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En el vertiginoso mundo actual, donde la tecnología avanza a pasos agigantados y la dinámica laboral cambia constantemente, el papel del líder se ha vuelto más crucial que nunca. Sin embargo, a pesar de la información y recursos disponibles sobre liderazgo efectivo, es sorprendente cuántos jefes aún no han logrado interiorizar y aplicar los principios fundamentales del liderazgo en sus equipos. ¿Por qué muchos jefes no logran ejercerlo adecuadamente?

Como Coach ejecutiva y periodista en mi experiencia por el mundo empresarial por más de veinte años, he observado en algunos ámbitos empresariales que las personas que delegan como jefes en algunas instituciones a veces, no están preparados para dirigir un equipo de trabajo, algunos solo piensan que ser jefe tiene que ver con mandar, pero para ser un gran líder se necesita más que un pergamino, un rostro serio y ordenes por doquier.

Como bien lo decía Mahatma Gandhi, ‘’un buen líder es aquel que sabe obedecer tanto como mandar.»  Ya que no solo se trata de mandar, sino que cuando se tiene la oportunidad de dirigir o estar en un cargo de poder, lo primera pregunta que debería formularse un jefe, ¿es que tengo que cambiar en mi para reflejar en mi equipo empatía, respeto, admiración e inspirar?.

En el mundo laboral, hay unas personas que inspiran con su ejemplo y otros a quienes cuando sus colaboradores los ven les generan adversión

¿Qué clase de líder eres?

Es importante mencionar que el liderazgo ha evolucionado a lo largo de los años, pasando de un enfoque autoritario a uno más participativo y colaborativo. En la era actual, donde la diversidad, la inclusión y la agilidad son esenciales, los líderes deben adaptarse a un estilo de liderazgo más flexible y empático. No obstante, muchos jefes todavía se aferran a prácticas anticuadas que no responden a las necesidades y aspiraciones de sus equipos. Existen abusos de poder y manejo psicológico que en donde los jefes no son conscientes ni siquiera del uso de su lenguaje y cómo se relacionen con sus colaboradores o compañeros de trabajo.

Algunos no tienen mucha consciencia de que sin su equipo de trabajo ellos no podrían brillar y en ocasiones algunos también subestiman el poder e influencia que pueden tener algunos de sus colaboradores en situaciones impensables.

Como Coach ejecutiva y periodista en mi experiencia por el mundo empresarial por más de veinte años, he observado en algunos ámbitos empresariales que las personas que delegan como jefes en algunas instituciones a veces, no están preparados para dirigir un equipo de trabajo, algunos solo piensan que ser jefe tiene que ver con mandar, pero para ser un gran líder se necesita más que un pergamino, un rostro serio y ordenes por doquier.

Como bien lo decía Mahatma Gandhi, ‘’un buen líder es aquel que sabe obedecer tanto como mandar.»  Ya que no solo se trata de mandar, sino que cuando se tiene la oportunidad de dirigir o estar en un cargo de poder, lo primera pregunta que debería formularse un jefe, ¿es que tengo que cambiar en mi para reflejar en mi equipo empatía, respeto, admiración e inspirar?.

En el mundo laboral, hay unas personas que inspiran con su ejemplo y otros a quienes que cuando sus colaboradores los ven lo único que sienten por ellos, es aversión.

La Confusión entre Jefatura y Liderazgo

Una de las principales razones por las cuales los jefes no logran ser líderes efectivos tiene que ver con el paradigma basado en la cultura paternalista de los siglos anteriores donde se pensaba que ser jefe, se traducía en una autoridad basada en el miedo, en gritos, en mandar sin consideración solo por el hecho de que soy el jefe.  Pero esos tiempos y ese paradigma están cambiando y algunos jefes se han quedado en cultura autoritaria e imponente que no permite que las empresas progresen dado a que no existe espacio para escuchar, para acercarse al otro, para indagar quién es el otro, para observar en vez de mandar.

El mundo sigue evolucionando y es clave que los jefes se preocupen por conectar con su gente, por conocerse a sí mismos, por trabajar en su mundo interior para generar espacios de conexión con los grupos de trabajo, ya que tampoco existen equipos de trabajo, sino grupos.

Un líder es aquel que influye positivamente en las personas para alcanzar objetivos comunes. La mera jerarquía ya no es suficiente para inspirar y motivar a los equipos modernos.

Habilidades Sociales y Empáticas

El liderazgo contemporáneo exige un conjunto diverso de habilidades que van más allá de la toma de decisiones y la dirección de tareas. Los líderes deben ser capaces de comprender las emociones y necesidades de sus colaboradores, fomentando un ambiente de confianza y respeto. Lamentablemente, muchos jefes carecen de estas habilidades sociales y empáticas, lo que resulta en equipos desmotivados y falta de compromiso.

La Importancia de la Comunicación

Un líder hábil es un comunicador excepcional. La comunicación clara y efectiva es esencial para alinear a los equipos hacia una visión compartida y para garantizar que todos estén en la misma página. Sin embargo, demasiados jefes no dedican tiempo ni esfuerzo a mejorar sus habilidades de comunicación, lo que lleva a malentendidos y falta de dirección.

Fomentar la Innovación y la Colaboración

En la era de la innovación constante, los líderes deben fomentar un entorno en el que la creatividad y la colaboración prosperen. Los jefes que no comprenden esta necesidad pueden inhibir el potencial creativo de sus equipos al imponer estructuras rígidas y procesos anticuados.

En última instancia, el liderazgo efectivo es crucial para el éxito y la sustentabilidad de cualquier organización. Los jefes deben darse cuenta de que su rol va más allá de dar órdenes y supervisar tareas; deben ser líderes que inspiren, motiven y guíen a sus equipos hacia el logro de objetivos comunes. Al cultivar habilidades sociales, empáticas y de comunicación, así como al adoptar un enfoque colaborativo y orientado a la innovación, los jefes pueden transformarse en líderes valiosos y efectivos en el panorama laboral. El camino hacia el liderazgo exitoso requiere voluntad, aprendizaje constante y la disposición de adaptarse a las demandas cambiantes del entorno laboral.

 

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