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Por: Nahun Frett, MBA, CIA, CCSA, CRMA, CPA, CFE

 

Fraude es cualquier acto ilegal caracterizado por engaño, ocultación o violación de confianza. Estos actos no requieren la aplicación de amenaza de violencia o de fuerza física. Los fraudes son perpetrados por individuos y por organizaciones para obtener dinero, bienes o servicios, para evitar pagos o pérdidas de servicios, o para asegurarse ventajas personales o de negocio.

 

Desde el punto de vista de la criminología, el fraude, como cualquier otro delito, se puede explicar a través de tres factores: un conjunto de delincuentes con una motivación, la accesibilidad a un blanco apropiado, y la ausencia de protecciones competentes. En cada conferencia, seminario, curso, entrenamiento o evento sobre fraude en el cual usted haya participada es común que el facilitador, especialista en fraude, auditor forense o examinador de fraude certificado (CFE) se refiera al famoso Triángulo del Fraude:

 

¿Sabe usted de dónde proviene esta teoría técnica?

 

Este sistema fue desarrollado por el Doctor Donald Cressey, quien fue uno de los exponentes más certeros en el tema, el Doctor Cressey, criminólogo estadounidense, desarrolló uno de los modelos más aceptados y que explica el por qué buenas personas se convierten en delincuentes. Este modelo se conoce como: El Triángulo del Fraude. Su investigación se centró en desfalcadores a quienes llamó violadores de la confianza. El triángulo del fraude distingue tres factores que deben estar presentes para que una persona común cometa fraude.

 

El triángulo posee tres vértices o componentes:

 

Presión. Motivo o incentivo (necesidad real o percibida) para cometer el fraude (esta sección representa la causa o razón). Ejemplos de motivos para cometer fraude pueden ser: alcanzar metas de desempeño (como volúmenes de venta), obtener bonos en función de resultados (incremento en las utilidades o rebaja en los costos), mantener el puesto demostrando ficticios buenos resultados, deudas personales.

 

Oportunidad. El o los perpetradores del fraude perciben que existe un entorno favorable para cometer los actos irregulares pretendidos. La oportunidad para cometer fraude se presenta cuando alguien tiene el acceso, conocimiento y tiempo para realizar sus irregulares acciones. Las debilidades del control interno o la posibilidad de ponerse de acuerdo con otros directivos o empleados para cometer fraude (colusión) son ejemplos de oportunidades para comportamientos irregulares.

 

Justificación o racionalización. Es la actitud de tratar de convencerse a si mismo (y a los demás si es descubierto), consiente o inconscientemente, de que existen razones válidas que justifican su comportamiento impropio; es decir, tratar de justificar el fraude cometido. Es un mecanismo psicológico para enfrentar un disonancia cognoscitiva (es decir la falta de congruencia entre su propia percepción de honestidad y la naturaleza engañosa de sus acciones). Necesitan una excusa, ejemplos de racionalización para justificar el fraude cometido pueden ser: alegar baja remuneración (convencerse de que no es fraude sino una compensación salarial, un préstamo), falta de reconocimiento en la organización (convencerse de que es una bonificación), fraude cometido por otros empleados y/o directivos (convencerse de que si otros cometen fraudes el fraude propio está justificado, debido a que otras personas hacen, yo no soy una excepción).

 

 

Del Autor: Nahun Frett, es un reconocido conferencista especializado en temas sobre auditoría interna, gestión de riesgo, gobierno corporativo, cambio organizacional, liderazgo y auto-evaluación de control. Motivador nato de equipos multidisciplinarios de auditoría interna, ampliamente solicitado para dictar conferencias y proveer capacitación en cursos, talleres y seminarios. Colaborador de www.auditool.org

 

Artículo Publicado en el Blog de Nahun Frett –  http://nahunfrett.blogspot.com/

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