Reflexionando sobre el diario acontecer de nuestro país en el que «no existe ni un solo paramilitar» según el Gobierno, en el que todo fue a mis espaldas y en el mismo donde sube hasta el precio de la cerveza, me detuve a analizar el panorama de la salud.
No se necesita pertenecer a un comité científico O de médicos ni mucho menos hacer parte del séquito de nuestro «respetado» ministro de Protección Social, Diego Palacio, para entender que el sistema de salud en Colombia es un completo fracaso.
Y es que los decretos que resultaron de la emergencia social no representan otra cosa diferente a la incapacidad para controlar los altísimos niveles de corrupción que atestan a los departamentos. Pensar en sancionar médicos por formular lo que realmente necesita un paciente es un absurdo. Más aún que se abra la puerta a la posibilidad de tener que hipotecar la única casa que en promedio tiene un colombiano de clase media en este país o gastar las cesantías para pagar una cirugía que claramente debería ser subsidiada por el Gobierno.
Y hay que reconocer que en el país del sagrado corazón se tomaron la molestia de traer los reconocidos modelos de países desarrollados como Francia y España, donde esta es la base de la infraestructura en salud. Pero hay que aclarar que ese modelo no aplica de ninguna manera en un país con las condiciones socioeconómicas de Colombia. Histórico error que se ha cometido y se sigue cometiendo al pretender aplicar soluciones de países desarrollados en escenarios emergentes como este.
Así las cosas, en vez de pensar cómo evitar las tutelas de los ciudadanos que solicitan operaciones de alta complejidad o medicamentos costosos, de generar condiciones de exclusión para los usuarios de menores recursos y de pretender confundir con unos decretos claramente mal elaborados, sería interesante dedicarse a buscar la manera «efectiva» de evitar ‘paseos de la muerte’. De mejorar la calidad en los hospitales. De incrementar realmente la cobertura. Y por favor, de dejar de evadir la responsabilidad que cómo Estado tiene en relación con la salud de todos los colombianos. Al fin y al cabo, salud también es Seguridad Democrática.
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