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Hoy comenzó el Tour de Francia y por primera vez en 27 años no hay un ciclista colombiano. Pero esa ha sido la tendencia en los últimos años, la participación de los nacionales en la carrera ciclística más importante del mundo ha disminuido hasta llegar a cero. Lejos estas esos años maravillosos en los cuales se ganaban etapas y vueltas importantes como la de España. Lejos quedan esos días de sufrir y enorgullecernos de Herrera, Parra y tantos otros. Los ciclistas colombianos, los otrora famosos escarabajos, brillan en vueltecitas como la del Tachira o algún que otro clásico.

 


Pero si en el terreno ciclístico llueve, truena y relampaguea, en el del futbol es que no escampa desde hace muchos años, veinte para ser exactos. Porque lo de Estados Unidos 94 y Francia 98 no paso de ser una vana ilusión. Si aquella selección de 1994 que hizo la clasificación perfecta, ganando a equipos como Argentina y Uruguay tanto de visitante como de local,  no pasó de la primera ronda no se cual otra selección lo hará. La perspectiva por ahora no es halagüeña.


Todos los días me pregunto qué sucede con los futbolistas colombianos, con los técnicos, con la dirigencia, incluso con los hinchas. Específicamente me pregunto: Es un problema de futbol? De presupuesto? De dirigencia? de actitud de los deportistas frente a los retos?  O es la prensa? Yo diría que es una mezcla de todo, lo que convierte al futbol colombiano y a su dirigencia en una liga bastante mediocre frente a sus pares argentinos o brasileños, ni que decir de los europeos y claro, la consecuencia más palpable es que nos convierte en perdedores consuetudinarios, y lo peor, sin esperanza de mejorar en lo que viene.


No es para menos el pesimismo. A los técnicos la prensa y los empresarios les imponen jugadores, cuando no es que los jugadores revelan sus preferencias por un técnico o se rebelan a no jugar si no son titulares; los jugadores son inmaduros y no sienten la camiseta, lo he comprobado al ver los partidos de Paraguay, Uruguay, Ghana, México o el mismo Estados Unidos, y eso que los jugadores colombianos técnicamente son mejores que muchos de los jugadores de estos equipos; y de la dirigencia, ni que hablar, prometieron que si Colombia no estaba en Sudáfrica 2010 renunciaba, y no fue así, ahí están casi todos, y ahí seguirán. Estaremos de acuerdo en que presupuesto no es problema (por eso la dirigencia sigue ahí) y el periodismo deportivo, a punta de muertos, escándalos y fracasos, paso a ser un mal menor.


Si queremos volver a Colombia en un mundial ha de pasar un generación, para tener jugadores más maduros, dirigentes con más conciencia del deber ser y, sobre todo y más importante, que Santos cumpla con su promesa de luchar la sede para 2022 y así estarían dadas las condiciones para ver de nuevo la tricolor en un mundial de futbol.


Colombia entonces ni en ciclismo ni en futbol, los deportes que en otra época dieron alegría y felicidad a unos fanáticos quienes hoy desilusionados se consuelan con Armstrong en el Tour o con Brasil en el mundial.

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