La UNGR y el Comité de Playa tienen sufriendo a los hoteleros, restaurantes, bares y comercio por los retrasos en la apertura de las playas en Cartagena de Indias.
Liliana Rodríguez Hurtado, directora ejecutiva Cotelco Cartagena y Bolívar.
El proyecto de protección costera en Cartagena de Indias se ha convertido en un problema apremiante que está perjudicando al sector turístico. Las playas, uno de los principales atractivos para quienes buscan sol y mar en La Heroica, están siendo afectadas debido a los retrasos en el proyecto.
Inicialmente programado para finalizar en noviembre de 2022, este proyecto se encuentra en una parálisis que ha llevado a la suspensión de las obras que no están relacionadas con las Playas 4 y 5, a pesar de que se debieron haber entregado en enero de 2023.
En un encuentro con medios y agremiaciones realizado en el Hotel Sofía, la semana pasada, la directora ejecutiva de Cotelco Capítulo Cartagena y Bolívar, Liliana Rodríguez Hurtado, expresó su preocupación por la falta de avances y la necesidad de una pronta conclusión de las obras.
Nuevos espolones ubicados frente a las playas de Bocagrande (Foto: Alcaldía de Cartagena de Indias).
Y no es para menos, puesto que la demora ha generando daños colaterales considerables. Por un lado, los turistas que eligen Cartagena como su destino vacacional se encuentran con playas restringidas y cerradas, con la horrible ‘polisombra’ verde que impide su acceso.
GOLPE A LOS HOTELES
Mientras que por otro, los hoteles —especialmente los ubicados en las playas 1, 2, 3, 4 y 5 de Bocagrande— comienzan a experimentar cancelaciones. “Esto representa un duro golpe para el sector hotelero, que se ve en la necesidad de compensar a los visitantes insatisfechos”, precisó Rodríguez.
“Además”, prosigue la directora, “La imagen de la ciudad se sigue deteriorando debido a las restricciones y la falta de un adecuado ordenamiento de sus playas. Es un círculo vicioso”.
A pesar de que la obra de la Playa 5 —ubicada sobre la Carrera 1ª entre calles 12 y 13— ya fue culminada, aún no ha sido habilitada para los bañistas. “Llevamos 8 meses y la afectación es palpable”, clama Liliana Rodríguez. Esta falta de acción se repite inexplicablemente en las Playas 1, 2, 3 y 4, cuyas obras aún no terminan.
Hotel Hyatt y centro comercial Plaza Bocagrande, frente a la Playa 5 (Foto: Booking.com)
Son muchos los hoteles damnificados por este absurdo, incluyendo a Hyatt Regency, Estelar, Decamerón, Holiday Inn Express, Capilla del Mar y Almirante, entre otros.
MARAÑA DE TRÁMITES Y AUTORIZACIONES
Ante este triste panorama, Rodríguez propone establecer comités de gerencia y coordinación entre las diferentes instituciones y actores involucrados para garantizar una ejecución eficiente y articulada del proyecto, especialmente para resolver los límites establecidos por la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo, la DIMAR y el Comité de Playa Local. Un entuerto que se ha tirado la ocupación hotelera en Bocagrande.
Como lo explicó a la periodista Angélica María Cassiani, W RADIO, el director de obra del Consorcio Proplaya, Juan Carlos Monzón, el atraso “se debe a la falta de articulación que tiene la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo (UNGR)”.
SECUENCIA BUROCRÁTICA
Es una secuencia burocrática en la que participan como mínimo 6 actores: El constructor entrega la obra a la interventoría, quien revisa el cumplimiento de diseños y acredita la condición de uso.
Obras de recuperación costera frente a la Carrera 1ª en Cartagena de Indias. Al fondo, rascacielos de Bocagrande. (Foto Cortesía Alcaldía de Cartagena de Indias).
Luego se le pasa a la UNGR, que encarga a un contratista para hacer mediciones de corrientes. Esas mediciones se entregan a la DIMAR. Si la DIMAR no tiene reparos, se pasa al Comité de Playa, quien ordena la apertura.
“Ese Comité ordena la apertura de la playa, desde que nosotros terminamos a dar la apertura de la playa se puede dar 6 meses”, aseguró Juan Carlos Monzón a W RADIO.
Avance de obra de recuperación costera en Cartagena de Indias (Foto: Alcaldía de Cartagena de Indias).
Aunque las iniciativas para frenar la erosión costera contribuyen a la sostenibilidad ambiental, también es cierto que ayudan al bienestar económico de los actores turísticos circundantes incluyendo bares, restaurantes, comercios y hoteles. Si las obras fallan, el resto de la cadena sufre los efectos y es quien paga los platos rotos.
“Esperamos que el Gobierno nacional y el Gobierno local fijen sus esfuerzos para sacar adelante este proyecto a la mayor brevedad”, finalizó Liliana Rodríguez.
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