El Hilton Garden Inn Santa Marta atrae a una nueva generación de huéspedes que busca mantenerse cómoda y conectada mientras viaja.
Chrystian De La Barrera, Director de Operaciones, Hilton Garden Inn Santa Marta (Foto Orlando Gomez Camacho)
Descubrir y conectarse. Dos conceptos que vienen a nuestra mente mientras viajamos. Se trata de una tendencia impulsada en gran medida por una nueva raza de viajeros (baby boomers, millennials y ejecutivos jóvenes) que buscan entornos cómodos que les permita disfrutar y al mismo tiempo mantenerse conectados.
Así es la puesta en escena del Hilton Garden Inn Santa Marta, una propiedad de tipo upscale que visité la semana pasada por invitación de la marca. Ubicada a pocos pasos de la Playa de Los Cocos, en pleno Centro Histórico de la capital del Magdalena, esta torre hotelera de 17 pisos ha transformado el concepto del servicio para enfocarse en cosas realmente valiosas.
A diferencia de los hoteles de servicio limitado (limited service) y de servicio completo (full service), los Hilton Garden Inn aplican una fórmula propia conocida como ‘focused service’ (servicio enfocado) en la cual “nos concentramos en diversificar la visión de la hospitalidad hacia nuevas direcciones positivas a fin de satisfacer las necesidades cambiantes de los viajeros modernos”, me reveló Chrystian De La Barrera, director de operaciones y gerente interino de la propiedad.
Para lograrlo, la marca acudió a una fórmula infalible: entregar servicios refrescantes tanto para viajeros de ocio como de negocios. “Descubrimos que las nuevas generaciones prefieren que su hotel les provea buena gastronomía, áreas comunes generosas y un alojamiento de calidad en lugar de otros servicios que aumentan la complejidad”, prosiguió el ejecutivo, quien está próximo a cumplir 16 años con la cadena.
OBJETIVO: REDUCIR LA COMPLEJIDAD
Por “complejidad”. De La Barrera se refiere a servicios como el botones, el conserje y el room service de 24 horas que fueron eliminados en procura de brindar un flujo más dinámico y reducir los costos.
También se eliminaron los mini-bares de las habitaciones. En su reemplazo, se instaló en el lobby una tiendita de snacks (The Shop) colmada de cerveza, sándwiches, helados y productos de uso diario tales como máquinas de afeitar, desodorante y pasta de dientes que pueden pagarse en la recepción o cargarse a la habitación.
El resultado: un check-out ultra veloz (menos de 2 minutos) que eliminó la vetusta práctica de enviar una camarera a la habitación para verificar el mini-bar.
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En la búsqueda de responder a las necesidades de ambos tipos de clientes, la propiedad incorporó siete áreas comunes que le entregan funcionalidades realmente únicas.»
A su llegada, los huéspedes ingresan a través de una ‘antesala’ ubicada en el primer nivel. Luego, suben al tercer piso donde son recibidos por una dinámica área de recepción que –además de la tienda de snacks– tiene el lobby, un bar y un gran media lounge que funciona como sala de coworking, repleta de sofás y wifi de alta velocidad.
GASTRONOMÍA LOCAL
Todo esto se conecta con The Garden Grille & Bar, un magnífico restorán de carnes, aves y pescados de 60 asientos, en donde el día domingo sirven un desayuno imperdible con cayeye, chicharrón, fritos costeños, calentado, hayaca y caldito de costilla. Si vas, no dudes en pedir los famosos pandebonos y pandeyucas con jugo de corozo o pomelo.
Su carta trae platillos tan generosos como interesantes. Si te gusta el pescado, puedes elegir entre un Pargo Rojo Frito (COP45.000) acompañado de ensalada fresca, plátano maduro y arroz con coco, o un Gambaratto Di Saronno: langostinos salteados en salsa de amaretto y servidos con gnocchis en leche de coco (COP55.000).
Para los carnívoros, el Lomo Bourguignonne es campeón: un medallón de res en salsa de vino tinto coronado por tocineta, champiñones y cebollitas (COP47.000), mientras que los vegetarianos pueden elegir entre Arroz Cremoso con Champiñones y Lasaña de Vegetales (zucchini y pimentón), hasta Berenjenas Asadas (COP25.000). También hay pastas artesanales, hamburguesas y ceviches.
DISEÑO ANCESTRAL
La cultura ancestral del pueblo magdalenense se siente en todos los espacios, empezando por un fantástico mural de láminas de acero estampadas con platos de mochila y alfombras con diseños del bosque seco espinoso de la Sierra Nevada.
Las mochilas y pulseras Wayuú están presentes en cada piso, bien sea enmarcadas o grabadas en los números de las habitaciones. Algo similar sucede en el bar: muros decorados en maderas entreveradas recuerdan la bellísima arquitectura de los templos Kogi, un patrón que se repite una y otra vez en cada rincón.
CONEXIÓN, LA CLAVE
Son cosas que suceden en un hotel creado para conectar de una manera audaz a los huéspedes con la cultural local, su historia y costumbres, le escucho decir a Chrystian De La Barrera.
A diferencia de los hoteles de servicio limitado –destinados generalmente a viajeros de bajo presupuesto- y de los hoteles full service, llenos de lujo y comodidad, el servicio enfocado del Hilton Garden Inn Santa Marta viene a llenar un vacío en confort y conexión para viajeros de ingreso medio.
“Esta es la respuesta a una tendencia creciente que busca que los viajeros inteligentes tengan todo lo necesario para ser productivos y al mismo tiempo estar relajados mientras visitan Santa Marta”, finaliza el ejecutivo.
Esta propiedad es parte del plan maestro de la cadena Hilton por multiplicar su presencia en Colombia con hoteles de servicio enfocado, donde ya tiene la marca Garden Inn en los mercados de Bogotá, Barranquilla y Santa Marta.
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