Felones en las empresas y en la vida personal
Judas fue bueno antes de traicionar a Jesús, Luzbel era un ángel maravilla antes de volverse Lucifer, Caín mató a Abel y eso que…Eran hermanos…las traiciones vienen de los amigos o personas cercanas, no de los enemigos.
La gente es leal a lo que representas, no a ti.
La traición y la deslealtad son muy frecuentes y duelen en el alma, hacen mucho daño y hasta llegan a causar la muerte psicológica o física.
Felonía es la palabra que integra la traición y la deslealtad.
Cuesta trabajo descubrir las traiciones y los traicioneros, lo mismo que los desleales o las deslealtades. Cuando uno se percata que lo traicionaron o lo vendieron porque alguien fue desleal, ya está cocinándose en una gran olla de agua hirviendo y poco se puede hacer, excepto sufrir con la desagradable sorpresa.
Por los motivos anteriores es muy importante saber elegir a quien se le deposita la confianza y a quien no, quien miente y quien no, quien es un actor o actriz y quien tiene verticalidad y una sola cara (Solo deben tener lado A y no hay lado B o C). Conviene hacer pruebas con pequeñas ideas o conceptos o secretos que no afectan pero sirven para evidenciar si hay filtraciones.
Las personas traicioneras y desleales son en general los campeones de la mentira, la falsedad y el engaño. Dicen lo que sea conveniente a quien sea, sin importar las consecuencias y sin limitación o dolor. Son profesionales en la felonía o la canallada.
Como nota interesante, legalmente las felonías son también conocidas como delitos mayores o graves, son los más graves de todos los delitos, y cada Estado tiene diferentes castigos para estos delitos. Una definición estándar de una felonía es: cualquier delito sancionable con más de un año en prisión.
Volviendo a la vida personal y la empresarial, lo felones no tienen cárcel pero tienen como sinónimos famosos los siguientes: embustero, mentiroso, traicionero, hipócrita, impostor, desleal, traidor, judas, infiel, falso y delator. Como son tantos, preferí llamar felón y así los identificamos fácilmente.
Todo felón que se respete tiene mínimo dos caras, pero suelen tener muchas, una para cada ocasión, según sea la conveniencia. Son las personas que uno conoce como capaces de clavar un puñal por la espalda.
Si en su vida personal está rodeado de felones, lo mejor es cambiar de casa, de barrio, de ciudad o de país, lo que prefiera, porque más temprano que tarde terminará en frito en un satén a fuego alto.
Si los felones lo rodean en el trabajo, cambie de departamento o división o cambie de empresa porque terminará también en el sartén a fuego alto.
¿Qué hacer si sospecha que hay uno o dos felones rondándolo en el trabajo? Lo primero es hacer las pruebas de filtración. Invente un cuento creíble e ingenuo respecto a Usted, advierta que es confidencial y privado y observe la vuelta que da ese cuento para verificar la filtración. Haga el seguimiento para precisar quiénes fueron los dos posibles soplones y descubiertos los sospechosos inicie el envío de unas buenas mentiras por ese canal. Con el tiempo perderán respeto y credibilidad y así ya no serán problema. Mantenga luego la boca cerrada y asunto arreglado.
Y si está rodeado de felones en la vida personal, haga la prueba de filtración y descubiertos o confirmados los sospechosos, aléjese de ellos o no los vuelva a tratar. Táchelos o quítelos o bórrelos de su lista de amigos o familiares. De nuevo, reflexione y aprenda a tener la boca cerrada o no haga o diga cosas que no pueda hacer públicas, si no lo puede dar a conocer de todos, no lo haga.
Si quiere jugar al valiente con los felones, descúbralos en público ante la mayor cantidad de testigos que pueda y enfréntelos con la verdad contundente de los hechos. Se necesita arriesgar para hacer este enfrentamiento y se debe manejar con inteligencia porque el felón se va a defender con fuerza y recuerde que es hábil creando mentiras, pero si logra vencerlo en vivo, el felón es el que se irá lejos por la evidencia y la vergüenza de haber sido descubierto porque lo deja con muy baja credibilidad y mala imagen.
Mida sus fuerzas, sus argumentos y sus pruebas, si no las tiene sólidas, es mejor la retirada o el alejamiento estratégico.
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