A Luis Maldonado, el creador de Megatecnicentro, lo conocí porque asistimos juntos a La Escuela de Riqueza, un ejercicio de reflexión personal que hicimos el primer semestre de 2016 con el genio del servicio, Iván Mazo Mejía.
Siempre llegaba con su esposa Catalina y varias veces los expositores lo pusieron como ejemplo de perseverancia, de tesón, de superación, así que me interesé por conocer un poco más su historia.
Dos meses más tarde, lo visité en un taller de mecánica llamado Megatecnicentro, ubicado a media cuadra del Centro Comercial Premium Plaza, en Medellín. Y de verdad que me sorprendí gratamente por el lugar, pero aún mucho más después de conocer que Luis se había levantado, a base de mentalidad, de una quiebra económica que tuvo en el 2009.
Mirándola en retrospectiva, dice que la quiebra fue a los tres años de fundada la empresa y la causa fue la inexperiencia y la falta de conocimiento. Pero fue justo ahí cuando conoció la importancia de generar credibilidad con los proveedores, los clientes y los bancos.
Él se había ganado su confianza gracias a la buena relación y el cumplimiento. Y gracias a ello, todos le dieron la mano y logró superar la situación de crisis.
“Ese momento fue muy duro. La opción era cerrar. Pero pudo más el sueño que tenía y, desde ese momento, supe que tenía que fortalecer mi mentalidad y me convertí en autodidacta. Me puse a estudiar las historias de los grandes empresarios y emprendedores, y comencé a aplicar mucho de lo que ellos enseñaban. Hoy, considero que ellos, sin saberlo, fueron claves para yo poder superar la situación difícil”, cuenta Luis.
Y por esa misma razón recomienda a los emprendedores leer libros con historias locales, nacionales e internacionales, que evidencian que el fracaso es aliciente del éxito. “Estuve mirando cómo nacieron y evolucionaron varias compañías de Estados Unidos, como el caso de Walmart, fundada por Sam Walton, quien empezó con pocos recursos y creó una compañía multinacional con casi 11 mil tiendas en 28 países. Eso lo logró porque tenía una excelente idea de negocios. Su clave de éxito fue involucrar a los empleados para hacerlos sentir parte del proceso”, cuenta Luis entusiasmado.
De ese, y otros empresarios, aprendió que uno puede emprender desde lo pequeño e ir llevando la compañía a los más altos estándares, con un crecimiento responsable y que sea sostenible en el tiempo.
Y agrega que otra motivación muy fuerte para salir pronto de la crisis fue su familia: “debo agradecer a mis padres, a mi esposa Catalina y a mis hijos Isaac y Julieta, que son el motor permanente para que esta empresa salga adelante todos los días”, añade.
Creó un producto lleno de innovación
Leyendo la vida de grandes emprendedores, entonces, Luis se inspiró y creó un servicio para fidelizar a sus clientes. Así nació el Team Mega, con un innovador modelo mediante el cual los usuarios pagan una anualidad pequeña y tienen derecho a un número determinado de revisiones al año. Y lo creó porque el mensaje que quiere posicionar, desde su empresa, es que, en asuntos de vehículos, es mucho mejor prevenir que lamentar.
“El producto surgió de observar el comportamiento de los clientes, de entender qué es lo que buscan. Fue así como decidí enfocarme en la seguridad. Y eso es lo que les ofrecemos, en un servicio que engancha a los usuarios y les genera fidelidad. Así la empresa cuenta con el cliente y el cliente cuenta con nosotros. Ya van 2.500 afiliados al programa, en un período de dos años”, agrega.
De Luis me llamó mucho la atención, y la considero una buena práctica, digna de imitar, que todos los días, temprano en la mañana, tiene una reunión de media hora con todo su personal, en la cual hay elementos de capacitación, noticias de la compañía y mensajes empoderadores.
En nuestra conversación, este emprendedor me insistió en la importancia de rodearse de buenas personas, que además sean excelentes profesionales en su campo de acción. “Esa misma filosofía la aplico para contratar a los asesores, y he tenido a los mejores, que le han aportado gran valor a esta compañía. Nos han ayudado a consolidarnos y crecer”, agrega.
Y dentro de sus mentores, destaca a su padre, quien le enseñó la importancia de ser correcto en su vida personal, familiar y de negocios y le enfatizó en que siempre hay que honrar la palabra y cumplirla, pase lo que pase.
Su esposa Catalina también ha sido vital para el fortalecimiento de la compañía, teniendo en cuenta que ella hace el relacionamiento con grandes empresas, que generan ventas corporativas de mayor volumen.
Este emprendedor también ha aprendido interesantes conceptos del ya mencionado Iván Mazo Mejía, fundador de la Escuela de la Riqueza y autor de libros best sellers empresariales, quien le enseñó que el servicio es un acto de amor y no se presta esperando una retribución económica.
Otro aprendizaje que aplica, en el día a día, es diferenciar entre compradores y clientes, y lo explica así: “aquí queremos tener clientes, o sea personas que permanecen con nosotros, les importa la empresa, nos realimentan cuando hay aspectos que debemos mejorar y nos recomiendan ante otras personas por nuestra calidad y calidez”.
Así concluye la historia de Luis, un emprendedor que desarrolló una mentalidad ganadora para superar fácilmente las dificultades que, en el camino del emprendimiento, son frecuentes y hacen parte de los aprendizajes de cada día, que hay que mirar con ojos de triunfador así parezcan difíciles de superar. Del error también se aprende y nada detendrá al emprendedor que sabe lo que quiere, así se le presenten mil dificultades.
Luis es uno de los protagonista del libro número 3 de la Colección Historias de Negocios Altamente Inspiradoras, de mi autoría, que estará muy próximamente en las principales librería del país. El número 1 y el número 2 (enfocado en mujeres, escrito por mi socia Paola Rueda López) están en Panamericana y la Librería Nacional.
El número uno también está disponible en estos links: Amazon, Barnes & Noble, Google Play y Apple Store, entre otras tiendas virtuales.
Quedo muy pendiente de sus comentarios en este mismo post, en mi correo electrónico juany@agenciastm.com y mi cuenta de Twitter @Juancarlosy.
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