En estos tiempos de cambio, en donde los niños, no van a la escuela, los adultos trabajan desde casa, y las noticias nos preocupan, es importante hacernos la reflexión sobre el aprendizaje que nos presenta la pandemia y la vida. ¿Qué nos está enseñando? ¿Qué has aprendido de estos días de aislamiento? ¿A qué tienes miedo? ¿Qué pensamientos llegan a tu mente? ¿Cómo ha sido la convivencia con tus seres queridos?.
Es por ello, que en este tiempo de mirar hacia nosotros mismos, es clave apreciar aspectos como la oración, la conexión con la fuente divina, para mi Dios, el agradecimiento, valorar el silencio, la sonrisa de nuestros seres queridos, el abrir los ojos cada día, y darnos cuenta de que estamos vivos, disfrutar desde la ventana, el movimiento de las hojas de los árboles, los latidos de nuestro corazón, los alimentos que tenemos en fin… Y en esa danza de apreciar, hacer conciencia de la forma como gestionamos las emociones, para sobrellevar este tiempo extraordinario en donde todo ha cambiado y la dinámica de la vida cotidiana, afuera se ha pausado.
Es quizás un instante para la expansión de conciencia, para recordarnos el valor de la solidaridad, de que no solo nos quedamos en casa para proteger nuestras vidas, sino preocuparnos por la vida de otros: las personas en condiciones de vulnerabilidad, aquel que no tiene un techo, comida, y necesita que lo cuiden.
Es un tiempo, para repensarnos y poner nuestros dones y talentos al servicio de la humanidad, pero con todo la energía, entusiasmo, pasión, y entrega, valorando el trabajo de otros, que a veces, en esa rutina que se ha pausado, ( vida mirando para afuera), se subvaloraba, por creer que lo que hacíamos era mejor que lo del otro, cuando todos sin excepción, cuentan con habilidades únicas.
Quizás sea la ocasión para que en vez de criticar y devaluar los dones, talentos y servicios de otros seres humanos, comprendamos que cada persona en ieste planeta es vital, para nuestra sobrevivencia, la señora que nos hace el tinto, la persona que corta el césped, los trabajadores que limpian las oficinas, los que trabajan recogiendo las bandejas y limpiando las mesas en las zonas de comida de los centros comerciales, los vigilantes, que hoy no se quedan en sus casas, sino que vienen cada día, a los edificios, el campesino que cultiva la tierra, y nos prodiga de alimentos, los médicos, enfermeras, y todo el personal que labora en hospitales, los científicos, en fin a todos aquellos héroes silenciosos.
La lista es larga, esto para recordarte que sin los talentos de otros seres humanos, el progreso y tus talentos no se podrían expresar. Estamos conectados, en un mundo sistémico, en donde para que las grandes multinacionales, empresarios y sociedades progresen hay millones y millones de personas, poniendo sus dones y talentos con los que nacieron al servicio de la humanidad.
Somos más que seres humanos caminando desconectados el uno del otro, como nos hace creer la mente dual (ego, de que estamos separados) Es tiempo de apreciarlo todo, hasta aquel que se ha convertido en tu enemigo, pues has sacado tu fuerza.
Es un instante para reflexionar sobre el valor de las personas, apreciar todo lo que vida nos regala. A veces, de manera inconsciente algunos jefes, líderes, empresarios, consideran que la forma para lograr resultados con sus colaboradores es por medio del maltrato, amenazas, gritos, eso, se llama (violencia silenciosa). Existe la creencia de que la gente se puede cambiar como una pieza del ajedrez, es hora de e reflexionar sobre lo que las personas representan en las compañías, ya que el alma de las empresas no es el mobiliario, ni sus edificios, sino las personas, y a veces, a esas personas no se le da el valor que merecen. El capital humano, es quizás, uno de los activos más valiosos a atesorar, sin él no existirían, empresas, ni estados, ni países progresando y evolucionando.
Así que te invito a reflexionar e ir más allá del miedo, a cuidarte del contagio emocional, a pensar y mirar la vida con fe y esperanza, de que arriba el todopoderoso, la fuente divina nos cuida y nos ama sin condiciones. Llegó la hora de volver hacia nuestro interior, y de abandonar banalidades para unirnos como ciudadanos y construir un mundo, en donde la solidaridad conmueva corazones, y los colores del firmamento, sean lo que inspiren el deseo de actuar, de hacer el bien, donde la sonrisas conquisten almas y en cada rincón del planeta, se respire el aire de los nuevos vientos de cambio, en donde los niños sean amados, cuidados y respetados de verdad, y se practique el privilegio de dar, lo mejor de nosotros sin condiciones.
Es el momento de valorar cada regalo que la vida nos ofrece. De volver a recuperar la capacidad de asombrarnos y sorprendernos con las cosas simples, como la puesta del sol, el sonido del agua, el encuentro con otro ser humano, un saludo, un te quiero … y de apreciar cada instante que estamos con nosotros mismos. En vez, de seguir en la corriente del miedo, del contagio emocional, donde el miedo del uno se pega al otro, en hacer consciencia, que ya el juego de la culpa, la crítica y el afán de poder absoluto, no dejan más que sufrimiento.
Recuerdo que el otro día, antes de que se anunciará la pandemia, un par de jóvenes se subieron a cantar en el transporte público, y su mensaje fue tan bello, que aplaudí un buen rato. Su mensaje rezaba así: sueño con un planeta, donde los seres humanos cuidemos de otros, donde exista paz, y progreso. Sueño, con un planeta, donde la igualdad, la conciencia de cuidar del otro, se respire en todos los rincones. En donde en vez, de salir a cuidar nuestras pertenencias, construyamos un mundo, en donde la tolerancia, la comprensión, humildad, generosidad y el amor transformen vidas.
Desde mi corazón sueño, visualizo e imagino, titulares de prensa, que hablen de que la vida se ha impuesto y ha sido la gran triunfadora, en este tiempo extraordinario del coronavirus, que nos invita a elevar nuestra conciencia y a comprender que somos vulnerables y que serlo, es otra cualidad del maravilloso don de la vida. En donde podamos ampliar nuestra mirada, no aquella relacionado con los ojos, sino la tiene que ver con la forma como interpretamos las cosas de manera consciente, sin que el ego, las creencias heredadas y los juicios nos ganen la carrera.
La pregunta del Coach : giovannafuentes@yahoo.com
¿Cómo has manejado el miedo?
¿Qué has aprendido de estos días de cuarentena?
¿Cómo ha sido la convivencia con tus seres queridos?
¿Qué actividades has realizado para convertirte en una mejor versión de ti mismo? cosas pequeñas, pasos simples, como hacer ejercicio, meditar, mejorar el uso de las palabras, aprender algo nuevo, ser más compasivo contigo, leer un libro que te apoye a crecer, trabajar con disciplina, darle de comer a alguien que lo necesita, donar tu tiempo, regalar una sonrisa, buscar espacio para el silencio, orar por la salud de la humanidad, orar para que el espíritu santo ilumine a los líderes y gobernantes del planeta.
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