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Por: C.P. Consuelo Diguglielmo  CAMS, CFE

 

Existen tres elementos comunes en todo fraude, es lo que se denomina en criminología el triángulo de fraude:

 

– Motivación

– Racionalización

– Oportunidad

 

Asesora a tu organización para que no brinde oportunidades para cometer fraudes. Ello puede prevenirse fácilmente con controles internos adecuados.

 

Los investigadores en criminología ha escrito extensos tratados para identificar claramente las razones por las cuales un individuo comete fraude.

 

La motivación está dada por las circunstancias que rodean a la persona que lo comete. Puede ser que un empleado tenga una relación extremadamente demandante con esposo(as) que quiere darse lujos que este empleado no puede cubrir. Puede ser que un ser querido está en un delicado estado de salud y no existen los medios económicos para atender esta emergencia. Puede ser que un empleado tiene el ego bastante alto y quiere llevar un estilo de vida más allá de sus medios. Muchas situaciones similares motivan a un empleado a cometer fraude cuando los controles son inexistentes o si existen no son ejercitados con la diligencia que todo programa de prevención amerita.

 

La racionalización es simplemente la explicación que el individuo que ha cometido fraude le da a su propia conciencia para justificar la acción y de esta manera, evitar sentimientos de culpa. Una de las formas de racionalización más frecuentes existe cuando un funcionario siente que la remuneración que recibe por sus servicios no refleja el esfuerzo y la contribución hecha a la compañía. Entrar facturas ficticias y obtener pago por bienes no despachados es simplemente una retribución adicional al salario regular, el cual es injusto, según la racionalización hecha por este funcionario. Cuando existe descontento general en una organización el terreno está abonado para que aquellos que no tienen gran sentimiento de respeto por principios y valores cometan fraudes que menoscaben el presente y futuro de la compañía que es asaltada en su buena fe.

 

El más peligroso de todos los componentes de fraude es la oportunidad. Muchos han denominado a los ilícitos cometidos como resultado de oportunidades “crímenes de oportunidad”. Es obvio que un manejo descuidad y sin control de los bienes de una compañía facilita que dinero en efectivo sea hurtado. Por ejemplo, no tener un procedimiento para depositar los recaudos de cartera de una forma sistemática, y preferiblemente el mismo día, conlleva a faltantes que la mayoría de las veces no son recuperados.

 

Cambia tu perfil como contador del montón con acciones que mejoren los procesos dentro de tu organización. Tus hechos expresarán más que mil palabras.

 

De la Autora: Consuelo Diguglielmo,  es Especialista Certificado en Anti Lavado de Activos, Examinador Certificado de Fraude y Contador Público. Graduada en el 2006 de University of South Florida en los Estados Unidos y de las Universidades Central y Católica de Colombia en Bogotá. Colaborador de www.auditool.org

 

Florida, Estados Unidos

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