Con un factor de ocupación récord del 84.3%, Latam no solo expandió rutas y capacidad, sino que maximizó la eficiencia operativa como nunca antes.
Los ojos de la aviación civil se enfocaron hoy en los 82 millones de pasajeros que Latam transportó en 2024, lo que marca un hito histórico para la aerolínea.
Pero hay algo más interesante —casi oculto— entre las cifras: la eficiencia con la que lo lograron. ¿El dato? Un factor de ocupación del 84,3% en el año.
¿Qué significa esto? Que en cada vuelo Latam aprovechó mejor sus asientos que nunca antes, optimizando operaciones y —muy posiblemente— sus márgenes de operación.
Este número cobra aún más relevancia si lo comparamos con 2023. De pronto, subir 1,2 puntos porcentuales puede sonar insignificante, pero cuando estás manejando millones de asientos y docenas de rutas —internacionales y domésticas— cada decimal vale oro.
Es como si cada vuelo que operó Latam logró rasguñar más ingreso por avión, ajustando la oferta a la demanda casi-casi, con precisión quirúrgica.
¿Y cómo lo hicieron?
Aquí es donde entra lo interesante: durante 2024, Latam no solo se dedicó a llenar vuelos; fueron capaces de construir un escenario en donde cada asiento disponible estuvo realmente en juego. Aunque suene obvio, no lo es.
Algunas pistas del éxito:
- Nueva oferta, nuevo público. Las rutas internacionales lanzadas en 2024 abrieron el acceso a destinos clave como Montego Bay en Jamaica o Bariloche en Argentina. Esto abrió la cancha de juego, apuntando a nuevos perfiles de viajeros y diversificando riesgos.
- Ajuste finito en vuelos domésticos. Mientras el crecimiento de rutas internacionales fue bueno, no dejaron que los mercados domésticos —entre Chile, Brasil y Colombia— flaquearan. Ello significó ajustes continuos en horarios, frecuencias y disponibilidad para mantener ocupaciones estables, incluso en trayectos cortos.
La ocupación como indicador estratégico
A veces pensamos que llenar un vuelo es un mero asunto de marketing o promos. Sin embargo, aquí el factor de ocupación estuvo profundamente ligado a decisiones estratégicas: ¿Qué rutas debes operar? ¿En qué horarios es rentable? ¿Cuándo es mejor sacrificar asientos para maximizar carga?
Latam entendió esto a rajatabla y lo aplicó con un grado de planeación que nos deja entrever que 2024 no fue una casualidad.
Por si esto fuera poco, Latam creció un 10,9% en diciembre en relación a igual mes del año pasado, en capacidad consolidada. Esto fue impulsado, “principalmente, por un aumento del 16,1% en la oferta internacional del grupo”, declaró Roberto Alvo, su CEO.
“En términos anuales, LATAM incrementó su capacidad consolidada en un 15,1% en comparación con 2023, en línea con el último guidance de crecimiento actualizado que informamos en octubre pasado”, destacó el directivo.
El reto es ahora mantener ese 84,3% mientras siguen expandiéndose. La mayoría de las veces, en la aviación comercial crecer suele significar dejar vacíos asientos en rutas nuevas hasta que —con el tiempo— se consolidan.
Lo verdaderamente importante es el talento, como bien lo resalta Roberto Alvo, “es que estos logros son el resultado del esfuerzo, compromiso y dedicación de las más de 38 mil almas que forman parte de Latam”.
EQUILIBRIO Y CRECIMIENTO
Pero si Latam logró tal nivel de precisión en un año ambicioso, ¿qué podemos esperar de ellos en 2025?
Más allá de los números fríos, lo que destaca de estos numeritos no es solo cuántos pasajeros llevaron, sino la mentalidad detrás de todo esto. Apostaron al equilibrio: y al crecimiento. También a la eficiencia.
Y ahí hay una lección que no solo es válida para aerolíneas, sino para cualquier negocio que quiera moverse en mercados altamente competitivos.
Para 2025, la pregunta es si Latam podrá superar no solo los números de pasajeros, sino este récord de ocupación que, silenciosamente, habla más fuerte que todo lo demás.
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