Ayer, ya primer día hábil de abril, vi que el dólar se devolvió un poco y cerró a 2.808 pesos. Desde el inicio de la mañana empezó a subir y, bueno, recuperó un poco la bajada de días anteriores. Respecto a los Tes, estos se demoraron un poco en alcanzar fuerza, algo normal luego de tanto recogimiento. Ayer, para sopesar tanta pasión que sentía en mi interior, me sumí en la expectativa de averiguar qué muñeco vendría en un huevito de pascua de chocolate que me regalaron. Venía adentro Blanca Nieves con todo y castillo (aunque sin enanos).
Luego, en una importante reunión, se habló de la amplia liquidez que existe en el mercado, una liquidez que da para prestar plata y para comprar títulos del gobierno. Estamos en una coyuntura de amplia liquidez y de grandes contribuyentes. Se habló también de que podría haber dos aumentos más en las tasas de interés de Estados Unidos. También oí, de parte de un amigo, un término que jamás había oído: spreads invertidos. Amigos, lectores, señoras y señores, si se invierte un spread, entonces se puede invertir cualquier cosa.
Algo que leía ayer me dejó pensando. Sigo con mi libro “lo que no sé de los animales”, de Jenny Diski, el cual es un ensayo, no es una novela, es un libro para ir consultando poco a poco. Ahí ella plantea que tal vez los animales allá en el África, en su hábitat, los leones, elefantes, hienas y demás, actúan de una forma y cuando ven un humano o algo extraño como una cámara o una luz, actúan diferente. ¿Será que sí y será que no sabremos nunca cómo actúan en verdad?
Me encantaría conocer sus opiniones al respecto.
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