En días recientes el gobierno ha planteado la posibilidad de generar un recaudo del 1.5 % del PIB adicional al que ya se viene efectuando, por lo que se planea hacer una reforma tributaria.
El motivo de esta acción es evitar que las calificadoras de riesgo ajusten su calificación de Colombia, lo que puede tener efectos significativos en los mercados financieros. Esto, gracias a que, primero, el gobierno anunció que el déficit fiscal de 2021 iba a ser mayor al de 2020 en contra de lo presentado en el marco fiscal de mediano plazo del año pasado, y segundo, porque las expectativas de inflación en la economía estadounidense se han incrementado.
Lo anterior ha provocado un aumento de las tasas de los bonos de deuda pública de los países, afectando principalmente a aquellos en vías de desarrollo, lo que en últimas termina derivando en un encarecimiento del crédito y, por lo tanto, en el aumento del costo de endeudamiento. Además, el gobierno aún debe efectuar gasto público para brindar un auxilio a la economía colombiana en medio de la crisis.
Si las calificadoras de riesgo decidieran rebajar la nota de Colombia harían que las empresas se vean directamente afectadas, debido a que la inversión extranjera directa se reduciría de manera considerable. Esto, en la medida que dicha calificación haría ver a las inversiones a nivel local como riesgosas, por lo que tendrían que incurrir en el pago de una mayor prima de riesgo.
Uno de los ítems en que las calificadoras de riesgo se fijan para emitir algún concepto es la situación de deuda en la que se encuentran los países. Actualmente, Colombia prevé que su déficit fiscal va a ser de un 8.6 % del PIB y un nivel de deuda por encima del 60 % del producto. Con el fin de revertir el escenario anterior, el gobierno colombiano espera aumentar el recaudo para evitar los efectos negativos que puede tener sobre la economía colombiana la pérdida del grado de inversión.
Ahora bien, Estados Unidos, el principal socio comercial del país, no ha sido ajeno a las consecuencias negativas que ha traído la pandemia en términos económicos. Entre tanto, con el fin de dinamizar la economía del país norteamericano se ha aprobado un paquete de auxilios económicos por 1.9 billones de dólares (6.6 veces el PIB de la economía colombiana en 2020).
Cabe resaltar que todavía falta un gasto importante por realizar, aún las vacunas no han llegado en su totalidad y los efectos de la pandemia persisten en la actividad económica.
La inyección de este dinero en la economía estadounidense se ha traducido en un aumento en las expectativas de inflación, lo que a su vez provoca un aumento de las expectativas de la tasa de interés. En las últimas semanas se han materializado estos efectos y las tasas de los bonos del tesoro ya aumentaron a niveles no vistos hace más de un año. A su vez, esto se ha traducido en un aumento generalizado en las tasas de interés de deuda pública y corporativa a nivel global, incluyendo Colombia.
Por último, al igual que la economía de EE. UU, la economía colombiana se ha visto afectada por la pandemia, lo que ha obligado al gobierno a tener un gasto público adicional con el fin de incentivar la recuperación económica del país. Dentro de los gastos que ha realizado el gobierno se destacan las ayudas financieras a las empresas (Programa de Apoyo al Empleo Formal) y las transferencias monetarias para la población vulnerable (Ingreso Solidario).
Cabe resaltar que todavía falta un gasto importante por realizar, pues aún las vacunas no han llegado en su totalidad y los efectos de la pandemia persisten en la actividad económica, por lo que la mayoría de las ayudas que se vienen gestionando hasta el momento se deben mantener. Por lo tanto, debido al reto fiscal que presenta el país, se necesita mayor recaudo para cubrir estos gastos.
En conclusión, el gobierno está tratando de proponer una reforma tributaria que le permita un mayor recaudo, debido a que existen varios frentes que tiene que sortear en el año 2021. El gobierno colombiano debe evitar a toda costa alguna disminución en la calificación de riesgo por parte de las calificadoras, tener en cuenta que el encarecimiento de la deuda es una posibilidad latente y que aún debe gestionar un gasto importante en la compra y suministro de vacunas, así como ayudas a la población vulnerable.
Sebastián Ortiz
Docente de la Facultad de Administración, Finanzas y Ciencias Económicas
Universidad Ean
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