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“No hay investigación sin acción, no hay acción sin investigación”.
Kurt Lewin.

En la psicología social existe una metodología de investigación basada en la acción participativa de las comunidades, en la que se auto observan y son ellas mismas las que recomponen sus resultados con decisión, usando una batería de métodos que permiten desaprendizajes y reaprendizajes.

En esa línea, vale la pena acompañar a los agricultores en el desafío de activar su vocación empresarial, tarea que no es rápida ni inmediata, pues se trata de un mínimo de tres años (y un máximo de cinco) trabajando juntos. Al terminar el proceso es renovador verlos cómo toman las riendas de su empresa con templanza y determinación. Es mejor enseñar a pescar que dar el pescado y la acción participativa es eficaz para ello.

Cambiar la economía agrícola de Colombia exige trabajar con foco en los agricultores pequeños y medianos, quienes representan el 80 % de las unidades productivas y quienes, pese su enorme trabajo en sus fincas para lograr sus cosechas, solo reciben el 15 % del precio que pagamos los consumidores finales.

Con acción participativa los productores constituyen o reestructuran sus empresas solidarias, para manejar escalas importantes. Solo así gestionan eficientemente sus costos, manejan la tecnificación y la asistencia técnica de sus fincas y ganan mejor por sus productos, ya sea en fresco o transformados.

Acompañar a los agricultores requiere de un proceso estructural derivado de la investigación con acción participativa, porque aparte de alcanzar buenas cosechas gracias a los cambios en el manejo agronómico de los cultivos y a las prácticas sostenibles en el uso de las tecnologías de protección y nutrición de cultivos, también logran su empresarización. Por lo tanto, dejan de ser sujetos a los que les imponen los precios, definiéndolos ellos mismos y logrando ganancias justas, por organizarse como lo permite la economía solidaria.

Si deseamos materializar el potencial agrícola del país declarado y caracterizado en diferentes estudios económicos, debemos realizar un trabajo en campo de largo alcance. El modelo de Manejo Integrado de Cultivos (MIC) de la Cámara Procultivos ya lo ha logrado en diferentes asociaciones de productores del campo. El modelo MIC podría replicarse en muchos más núcleos, en alianza con otros actores de la economía agrícola.

Llegó la hora de concentrarnos en el trabajo con y por la gente del campo. Si deseamos conocer y apreciar la riqueza de la agricultura lo debemos hacer con productores transformados en empresarios, una tarea que exige mucha investigación con acción participativa de las comunidades, para activar su ser empresarial.

Manos a la obra.

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