“Incluso cuando no es completamente alcanzable, nos convertimos en mejores al perseguir una meta más alta”. Viktor Frankl.
Las metas son necesarias para dar sentido a nuestra existencia. Leyendo un libro de un empresario opita exitoso, encontré su mención sobre el mínimo porcentaje de personas que asumen la responsabilidad de diseñar su propósito de vida y son justamente las que construyen día a día el camino para cumplirlo, logrando así una vida gratificante, interesante y de éxito propio. Necesitamos identificar nuestra misión de vida para darle sentido a nuestros días.
Mentes Fértiles, programa de Procultivos ANDI, logró trabajar con los agricultores este año pese a la pandemia. Llegó a fincas con cultivos desnutridos y reaprendimos juntos que la meta mundial de Hambre Cero empieza en cada finca alimentando bien el suelo y las plantas con los fertilizantes, para obtener cultivos sanos que produzcan cosechas suficientes y de calidad para alimentar a los seres humanos.
Hambre Cero es una meta mundial de gran altura, que interiorizan los agricultores al ejecutar las actividades de nuestras jornadas, como la de retornar al suelo lo que las plantas toman en alimento para su crecimiento. Ellos resignifican la ley de la vida que llamamos “compensación”, porque toda acción o servicio debe ser compensado para armonizar entre quien da y quien recibe; así mismo sucede en los cultivos, debemos compensar todo lo que consumen las plantas para crecer, florecer y dar cosechas; he ahí la clave de una nutrición inteligente con los fertilizantes.
En fin, son estas y varias actividades que desarrollamos con los agricultores y que al aplicar lo reaprendido, se lograrán dietas inteligentes para el suelo y sus cultivos, por lo cual obtendrán las cosechas productivas que esperamos en nuestros hogares y que esperan en el mundo.
La meta de Mentes Fértiles es alimentar las plantas para que estas alimenten a los seres vivos. Por eso Hambre Cero es una meta de gran altura.
Nos vemos pronto.
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