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En estos días que muchos de nosotros, en el planeta Tierra, hemos tenido la oportunidad de experimentar lo que significa estar encerrado en un apartamento o en una casa y salir poco, especialmente a temas vitales que no se pueden manejar por domicilios, se ha generado una gran oportunidad de encuentros muy al interior de nosotros mismos con una buena dosis de reflexión sobre el valor de la vida, el manejo de las distancias y la importancia de una buena higiene y unos protocolos de limpieza, cuando uno recibe algo que viene de la calle o simplemente cuando uno llega de la calle y entró a su vivienda.

 

La noción del tiempo y el espacio, el valor de nuestro planeta, las personas, los animales y las cosas,  lo mismo que el manejo de las distancias cambiaron dramáticamente.

 

Manejar los horarios para las reuniones es un asunto que me está gustando mucho porque todo se hace a tiempo, tanto el inicio y como la finalización. Este orden aplica incluso para las reuniones entre amigos y las reuniones de la familia.

 

A propósito de reuniones de familia y de amigos, he visto positivamente que se han aumentado y hemos logrado vernos y departir una buena cena o un buen vino con frecuencia, asunto que en el pasado inmediato era casi un imposible juntarnos todos tantas veces.

 

Al principio nos todos nos hemos llenado de trabajo por el esfuerzo de entender y aprender como acomodar nuestras tareas diarias al nuevo ambiente que nos ubica dentro de la casa o apartamento. Pero luego ya hemos venido normalizando.

 

También ha ocurrido que hemos encontrado una cantidad importante de actividades y responsabilidades nuevas, al interior de nuestra vivienda, que hacen que definitivamente tengamos que aprender a manejar los espacios y el tiempo en forma distinta, aunque es pertinente aclarar que ahora no tenemos que invertir tiempo en desplazarnos para ir al sitio de trabajo o para volver a nuestra vivienda y eso a la larga nos regala un buen espacio de tiempo, a favor, en nuestras vidas, espacio de tiempo con el que no contábamos antes. Ahí ya estamos ganando.

 

La convivencia y la interacción con las personas que nos acompañan en nuestra casa o apartamento se ha vuelto de mayor duración o detalle,  allí viene un gran aprendizaje que está sirviendo para dar giros a nuestros vínculos íntimos y así descubrir gratamente oportunidades de profundizar en la relación que antes no habíamos experimentado e incluso cambiar nuestras apreciaciones y nuestras definiciones al respecto, para bien o para mal.

 

Un tema maravilloso es evidenciar que cada lugar de nuestra casa o apartamento llega a tener un propósito que en algunos momentos puede ser múltiple y en otros puede ser un propósito especializado de tal manera que la vida nos lleva a tener experiencias distintas a las tradicionales del pasado, en las alcobas o en el estudio o en el comedor o en la sala o en la terraza o en el balcón o en el patio según sea la configuración de nuestra vivienda.

 

Lo llamativo de este mágico momento que estamos viviendo es que tenemos por primera vez todo en un solo sitio (Todo en uno): la oficina, la casa, el lugar de diversión y entretenimiento, el gimnasio, el parque, el cine, el restaurante, el lugar de descanso, el colegio, la universidad, la lavandería, la iglesia y hasta el lugar de vacaciones.

 

También es significativo ver cómo a pesar de las distancias y de que cada cual está en su casa o apartamento, se está llevando a cabo un increíble trabajo en equipo, como nunca habíamos visto. No hay alternativa. Trabajamos en equipo y cada cual aporta y ayuda o no logramos salir adelante con éxito en los retos que a diario nos trae la situación que estamos viviendo.

 

El trabajo en equipo no solamente se refiere a la oficina, sino también a la casa, a la universidad o al colegio. Este es un momento donde estamos viviendo el famoso juego de «todos ponen» y lo que me divierte mucho es que a todos nosotros nos está tocando hacer muchos oficios y muchas tareas que en la vida anterior no realizábamos o teníamos las funciones delegadas en otras personas que nos colaboraban. Hoy día nos toca hacer de aseadoras, de cocineros, de lavanderas, de jardineros, de plomeros, de electricistas, de niñeras, de profesores, de peluqueros, de manicuristas, de consejeros, de psicólogos o ¡Todos hacemos de todo, según se necesite! ¡lo que sea!

 

Cuando salgamos de ésta increíble condición que estamos viviendo con motivo de nuestro gran aliado el Covid19, habremos aprendido mucho en muchos aspectos, especialmente habremos aprendido a darnos cuenta lo vulnerables que somos, habremos aprendido la importancia de la solidaridad, el valor del respeto, el valor de la disciplina, la importancia de la paciencia, lo inteligente que es mantener las distancias, lo clave que es en estos momentos el uso de la tecnología, lo iguales que somos en lo esencial los seres humanos, donde no importa la raza o la clase social o qué tan poderoso es nuestro país o que tan distinguida o grande es nuestra empresa, cuándo un destacado virus como el covid19 nos obliga a cambiar nuestras vidas y a protegernos porque ningún país ha mostrado tener capacidad suficiente para enfrentar este tsunami de la salud y salir ilesos. Es claro que la creatividad no tiene límites y en medio de todas las restricciones, hay personas, empresas y países que han logrado encontrar opciones muy positivas para salir victoriosas en medio de la crisis y nos están dando ejemplo.

 

En resumen, el reto de cada uno de nosotros está en convertir las limitaciones y la crisis en oportunidades reales.

 

Se necesita aceptar la nueva vida que tenemos que enfrentar y en consecuencia verla positivamente y con gran entusiasmo.

 

Con base en las nuevas reglas del juego y quitándonos el miedo al cambio, dejemos de hacer lo que veníamos realizando. Movámonos rápidamente al escenario de atender las nuevas condiciones de los mercados y de la vida y en consecuencia adaptémonos a la mayor brevedad posible al nuevo mundo que demanda de nosotros: nuevos comportamientos, nuevas ideas, nuevas acciones, nuevos procesos, nuevos aliados y nuevas soluciones muy distintas de las que dominábamos o conocíamos hasta antes de recibir la visita de nuestro amigo Covid19.

 

No dudamos que a un buen número de personas y algunos de sus familiares, a algunas organizaciones y algunos clientes o proveedores y algunos países el Covid19 les ha traído problemas, limitaciones, conflictos, sufrimiento, malestar y hasta muertes, quiebras o pérdidas.

 

A pesar de todo lo malo anteriormente descrito, debemos agradecer a esta famosa pandemia todo lo qué nos está enseñando, lo que nos está haciendo reestructurar como personas, como organizaciones o como países y lo que nos está regalando, en medio del dolor que produce este fuerte cambio, con todas sus consecuencias en principio negativas pero a la larga positivas porque seguro después de este tsunami de salud y económico seremos todos más sabios, más fuertes y mucho más precavidos.

 

Este es un momento de nuestras vidas donde tenemos que reinventarnos como seres humanos, reinventarnos como padres, como hijos, como amigos, como pareja, como empleados, como socios, como compañeros de trabajo, como alumnos, como fieles de algún culto, como empresarios, como educadores, como ciudadanos, como país, como sociedad.

 

Este es un tiempo, que recordaremos siempre, porque nos ha hecho reflexionar, darnos cuenta y tomar conciencia de lo que realmente es importante (y lo que no) y desde luego hemos aprendido a valorar lo que tenemos: la familia, el planeta Tierra, el amor, el trabajo, la salud y la vida.

 

Gracias querido Covid19.

 

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