Apetito de riesgo ¿qué es y cómo delimitarlo?
Auditool – Red Global de Conocimientos en Auditoría y Control Interno
El apetito de riesgo se refiere a la cantidad de exposición a impactos adversos potenciales que la empresa está dispuesta a aceptar para alcanzar sus objetivos. Pero ¿cómo determinar si el apetito de riesgo de una empresa es excesivo o si, por el contrario, es demasiado conservador? En el presente artículo daremos información clave para contestar a esta importante pregunta.
En el mundo corporativo se debe tener claro que todo beneficio conlleva cierta cantidad de riesgo asociado. Hoy en día las empresas saben que el riesgo es un factor inherente a la creación de valor y que existen varias estrategias para gestionarlo de acuerdo a su apetito de riesgo y a su tolerancia al riesgo.
Las empresas tienen diferentes apetitos de riesgo dependiendo del sector de mercado al que pertenecen, de su cultura organizacional y de sus objetivos estratégicos. Adicionalmente, el apetito de riesgo varía en las diferentes áreas al interior de una misma empresa y cambia a través del tiempo; por lo cual se debe abordar de manera global y flexible.
En la actualidad, las presiones provenientes de los organismos reguladores han incrementado la necesidad de delimitar claramente el apetito de riesgo en las empresas. Sin embargo, tal delimitación no debe concebirse únicamente como un requisito normativo más; sino que debe verse como un elemento de importancia capital (ver: El apetito de riesgo, un aspecto fundamental en la gestión empresarial) que contribuye a la toma de decisiones corporativas. Los principales beneficios que trae a las empresas el establecimiento del apetito de riesgo consisten en que: apoya el diseño de la estrategia de negocios, contribuye a la asignación efectiva de recursos, provee criterios guía para la toma de decisiones en todos los niveles, fortalece el gobierno corporativo y la supervisión de riesgos por parte de la junta, facilita la comunicación de los riesgos, estimula una cultura de conciencia de riesgo y maximiza el valor para los stakeholders (partes interesadas).
Antes de establecer el apetito de riesgo es necesario determinar la tolerancia al riesgo que es el límite máximo de riesgo que la empresa puede asumir. Esta tolerancia depende del capital, los activos líquidos y la capacidad de endeudamiento, entre otros, de cada empresa.
Luego, se procede a definir el nivel de apetito de riesgo de las diferentes áreas del negocio y de la empresa en su totalidad mediante un Marco, y los resultados se consignan en una declaración de Apetito de Riesgo que debe ser aprobada por la Junta. El Marco es una herramienta con categorías medibles que debe incluir tanto los riesgos financieros como los no financieros. El Marco y la declaración deben permitir la extrapolación de los resultados a acciones concretas en todos los niveles de la organización y aportar datos que contribuyan a la toma de decisiones corporativas.
Un enfoque top-down (jerárquicamente descendente) es ideal para establecer el apetito de riesgo porque permite dar cuenta de las expectativas tanto de la dirección como de los stakeholders. Por otra parte, es importante tener en mente que sólo si existe claridad en el nivel de apetito de riesgo se podrán equilibrar los riesgos y las oportunidades en la planificación estratégica de la empresa.
El apetito de riesgo debe ser comunicado y compartido con los stakeholders, a fin de que sirva de guía en el establecimiento de las metas y la toma de decisiones. También, debe integrarse en la planificación estratégica, condicionando así los objetivos. El departamento de Auditoría Interna es el encargado de supervisar que los objetivos estratégicos, el apetito de riesgo y el estilo de dirección estén alineados. En la siguiente gráfica se relacionan los pasos esenciales del proceso de establecimiento del apetito de riesgo.
El Marco de Apetito de Riesgo permite lograr una evaluación acertada con base en datos cualitativos y cuantitativos a partir de la cual se puede establecer, con un nivel razonable de seguridad, el apetito de riesgo de la empresa.
No delimitar claramente el apetito de riesgo impide que la empresa logre un nivel de exposición balanceado acorde a sus necesidades. Por ejemplo, una empresa con un apetito de riesgo muy alto o extremo incurrirá en riesgos que, en caso de ocurrir, no podrá enfrentar adecuadamente y que afectarán su solidez financiera y su prestigio. Por el contrario, una empresa demasiado conservadora ―con un apetito de riesgo muy bajo― perderá oportunidades importantes de crecimiento y presentará un bajo rendimiento en términos de ingresos. Esta empresa deberá plantearse nuevos retos y desarrollar las habilidades necesarias para manejar mayores niveles de riesgo que le permitan expandir sus operaciones e incrementar sus ganancias. Esto puede lograrse rediseñando (o implementando) un perfil de riesgo ajustado a los objetivos de la empresa y a las oportunidades prospectivas del mercado.
Para evitar cualquiera de los anteriores escenarios indeseables, las organizaciones deben establecer un nivel óptimo de apetito de riesgo teniendo en cuenta las siguientes consideraciones:
- Los gerentes, directores ejecutivos y la junta directiva deben determinar el apetito de riesgo teniendo en cuenta el nivel de exposición deseable y las interacciones entre los riesgos potenciales.
- El apetito de riesgo es variable, pues depende de factores internos y externos. Por lo tanto, se debe revisar constantemente y abordarse de manera flexible para responder a las necesidades cambiantes del negocio.
- Las decisiones en cuanto al apetito de riesgo siempre deben estar directamente relacionadas con la retribución y el valor que se espera obtener.
- El apetito de riesgo no debe superar el nivel de tolerancia al riesgo de la empresa.
Referencias:
Rittenberg and Martens. (2014). Understanding and communicating risk appetite. COSO.
Deloitte. (2013). Risk appetite frameworks. How to spot the genuine article.
Barfield, R. Risk appetite ―How hungry are you? PricewaterhouseCoopers.
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