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El diverso y divertido grupo reunido en el lobby del Hab Hotel apuntaba a que sería un gran día. Todos esperábamos la salida del transporte que nos llevaría a la primera experiencia organizada por el hotel, aprovechando el trabajo de la granja agroecológica Noi, la principal proveedora de su restaurante Hab café: la Farm to table (de la granja a la mesa).

La experiencia Farm to Table nació de la inquietud de Ana María Calle, copropietaria del Hab hotel y de la granja Noi, por compartir con bogotanos y turistas el trabajo que viene haciendo desde hace unos cinco años en la granja agroecológica donde se producen los vegetales de sus superalimentos en polvo, Noi orgánicos.

De allí también salen más de 35 variedades de vegetales, frutas y hortalizas sembrados especialmente para sus clientes privados, entre ellos el restaurante Hab Café, que ha diseñado un menú muy especial a partir de sus cultivos.

Con el grupo completo salimos de Chapinero alto, donde está ubicado el hotel, hacia la vía a La Calera, y durante hora y media re-conocimos paisajes y descubrimos otros, a medida que el viaje avanzaba y el grupo compartía una amena charla.

En algún punto tomamos una carretera destapada, mientras apreciábamos los cultivos, las colinas con una paleta de verdes inagotable y algunos corrales con vacas y ovejas que aparecían ante nuestra vista, a medida que pasábamos de los 2.600 metros de altura de Bogotá, a los 3.150 metros de la zona donde está ubicada la granja.

Ahí empezó nuestra experiencia Farm to table. En una hermosa casona perteneciente a la granja nos esperaba un desayuno ligero, a base de granola casera, yogurt y variedad de infusiones de hierbas.

También nos presentaron a Luis Díaz, el artífice y experto a cargo de los cultivos orgánicos y agroecológicos de la granja. Él se convirtió en nuestro guía durante el resto del día e iniciamos la caminata de una hora entre árboles, corrales con ovejas, reses Angus y nacimientos de agua pura, mientras conocíamos la historia de la granja y del ecosistema que nos rodeaba.

La granja Noi, situada entre La Calera y Guasca, empezó hace unos cinco años como un proyecto de reforestación del bosque vecino al páramo de Chingaza, tiempo durante el cual han sembrado más de 15 mil árboles y con el tiempo evolucionó hacia los cultivos orgánicos.

De las 700 hectáreas que hoy conforman la granja, incluidos cuatro nacederos de agua, 200 son zonas de conservación y el resto se destina a los cultivos agroecológicos y orgánicos (con certificación Usda organics) y la ganadería de pastoreo. Nos contaba Luis que, en ocasiones, se avistan osos y venados, propios de las zonas del páramo.

“Me gusta hacer parte de esos pocos que hacen la diferencia. Con el trabajo que yo hago estoy ayudando a muchas personas a tener una vida saludable y a generar un ambiente sostenible”, explicaba orgullo Luis, un caucano que dejó que dejó la finca donde trabajaba en la sabana de Bogotá y se trasladó a este lugar con toda su familia, para ayudar a cumplir el sueño de Ana María Calle, la gestora de la granja Noi.

Entre las explicaciones de Luis y las paradas para apreciar cada detalle de lo que veíamos en el camino llegamos a la huerta, donde tomaríamos el almuerzo que ya se cocinaba en la parrilla: vegetales cultivados en la granja y un cordero de pastoreo que se asaba lentamente por cerca de cinco horas.

Metidos en la huerta, Luis se extendió ahora en sí en las técnicas de cultivo mientras nosotros descubríamos esos detalles que no se pueden apreciar cuando ya los vegetales están cosechados.

Las grandes y picantes hojas de la mata de mostaza, la flor divina de la cebolla puerro, la variedad de colores que puede tener una zanahoria, los beneficios anticancerígenos de la raíz del perejil y por supuesto, lo bien que siente saber de dónde viene lo que se va a comer y poder cosechar uno mismo lo que va a preparar en casa.

Luego de las explicaciones llegó la diversión, extraer de la tierra  los productos que más nos gustaron y empacarlos para llevar a casa.

Ya cansados y con el apetito abierto por los aromas del asado, nos sentamos en el establo acondicionado para el almuerzo. Uno sencillo y lleno de aromas y sabores, perfecto para finalizar un día desbordado de aire puro, naturaleza y de la buena y contagiosa energía de un equipo de trabajo que sabe que está haciendo un gran esfuerzo por la sostenibilidad de su entorno.

Fotos: Archivo particular y Honoria Montes.

Próximas fechas de experiencia Farm To Table: 16 de abril. Reserva: WA: 318 547 9611 eventos@habhotel.co La experiencia incluye transporte ida y regreso, desayuno ligero, snack, caminata de una o cuatro horas, almuerzo completo y cosecha de vegetales.

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