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Más allá de la seguridad democrática existe un mundo dominado por otros grandes enemigos del Estado de Bienestar, el déficit fiscal, el desempleo, la pobreza y la desigualdad y, claro, la inminente quiebra del sector salud. Estos cuatro aspectos fundamentales en política social son los que deberá enfrentar el nuevo presidente y no puede estar fuera de las propuestas de gobierno de los candidatos.
 

 


Hasta ahora son poco los candidatos que han hecho referencia a estos problemas, o los han tocado tangencialmente en sus pronunciamientos pues la mayoría se concentran en expresar que en materia de seguridad es la democrática la que hay que continuar. Más  allá de esto hay que replantear la política económica y social del país, porque no habrá seguridad que valga mientras el déficit fiscal, la pobreza, la indigencia y la desigualdad y  el desempleo no se puedan reducir apreciablemente y no haya una política clara en materia de financiamiento de la salud.


Hablemos por el momento del déficit fíiscal. Diferentes analistas, y el ministerio de hacienda, estiman que el déficit fiscal de gobierno para 2010 rondará el 3.5% del PIB, nosotros en la Universidad de Antioquia somos menos optimistas, pues según nuestros cálculos en 2010 el déficit fiscal estará  alrededor del 4% del PIB (bajo el supuesto razonable de crecimiento cero para 2009), los intereses a la deuda se llevan 3.1% del PIB y la deuda, a tercer trimestre de 2009, alcanza el 45% del PIB. Esta es una situación grave, entre otras cosas porque el financiamiento futuro, de hecho el de corto plazo, se pone en peligro, además de afectar la calificación de riesgo y en consecuencia el grado de inversión, necesario para obtener financiamiento externo más barato, esto puede ir incluso en contra del  crecimiento futuro, ya ralentizado por la crisis mundial y de la cual, pretendiendo hacernos creer lo contrario, no estábamos blindados.
 


El déficit fiscal es pues, sin duda, peligrosamente alto, lo peor es que no hubo una clara respuesta del gobierno actual, y me temo que el próximo no tendrá margen alguno para una política fiscal expansiva, pues hay que sumarle a éste problema la revaluación rampante que tendrá grandes efectos sobre el empleo (vía deterioro de las exportaciones), y la cual no parece que haya modo de detener pues muy probablemente ingresaran más recursos dado los grandes proyecto de explotación minera (oro, carbón y petróleo principalmente) y las remesas que deben mostrar mejoría en este año, especialmente las provenientes de Estados Unidos. Cualquier política social conducente a reducir la pobreza y poner en pié el desmadejado sistema de salud necesita gastar, gastar y gastar además de impuestos, impuestos y más impuestos, es decir un reforma tributaria a gran escalas (si más, que le vamos a hacer!!).
 


Señores candidatos yo les pregunto, primero, ¿en sus programas de gobierno que estrategias, si tienen alguna, proponen para detener el rampante déficit fiscal estructural, habida cuenta del tamaño actual y de los problemas que a futuro puede generar? Segundo, ¿cuál sería estrategia de su gobierno para satisfacer la demanda de tipo social como la pobreza, empleo, salud, defensa y educación, cuya solución necesita una política fiscal expansiva y que, de hecho, implica gasto público y más tributos, pero simultáneamente impedir que la revaluación dé al traste con el objetivo?.
 


La tarea sin duda no es fácil….

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