpina y Del Alba? La respuesta va más allá del yogur griego macadamia lanzado esta semana entre ambas empresas. Se trata de un espaldarazo inusual al sector rural y también una nueva forma de promover la sostenibilidad a través de las cadenas de abastecimiento.

Sin embargo, lograr tal objetivo no es tarea fácil, especialmente a la hora de crear productos realmente innovadores que fomenten el desarrollo del agro.

Este es el caso del ‘Yogur Griego’ con macadamia, una nuez famosa por su valor nutricional y delicioso sabor que es cultivada por Del Alba en Circasia, Quindío bajo las manos atentas de 213 colaboradores.

La sinergia entre lácteos y nueces es precisamente la que puede ayudar a ambos negocios a ser más sostenibles. Pero, ¿Cómo se logra tal cosa? Santiago Peláez, vicepresidente de mercadeo de Alpina, tiene una aproximación: “Esta alianza nos permite seguir apoyando a los productores locales, impulsar el desarrollo del campo colombiano y seguir agregando valor a nuestros consumidores por medio de productos deliciosos, nutritivos y saludables”.

La propuesta se basa en ofrecer herramientas para que los productores locales crezcan de manera rentable y sostenible, un camino en el cual Alpina tiene experiencia, ya que incorpora a 246 agricultores y 3.500 ganaderos de todo el país, los cuales proporcionan –en su mayoría-, leche y frutas.

La firma de Sopó, saca pecho además por dar trabajo a 260 mujeres cabeza de familia, a quienes les compran sus cosechas de fresa, mora y guanábana.

La cosa se redondea convirtiendo en socios a los mismos agricultores, como Del Alba, lo cual no solo ayuda a formalizar los negocios, sino además tecnificar los procesos y comercializar masivamente los productos.

Y por masificar me refiero a que un agricultor aliado puede estar en cuestión de semanas exhibiendo sus productos en el canal retail y miles de tiendas de barrio,  donde Alpina tiene espacios naturales.

Es una vuelta de tuerca al negocio lácteo y una ayudita extra a las comunidades que viven de sus cosechas. El nuevo yogur va en ese sentido: “desarrollar un país cada vez más sostenible”, remata Peláez.