Existen varias cosas sorprendentes en el discurso tanto oficial como el no oficial sobre la reforma tributaria y su efecto en varios frentes importantes para la economía nacional. Hay que insistir en que no parece que exista una estrategia de socialización clara sobre una base técnica para la propuesta, ni sobre la bondad de sus resultados. Esta socialización se ha limitado casi a las explicaciones superficiales de los medios de comunicación o a la opinión de algunos columnistas.
Uno de los aspectos sorprendentes de la reforma es el discurso oficial sobre el subempleo, el desempleo y el impuesto a la renta para la equidad-CREE; impuesto que será del 8% y se supone es una cifra que sale de algún estudio técnico. Asumiendo que el discurso oficial es el que está en la exposición de motivos de la reforma, la justificación para implementar el CREE, es que sustituiría los parafiscales porque éstos son un costo muy alto para la nómina lo que dificulta a los empresarios la creación de empleo formal y fomenta el subempleo. La previsión (harto divulgada) del Gobierno es que dicha maniobra incrementaría en 1 millón los puestos de trabajo.
Pero el discurso no oficial es más sorprendente, y está plasmado en las declaraciones de Juan Ricardo Ortega, director de la DIAN, en una reunión con estudiantes y empleados del SENA. Frente a la cifra del 8% para el CREE Ortega dice literalmente que ésta no responde a estudio alguno, que él se la “inventó”, agrega además, que había propuesto el 10% pero que al Presidente no le había gustado, que el 8% era mejor. Dio a entender Ortega que quizá no sea necesario estudio alguno, que 30 años de estudio (de formación académica) le da autoridad para establecer dicha cifra como “razonable”.
Otra polémica afirmación de Ortega, es que la maniobra del CREE no garantiza la creación de nuevos empleos (cosa que ya habían admitido los empresarios), que la cifra del millón de empleos no tiene ningún sustento y, lo que es entendible, que esa cifra es solo un “deseo político”. En esto tiene razón Ortega, la evidencia empírica internacional señala que el desmonte de los parafiscales en ningún país del mundo ha creado empleos significativamente.
Dichas declaraciones es una mezcla de honestidad intelectual, de necesaria irresponsabilidad y de un poco de soberbia. No sabemos si públicamente las hubiera hecho, pero indudablemente hacen quedar muy mal al gobierno nacional, que nos ha vendido la idea de que un impuesto a la equidad crearía un millón de empleos y que, en resumen, ésta será la reforma tributaria que salve al país. Pero Ortega sin querer queriendo se encargo de confirmarnos que no es así.
@jhbarrientos
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