Crecimiento acumulado y convergente en los sentimientos
Empezamos semana, ya casi de las últimas del año. Durante esta, habrá fiestas corporativas, reuniones, novenas navideñas, buñuelos, clausuras y supongo (y espero) almuerzos deliciosos. Se vislumbran cierres, workflows, workshops, brainstorms y demás actividades gerenciales necesarias para ya acabar todo con el pie derecho. El dólar está a 3.011,20, marcando indicios de cómo cerrará el año. Se acaba el año 2017 y prácticamente, ya en esto, estaremos en el 2.133 y tendremos 154 años de vida. Hubo el jueves pasado día de velitas, japonesas y no japonesas, con cierres de julios del 24 al 6.106%.
Dentro de varios proyectos que tengo, hay uno referente a avanzar con El Capital en el siglo XXI, un libro extenso e interesante. Se alterna ahora con libros de Paula Hawkins y, bueno, trata sobre la historia de la desigualdad, por un lado entre los países y por otro lado entre la gente. Hay factores que ayudan a la convergencia y otros que ayudan a aumentar la divergencia. Está la ley del crecimiento acumulado y algo que me gustó es que mencionan todos los factores de crecimiento demográfico.
Entre varias cosas, Piketty dice que el mundo parece haber entrado en una fase de convergencia entre países ricos y pobres. Vamos a ver; está también algo esencial y es el desarrollo del Capital Humano. Es un extensa investigación este libro, lo recomiendo.
Y continúo con la nostalgia por la vida de Claude Monet. Perdió a su hijo, dos esposas, fue perdiendo la vista, en fin. En sus cartas decía “sé lo que valgo, sé lo que vale mi arte”. Qué nostalgia, por Dios.
Valorémonos todos: que haya color, velas, que haya crecimiento acumulado de sentimientos y que haya menos divergencia.
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