Ascensores y gestión de tráfico: Schindler toma ventaja
¿Habrá algo más frustrante que usar un ascensor? Un aparato que –a pesar de haber sido inventado hace más de 160 años- sigue siendo fuente de inmensas decepciones.
Lo digo por el montón de incidentes que debemos soportar como usuarios. Que se detienen en todos los pisos. Que viven atestados. Que funcionan de forma impredecible. Los ascensores son una industria llamada a reinventarse.
Ese clamor fue escuchado por Schindler, una multinacional de origen suizo que se craneó la mejor forma de gestionar el tránsito de grandes grupos de personas en edificios para eliminar de una vez por todas esa sensación de desespero que ha acompañado a los usuarios en todos estos años.
Durante un buen tiempo, la gente de Schindler se trasnochó con la idea de implementar un mejor sistema de gestión de transito teniendo en cuenta el desplazamiento completo del individuo a través de un edificio, en lugar de enfocarse solo en el viaje en ascensor.
El resultado: PORT (acrónimo de Port Occupant Requierements Terminal), un sistema basado en un algoritmo que ellos llaman: ‘Maniobra de grupo’ y que permite establecer una comunicación natural con cada persona para saber su destino exacto dentro del edificio.
Para conocer esta propuesta, fui invitado al Centro Técnico de Capacitación (CTC) de Schindler ubicado en el barrio insignia de los ‘repuesteros’ en Bogotá, Siete de Agosto.
“Buscamos enfocarnos en el ascensor para concentrarnos en su utilización”, argumenta Wagner Oliveira, quien ingresó hace más de 30 años a Schindler y hoy es el Gerente General de la operación en Colombia. “Esto condujo a una nueva disciplina conocida como ‘gestión del tránsito’ que optimiza el viaje de las personas dentro del edificio y consume un 30% menos de energía”.
RENTABILIDAD Y SEGURIDAD
Con esta tesis, Oliveira da en el blanco al resolver un problema común para los administradores de edificios: obtener espacios más rentables, con menor consumo energético y mayor seguridad.
“Fuimos capaces de resolver el dilema de planificar el trayecto de cada ocupante dentro de un edificio y proveerle los medios para llegar a su destino de forma rápida y sencilla”, prosigue este ingeniero mecánico graduado del Centro Universitario FEI de Brasil. “Las construcciones modernas implican tomar uno o más medios de transporte vertical para obtener acceso a diversas áreas con total seguridad y control”.
“Fuimos capaces de resolver el dilema de planificar el trayecto de cada ocupante dentro de un edificio y proveerle los medios para llegar a su destino de forma rápida y sencilla”.
El sistema funciona de forma realmente innovadora: la persona se acerca con su tarjeta al lector que controla el acceso. De inmediato queda autorizada y puede desplazarse a los destinos predeterminados por el administrador.
PERFILES DE USUARIO
Gracias a que el sistema reconoce los perfiles de usuario, aquellos individuos con alguna discapacidad pueden configurar necesidades específicas tales como la selección de un ascensor más amplio, menor velocidad de desplazamiento e incluso mayor tiempo de apertura de puertas. Todo sin necesidad de presionar botones ni tocar pantallas.
“Es una alternativa tecnológica ideal para ciudades donde el aumento de la población está incidiendo en la disminución de las condiciones de vida”, asegura el ejecutivo y revela de paso que el Hotel Hyatt de Cartagena, la Contraloría General de la República y el complejo empresarial One Plaza en Medellín ya usan PORT.
¿Cuándo terminará la frustración de los usuarios? “En la misma medida que se innove”, culmina Oliveira. “No se trata solo de aplicar tecnologías sino también de ponernos en los zapatos del usuario para conocer al detalle su jornada diaria en un edificio. Esto representa un alivio para la tranquilidad y confiabilidad del viaje”.
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