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En una conversación con Javier Díaz, presidente de Analdex, intenté encontrar la razón por la que Colombia a lo largo de su historia ha sido dependiente en términos comerciales de Estados Unidos. Él, más que brindarme la razón, me comentó de las excelentes posibilidades que existen en otros países del mundo, para exportar. Con «Europa, el mercado es exclusivo, se paga bien, no es tan grande la cantidad, pero sí la calidad y el precio», afirmó.

Sin embargo, «China, es un país de una alta demanda, -1.400 millones de habitantes dicen mucho- de gustos variados, un cliente interesante», concluyó. Entonces confirmé, que la necesidad del país de diversificar sus exportaciones, es urgente y necesaria.

Colombia es un país que tiene todas las condiciones para exportar a países como China. Los puertos del pacífico son perfectos corredores hacia ese destino. Pero, se requieren de elementos incluso culturales para motivar a los empresarios e inversionistas.

Norman Correa, presidente de Acopi, afirmó al respecto, que los empresarios colombianos por alguna razón cultural siempre han creído que Estados Unidos es el único y mejor destino para hacer negocios. Error. Destinos como China, lugar en el que «aún no se ha hecho la tarea» (de exportar en grandes proporciones), como diría él mismo, constituye algo más que el país donde comen gato, murciélago y gusanos cantoneses.

Representa una posibilidad de mercado «masivo», variado, y con fuertes vías de acceso hacia Colombia.

En el diario El Tiempo del pasado domingo, se publicó un reportaje sobre el estado de los puertos del Pacífico. Los resultados: Gravísimos. No hay infraestructura para atender grandes embarcaciones, nisiquiera para aquellos barcos estadounidense que podrían arribar al país, en caso de que la doctora «No» (Nancy Pelosi) cambiara de parecer.

¿Entonces, Qué hacer? Se requiere de la inversión del Gobierno Nacional en infraestructura, en control de aduana. Se necesitan proyectos que transformen el país en materia de comercio exterior. Buenos proyectos. Que no sean como el del aeropuerto, que remodelaron y volverán a tumbar porque a última hora decidieron construir uno nuevo.

Ahí entonces se puede hacer alusión al otro elemento que se necesita: Planeación. El ejercicio de esta acción en toda su efectividad, permite encaminar el país hacia el progreso. Finalmente debemos pensar siempre en términos globales. Ahi sí, como me dijo Carlos Gustavo Cano en estos días, no hablemos de tierrita (para nuestra región ‘El Tolima’), hablemos de tierrota.

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