En el gobierno Santos 2014-2018 la infraestructura se erigió como uno de sus principales pilares. En los últimos cuatro años los proyectos de cuarta generación (4G) se han posicionado en las primeras páginas de muchos diarios, como exponentes de un gran avance nacional en términos de competitividad y desarrollo. Sin embargo, poco se ha hablado del gran impulso que ha tenido Colombia en términos de infraestructura educativa.
En 2014 en el Plan Nacional de Desarrollo se creó el Fondo de Financiamiento de la Infraestructura Educativa (FFIE) para dar inicio al plan de este tipo más ambicioso que ha visto el país. Con un presupuesto de la nación por cerca de $2 billones de pesos y una cofinanciación de las Entidades Territoriales cercana a $1 billón, se emprendió la tarea de construir algo más de 12.000 aulas educativas en todo el territorio colombiano. De igual forma, junto con proyectos como “Plan Pacífico” y obras impulsadas desde el Ministerio de Educación Nacional, la meta es llegar a más de 30.000 aulas antes de 2023 para cumplir con el sueño de una mayor cobertura nacional y, sobre todo, de la más alta calidad.
Hoy, en la posesión del nuevo mandatario, Iván Duque, se puede decir que el FFIE ha cumplido con la estructuración de cerca de 12.400 aulas en más de 70 entidades territoriales. Esto representa un importante avance y que de seguro tendrá un impacto social y económico tan grande como el que se espera con el desarrollo vial y portuario del país. Pues tal como se expone en los textos de la OCDE, organismo al que ahora Colombia hace parte, es la educación la mejor herramienta de transformación social y de competitividad económica de un país, estrechamente ligada con su desarrollo y bienestar.
Gracias a esta infraestructura, más niños tendrán acceso a aulas escolares de alta calidad, con espacios educativos como laboratorios, aulas múltiples, zonas recreativas, además de cocinas y comedores aptos para la implementación de programas alimentarios como el PAE. Salones pensados cuidadosamente para mantener un ambiente fresco y sin ruido, que garanticen un mejor aprendizaje. Colegios como estos son los que ahora tendrán estudiantes en zonas como la Guajira, Chocó y la Amazonía. Una verdadera proeza desde el punto de vista arquitectónico y de política pública.
Logros como estos deberían tener más visibilidad en medios de comunicación y deberían ser un ejemplo de la eficiencia con la que equipos técnicos han logrado impulsar las políticas públicas hacia estándares de altísima calidad. Sin embargo, cuando se hace una búsqueda en los archivos históricos del El Tiempo, en los últimos cuatro años sólo aparece un artículo donde se menciona someramente al FFIE, pero existen 554 referencias que hablan sobre Interbolsa, 587 que se escribieron sobre Reficar y 330 que se publicaron sobre los Nule. También es importante resaltar lo bueno.
Ojalá el nuevo gobierno tome al FFIE como referente para ser aplicado en muchos otros proyectos de infraestructura y sepa darle su lugar dentro de las políticas que construyen a este país.
@joseluisalayon
Comentarios