En noviembre de 2007 en una columna del El Colombiano, la cual titulé Los Tres Ceros a la Derecha de Chavez, escribí sobre el futuro de la nueva moneda de Venezuela, el Bolivar Fuerte, que no era mas que el viejo bolivar pero con tres ceros menos. El objeto del cambio de moneda era luchar contra la inflación, lo que ha sido un fracaso, y fortalecer el Bolivar socilaista frente su archirival el dolar “capitalista”. Me gustaría recordar apartes de aquella columna, porque fue un análisis hecho con herramientas básicas de la enseñanza de la de la economía de hoy, la misma que Chavez desprecia. En aquella ocasión expresé que Chavez pretendía manejar la economía por decreto y literalmente escribí:
“Lo último que se le ocurrió (a Chavez) fue quitarle tres ceros al bolívar y cambiarlo por el llamado “nuevo bolívar”. Es decir, la vieja moneda maquillada, un Bolívar más guapo, una moneda en teoría más fuerte pero a juicio de muchos, incluyendo el mío, probablemente más débil. A Chavez le molesta cualquier cosa a la derecha, incluso tres simples ceros.
La razón principal para eliminar los ceros es disminuir la inflación y de paso, según ellos, tener una moneda más fuerte especialmente frente al dólar. Sin embargo, el remedio puede resultar peor que la enfermedad. Como ya lo han señalado diferentes analistas esto puede conducir a una devaluación abrupta del nuevo bolívar que afecte el poder adquisitivo…Pero lo que no se ha mencionado es que la inflación y la sensación de pérdida de bienestar (poder adquisitivo) pueden incrementarse por cuenta del efecto del “redondeo” de los precios hacia arriba, como ocurrió en Europa con el Euro.
De modo pues que si hoy algo cuesta 2850 bolívares con el cambio quedaría en 2 nuevos bolívares con 85 centavos. El cambio de moneda obliga a tener monedas de 1, 2 y 5 céntimos, las cuales se arruman por comodidad en un cenicero, como nuestras monedas de 20 pesos pues nadie las quiere mantener en el bolsillo, es entonces más fácil que el bien en cuestión tenga un precio de 3 nuevos bolívares, salvo que por decreto se mande otra cosa (que no sería raro).
Pero a los costos del cambio de moneda, hay que sumarle la incertidumbre durante el cambio, habrá moneda paralela y de paso lo que se llama el costo de menú, que es el costo de cambiar los precios y las etiquetas en restaurantes, supermercados y el comercio en general. Este costo se debe compensar con el redondeo hacía arriba. La tasa de inflación, sea dicho de paso, es inmune a la denominación (con diez o tres ceros la variación porcentual es la misma).
El caso de Argentina es digno de mención, cuando llego la hiperinflación cambiaron la moneda anterior por el Peso e implantaron un artificial tipo de cambio de cambio de un dólar por un peso, luego de la insostenibilidad de tal paridad tuvieron que devaluar abruptamente y llegaron a tener hasta tres monedas distintas simultáneamente, sin un control de la inflación claro. Cuando Brasil supuestamente controlo la hiperinflación con un cambio de moneda implantando el Real, tampoco pudo sostener el equilibrio y necesariamente tuvo que devaluar perdiendo fortaleza frente al dólar y de paso descontrolando la inflación….
Se necesita algo más que eliminar ceros o cambiar de moneda para fortalecerla o para controlar la inflación. Se necesita reglas de juego claras tanto económicas como jurídicas, estabilidad macroeconómica, se necesita una política fiscal clara y separada de la monetaria, se necesita, como no, un banco central libre e independiente. Pero claro, libertad e independencia son palabras que pronto quedaran borradas de la memoria del pueblo venezolano porque no existen en el diccionario del socialismo bolivariano”.
De modo que no es mucho lo que tendría para añadir en esta columna, la suerte del Bolivar Fuerte esta echada: la devaluación profunda y la ampliación del mercado negro para el dolar, que es lo que sucede cuando se controlan los precios de los bienes.
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