Cirugías o Tratamientos en la vida personal y en las organizaciones
¿Cuándo hacerse una cirugía o cuando un tratamiento?
Todo depende de la urgencia o del método que se quiera aplicar si es que hay posibilidad de elección.
La más famosa decisión que ilustra la importancia de tener claro el camino a tomar es cuando el pie de un diabético con una herida se infecta. ¿Se puede tratar con antibióticos y se salva o corre riesgo la vida y es mejor amputar?
Por el lado positivo, en una organización la pregunta es: ¿La solución del problema aguanta tener un junior que aguante la curva de aprendizaje frente a un compromiso con un cliente o debemos contratar y pagar el experto para solucionar los problemas y evitar perder el cliente por mal servicio?
Volviendo a la salud, ¿si su señora madre estuviera enferma de gravedad la dejaría tratar de un médico aprendiz? Buscaría un especialista con experiencia certificada en casos como el de su señora madre? ¿Cuanto vale la vida de su señora madre?
Con esta reflexión que acabo de plantear se da uno cuenta si una responsabilidad aguanta la ruta larga del aprendizaje o del tratamiento lento pero seguro o si por el contrario hay que acudir al máximo experto con carácter urgente igual que sucede frente a una condición en la cual hay que salvar la vida y la única opción es una cirugía que trae riesgo pero que deja la opción de salvarse en tiempo record si todo sale bien.
Aquí la famosa reflexión de “No asignes a un niño la responsabilidad de un adulto” es la clave del éxito o del fracaso si estamos hablando de Juniors o expertos para una determinada misión.
Hay ahorros o lentitudes o ensayos que pueden costar una vida o un cliente o un negocio. ¿Cuál es su caso?
En medicina hay el largo enfrentamiento entre los médicos alópatas o tradicionales y los homeópatas. La primera medicina usa mucho la cirugía o los fármacos de acción inmediata y focalizada con los consecuentes efectos secundarios y el tratamiento sistémico integral que repara las interacciones y nivela el organismo para llevarlo a un equilibrio con el efecto vacuna que es “lo mismo se cura con lo mismo pero en pequeñas dosis”, asunto que requiere tiempo y paciencia pero muchas veces funciona a la perfección.
Igualmente existen las llamadas medicinas alternativas, parientes de la homeopatía en cierta forma, como la acupuntura, la terapia neural, las medicinas orientales que incluso tratan el espíritu etc.
Es claro en este punto que no hay una única solución ni un solo camino para lograr un objetivo o una curación. Lo que también queda claro es que hay métodos rápidos y métodos lentos, cada cual con sus efectos y sus riesgos.
Esta reflexión es vital en un mundo como el de hoy, donde la velocidad en conseguir una meta o un objetivo está muchas veces ligada a sobrevivir o morir, a ganar o perder y entonces el camino de construcción o de reparación tiene presiones respecto a la variable tiempo que hay que saber administrar.
En el caso de un hijo, en su enseñanza, hacerle la tarea del colegio es equivalente al método rápido de una cirugía. Sacará buena nota al día siguiente pero el no dejarlo aprender y no dejarlo retarse al ensayo y error o al manejo del fracaso traerá sus consecuencias. Por otro lado el darle una guía, retarlo y dejarlo tratar de buscar su propio camino le puede traer el riesgo de fallar pero a la larga lo hará avanzar hacia la toma de conciencia y la maduración, asunto que le traerá autonomía (Esto es como un tratamiento, es el camino largo con sus riesgos y consecuencias pero al final, para este ejemplo, mucho más productivo).
Ahora bien, no todo es cirugía ni todo es tratamiento, ni toda cirugía es preferible, ni todo tratamiento es mejor. Hay ocasiones donde conviene un procedimiento y ocasiones donde conviene otro. Hay momentos donde hay que mezclar cirugía y tratamiento para lograr la meta.
Cuando yo era pequeño, hace muchísimos años de eso, la odontóloga me sacó un par de muelas arriba y un par de muelas abajo y así los dientes fueron corriéndose y buscando espacio porque estaban montados o apretados, asunto que me evitó tener que usar los famosos brackets de ortodoncia que es un tratamiento largo, costosos y molesto, pero es lo indicado el día de hoy porque cada pieza dental merece ser salvada o conservada. Este caso que les narro aplica para lo que hemos venido conversando, como el método rápido que a la luz de este tiempo parece salvaje haber sacado 4 muelas o el método lento del tratamiento para ir corriendo lentamente los dientes hasta dejar la dentadura perfectamente organizada.
En el mundo hay enfrentamientos fuertes frente a los dos estilos en muchísimos escenarios como sucede con la comida y el conocido fast…Food o fast lo que sea o el slow cooking o slow eating o slow…Lo que sea. Cada cual tiene sus pros y sus contras y sus propios fanáticos.
En el peso hay métodos, hacer ejercicio diario y bajar kilos o fortalecer músculos o hacer dieta y en 30 días reducir peso y hasta músculo. ¿Cuál será mejor?
La respuesta general es, hay que analizar en qué situación nos encontramos, ver las alternativas, evaluar los pros y los contras de cada una y luego decidir lo mejor o lo que nos conviene en nuestro caso.
Dejo la reflexión para que no se vayan por un solo camino sin revisar otras posibilidades. Estudie y analice que le conviene y luego si elija entre el método rápido o el lento, cada cual tiene su encanto.
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