El sábado pasado estuve en la premier de Christopher Robin, una hermosa película de Disney que estrenarán el jueves 2 de agosto. Debo decir varias cosas: la forma en que habla Winnie the Pooh es demasiado hermosa, es épica, hay una escena memorable en el tren, un red balloon, hubo bastantes lágrimas, ternura, es en el Londres de los años 40, tiene muchos mensajes bonitos y es una película que me proporciona más argumentos, aun más armas, para corroborar qué es lo más importante en la vida, qué es lo inamovible. El presente está aquí, exactamente al frente de todos nosotros. Sigo tirando datos: tengo una bufanda roja exacta a la de Piglet el cerdito (es la misma), el protagonista es Ewan Mc Gregor (el de Trainspotting) y tiene todos, absolutamente todos los elementos para convertirse desde ya en un clásico. Es un futuro clásico. De verdad, no se la pueden perder: hubo palomitas, chocolatinas Jet y sí, lo confieso, es delicioso llorar de vez en cuando.
Haré un viraje en el tema aquí en La vida en Finanzas. El Banco de la República dejó las tasas quietas al 4.25% y estrenó co-directora, no ocurrió nada raro al respecto, además salió un dato importante en el mercado laboral: esperaban que el desempleo urbano fuera 10.3% y quedó en 11.1%. Es como que el empleo se hubiera perdido, o más bien se hubiera ido a dar una vuelta, al Bosque de los cien acres. Esperamos que se aparezca por acá nuevamente.
Hay gente que pierde la magia, voluntaria o involuntariamente. Lo que no podemos permitir nunca es que esa magia nos la sea arrebatada, nadie nos la puede quitar.
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