La confianza, ingrediente vital en las relaciones personales y de negocios
La confianza facilita, agiliza, minimiza trámites, simplifica procesos, elimina y evita dudas, construye, deja trabajar y actuar o ejecutar sin acosos, hace ver el lado positivo de cualquier iniciativa, permite crecer.
Cuando se pierde la confianza se daña la relación y la convivencia queda gravemente amenazada, bien sea entre amigos o entre parejas o entre socios o entre empresas o entre países.
Entre los países un pequeño y sencillo ejemplo deja en claro que cuando se confía plenamente no se necesitan visas y cuando se desconfía, las visas requieren muchos documentos y tramites largos de verificación mediante referencias y entrevistas que muchas veces terminan en rechazo o negación de la visa, así sea de simple turista. Esto solo por mencionar un procedimiento natural que suele complicarse hasta el infinito cuando no existe confianza.
Las parejas se forman y consolidan cuando la confianza se fortalece y por otro lado, se separan cuando la confianza se pierde, muchas veces por infidelidades o por los excesivos celos que son un síntoma claro de desconfianza e inseguridad respecto a la actuación de la pareja cuando no está presente o cuando está sin “Vigilancia”. Si Usted no confía en su pareja o su pareja no confía en Usted, la relación está muerta, así de sencillo.
En la economía personal o empresarial, se presta dinero si hay unos antecedentes de confianza en el comportamiento crediticio o seriedad de la entidad o la persona en el pago y cumplimiento de sus obligaciones financieras. Si hay duda o los antecedentes indican aleatoriedad, no hay posibilidad alguna que se dé un préstamo y no hay interés alguno que se pueda pagar para resolver la duda generada. En el campo empresarial se suspenden las entregas de mercancía o de servicios a los deudores morosos y solo se les entrega material o servicios cuando se ponen al día y se les obliga a pago previo o anticipado. Cero crédito por pérdida de confianza.
Uno no deja su casa encargada o su auto encargado a una persona en la que no confía porque lo pueden robar o pueden dar mal trato al bien aprovechando la situación para hacer un uso inadecuado del mismo o resultar con sorpresas permitiendo a otros y ajenos usarlo.
Hay gente que jamás deposita su confianza en ser humano alguno o en institución alguna, Esas personas solo confían en ellas y en nadie más. No confían ni en la pareja, ni en los hermanos, ni en los padres, ni en los amigos. Son capaces de hacerle prueba de polígrafo y exigir prendas o hipotecas y verificar referencia para prestarle 1000 dólares a la propia madre.
Cuando la confianza se deposita en una persona o en una organización o en un país ciegamente, se hace sin importar si la persona o institución es la mejor o la más experta o la más bonita o si es la más competente, se otorga la confianza y ya. No importa nada, lo clave es que la persona o la institución encargada es de entera confianza y lo demás se perdona o no importa o se maneja. Ocurre como con los enamorados. El amor es ciego, no ve nada, no oye nada, o no quiere hacerlo.
En negocios entre empresas, cuando existe la confianza todos los procesos y procedimientos estándar se obvian para facilitar que el vínculo se mantenga o se dé. Al resto de proveedores se les aplica toda la letra pequeña en requerimientos y compromisos.
Ahora me viene a la mente que en mi casa la señora que nos ayuda con los servicios internos tiene 4 hijos y una nieta y eso hace que llegue a trabajar a las 10 de la mañana todos los días porque tiene que dejar su casa en funcionamiento y a cada cual atendido, antes de partir para el trabajo en nuestra casa. No importa que eso ocurra porque lo importante es que a ella se le deja sola y se le dejan las llaves de la casa y durante muchos años ha sido leal y honrada, asunto que vale más que cualquier retardo en la llegada. Mi esposa no la cambia por una señora que pueda llegar a las 6:30 o 7 AM, que para el efecto sería más útil y prefiere ella misma asumir las labores vitales mientras llega la señora a nuestra casa, momento en el cual ya todo está arreglado, las camas tendidas y los desayunos servidos, aparte de que todos nos hemos ido a los trabajos.
Que tal cuando un necesita confiarle un secreto a alguien y esa persona no lo conserva y lo divulga haciéndonos un daño irreparable por el impacto social o por la vergüenza que el hacer público el secreto o la intimidad nos ocasiona.
Cuando somos niños o cuando nos comportamos como niños no somos sujetos de confianza. No nos pueden dejar solos porque algo indebido podemos hacer o algún daño podemos ocasionar. Somos sujetos riesgosos. Cualquier cosa puede ocurrir en nuestras manos cuando estamos sin supervisión. En cambio, cuando maduramos, nos volvemos confiables para un buen número de tareas y nos pueden asignar labores que con alta seguridad van a ser cumplidas a cabalidad. Cuando reiterativamente mostramos ser acertados en las acciones que se nos encomiendan, ganamos confianza de quienes nos las entregan y de allí en adelante no hay duda que siempre nos van a asignar más.
Hablando de nosotros mismos, el tenernos confianza permitirá enfrentar todo tipo de retos y salir adelante con ellos, es algo así como tener una esperanza segura que lo que tenemos en mente o lo que está en nuestras manos va a suceder y va a ocurrir como lo deseamos o planeamos.
Sin tenernos o tener confianza conseguir algo positivo es bien difícil y en ocasiones yo diría que sin confianza nada es posible.
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