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Una vez que hayas aprendido a hacer preguntas
–preguntas pertinentes, apropiadas y sustanciales-
habrás aprendido cómo aprender y nadie podrá impedir
que aprendas lo que tú quieras o lo que necesites saber.
Neil Postman

 

Leonado da Vinci es para muchas personas el prototipo de hombre del Renacimiento que cultivó el arte, el pensamiento, la ciencia y la tecnología. Es por ello que hoy vamos a hablar de una de las prácticas más comunes que tenía Da Vinci, que podemos modelar y que nos va a permitir crear el futuro que deseamos, más fácilmente.

Una de las cualidades más especiales que tenía este importante personaje era su habilidad para preguntarse. Hay gente que cree que la genialidad se basa en tener las respuestas a todo, pero en realidad, ésta radica en poder formular las preguntas correctas en el momento correcto. Da Vinci era un experto en ello.

Muchos de nosotros no nos detenemos a preguntarnos cosas, y cuando lo hacemos, como no existe el hábito, obtenemos respuestas erróneas o primitivas, que hacen que el proceso de pensamiento continúe.

El método que utilizaba este gran maestro se basaba en preguntarse mucho y obtener las respuestas de su entorno. Y es que Da Vinci era un experto en utilizar sus cinco sentidos, dándose la oportunidad de explorar y conocer los fenómenos que ocurrían a su alrededor.

Un primer paso en este sentido consiste en no matar la curiosidad de los niños cuando están en esa edad “en que todo lo quieren saber”. La curiosidad intelectual es una cualidad innata del ser humano que se activa cuando encontramos espacios vacíos de información. Es entonces cuando se genera la motivación para formular las preguntas que permitan abrir un camino hacia la adquisición de la información que posibilite llenar ese vacío.

En tal sentido, es crucial evitar frases como “¡Ya deje la preguntadera!” “¿Es que usted no se cansa de preguntar?” “¡Eso fue lo mismo que me preguntó ayer!”.

Cuando usted tiene preguntas en mente, la exploración del mundo es bastante específica y esto permite que el hallazgo de respuestas sea mucho más fácil.

Como segunda medida, Da Vinci era un experto en manejar la ambigüedad. ¿Cuál? La de saber que sea cual sea la pregunta que tengamos, ésta es sólo un pequeño pedazo de todo un universo de dudas que estamos en capacidad de resolver.

Todo pensamiento responde a una pregunta. Presuma que no comprende del todo una idea hasta que entienda la pregunta de dónde salió. Las preguntas enfocadas en preguntas sobre el pensar incluyen: No estoy seguro sobre exactamente cuál es su pregunta. ¿Puede explicarla? ¿Esta pregunta es la mejor pregunta en este momento, o existe otra pregunta más importante?

Si usted lleva a cabo este proceso en temas como la riqueza, la libertad y la solución a todos los problemas, seguramente podrá encontrar muchas formas de generar valor compulsivamente no sólo a su vida, sino a la de muchas otras personas.

Cree el futuro que quiere, basándose en hacerse muy buenas preguntas. Use sus sentidos para encontrar respuestas en su entorno y permita que las oportunidades aparezcan en su vida y sean aprovechadas continuamente.

Si quiere avanzar más en el tema, escríbanos a misresultados@riquezaextrema.com y cuéntenos cuáles son sus principales retos a la hora de actuar o pensar en sus resultados extraordinarios. Le responderemos con múltiples opciones para que logre lo que quiere.

JaManza

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