Personas malgeniadas y cuando ganar la batalla
¿Ha escuchado alguna vez decir que hay personas que toman veneno y quieren que los demás mueran?
¿Le ha pasado alguna vez que llega a la aduana y se encuentra con un policía que está echando candela como dragón malhumorado?
¿Cuántas veces ha tenido que soportar el hacer una fila larga esperando con susto que lo atienda un personaje al que algo desagradable le ocurrió y busca hacer pagar a todo el mundo haciéndonos sufrir, retardando las acciones y peleando con la gente, aparte de exigir lo que no se necesita, pero él quiere aplicar para que todos sientan dolor, mejor dicho, el que algo le pasó y se desquita con uno?
Siempre sabemos que algo nos va a pasar con ese tipo de personajes y pasamos frente a ellos a recibir nuestro turno con el mismo tipo de susto que le generaba a uno saber que la mamá lo iba a regañar por haber hecho algo mal a los 7 años. En esos momentos es cuando la gente recuerda debe pedir a un ser superior ayuda y pide un milagro para salir bien librado.
Eso mismo pasa en las empresas cuando el jefe llega de mal humor o como cuando uno llega a casa y la pareja está de malgenio o como cuando el profesor llegaba a dar clase y había tenido una altercado previo con la esposa o un hijo (Examen seguro y tan difícil que todo el mundo sacaba mala nota).
¿Qué hacer? En el momento duro solo queda rezar o buscar distancia o callar oesconderse…Si íbamos a pedir o proponer algo, mejor es buscar otro día u otra hora cuando la marea esté baja…O cuando la persona esté de buen humor.
La vida está llena de momentos de todo tipo, hay que saber en qué momento conviene y en cual no es prudente hacer una tarea o una solicitud o un movimiento.
Un amigo siempre esperaba que alguien entrara con una buena noticia a la oficina del jefe (El jefe era muy malgeniado) y una vez lo veía alegre, se entraba a hacerle cualquier pedido y desde luego se lo aprobaba.
En momentos como los mencionados es cuando uno entiende que hay batallas que conviene perder o batallas en las que es mejor dejar ganar al otro o simplemente no involucrarse o pasar de largo. Hay juegos en los que la mejor decisión que podemos tomar es aplazar o no jugar. A veces la mejor decisión es hacer nada. Quieto en primera, como dicen, no se mueva.
El quedarse quieto o el no jugar o no contestar o no replicar es una estrategia que muchos olvidan puede usarse y es una salida brillante la mayoría de las veces. Uno puede aceptar o rechazar los retos y las competencias. En el peor de los casos, es mejor pasar un minuto de vergüenza o de aparente debilidad o de excesiva quietud, que engancharse en una pelea o perder la vida o generar un conflicto que afecte a muchos.
En las empresas y en la vida personal hay que tomar decisiones respecto a lo que se contesta por cualquiera de los medios que hoy día existen. La empresa y las personas están en capacidad de decidir qué contestan y que no contestan y en ese sentido hay que recordar que no estamos obligados a dar respuesta en todas las ocasiones y así mismo no estamos obligados a contestar de inmediato.
El demorar una respuesta para poder elaborar algo de buena calidad es un asunto lícito y es un derecho que todos poseemos pero mucha gente olvida y contesta de inmediato. Si alguien pregunta algo, nosotros podemos responder la parte que convenga, podemos no responder o podemos dar lujo de detalles que ni siquiera son parte del requisito. ¿Cual posición adopta Usted? Según la situación o el momento conviene alguna de las tres, lo importante es saber que tenemos todas las opciones y no necesariamente la de contestar de inmediato.
Un amigo me enseño una frase que hay en la Biblia y concretamente en el nuevo testamento que dice muy sabiamente lo que acabo de describir arriba y se las quiero regalar porque vale la pena esta reflexión en los negocios, en las empresas y en la vida personal a la hora de actuar. Nunca pensé encontrar una recomendación de negocios o de estrategia en la Biblia.
“Mirad, yo os envío como ovejas en medio de lobos, por tanto sed astutos como las serpientes e inocentes como las palomas”
Comentarios