Ingresa o regístrate acá para seguir este blog.

En un mundo que aplaude los logros, las metas y la productividad, muchas veces olvidamos que el verdadero éxito empieza adentro. Lo observo como Coach y periodistas en el mundo corporativo, en mis talleres de coaching, donde muchos seres humanos no han conectado con su salud emocional.

El otro día en un taller conferencia sobre coaching de equipos y equipos de alto rendimiento, que realice para un grupo financiero, escuche decir a los asistentes que muchas veces, las personas se desgastan en el trabajo por cumplir olvidando incluso su salud física y emocional.    Así mismo, que para dar a otros, primero hay que darse a sí mismos.

Siempre he pensando que mis coachees o asistentes a mis talleres y entrenamientos son mis mejores maestros. Como siempre he este entrenamiento tuve la fortuna de conocer personas extraordinarias que piensan más allá de sí mismos y que buscan el bienestar de otros.  Todos tienen ese deseo genuino de dar de sí mismos a otros.

No obstante, me quede pensando que es clave seguir conversando sobre el cuidado de la salud emocional.

Porque no hay cima que valga la pena si llegamos a ella rotos por dentro.
Porque no hay equipo de alto rendimiento sin bienestar emocional.
Porque no hay liderazgo verdadero sin consciencia interna.

¿Qué es la salud emocional y por qué importa?

La salud emocional no significa «estar bien todo el tiempo». Significa tener el valor de sentir, de reconocer lo que pasa en nuestro interior, sin juzgarnos. Es saber que somos humanos: que podemos llorar, enojarnos, sentir miedo o frustración… y también, que podemos aprender a transformarlo en fuerza, en claridad, en evolución.

Cuando ignoramos nuestras emociones, terminamos pagándolo caro: con el cuerpo, con nuestras relaciones o con un corazón agotado de tanto fingir.

¿Y por qué lo traigo hoy a este espacio?

Porque como coach de equipos, de vida y de felicidad empresarial, he acompañado a muchas personas brillantes que han olvidado lo esencial: su mundo emocional. Ejecutivos, madres, emprendedores, líderes. Todos con un punto en común: el alma pidiendo atención.

Te lo digo con convicción: la salud emocional no es un lujo, es la base para todo lo demás. Cuando no la cuidamos, nos alejamos de nosotros mismos. Y cuando nos alejamos de nosotros, también nos alejamos de los demás.

Señales de alerta

Tal vez estás leyendo esto y algo en tu interior hace “clic”. ¿Te suenan algunas de estas frases?

  • “Estoy cansado, pero no físicamente, sino emocionalmente.”
  • “No tengo ganas de nada, aunque todo esté bien afuera.”
  • “Estoy reaccionando con rabia o tristeza sin saber por qué.”
  • “Me cuesta poner límites o decir lo que siento.”

Si es así, respira. No estás solo ni sola. Estás en el lugar correcto para empezar a sanar.

¿Cómo cuidarla?

Aquí te comparto algunas claves que aplico en mis procesos de coaching y también en mi vida:

  1. Escúchate con compasión. No te critiques por sentir. Valida lo que te pasa.
  2. Exprésate. Habla con alguien de confianza, escribe, pinta, grita al viento si es necesario… pero no te lo guardes.
  3. Ponle nombre a lo que sientes. La emoción que se nombra, se suaviza. La que se reprime, se desborda.
  4. Rodéate de vínculos que sumen. No estás para cargar con relaciones que te restan energía.
  5. Busca apoyo profesional. A veces, el mayor acto de valentía es pedir ayuda.
  6. Cuida tu cuerpo. Recuerda: mente, emoción y cuerpo son un solo sistema.

Una gaviota también necesita detener el vuelo

Sí, incluso las gaviotas –esas que parecen incansables en el cielo– necesitan descansar, revisar el ala herida y reconectar con su centro.
Así también tú.
Tú que das tanto, que lideras, que acompañas, que sostienes a otros.
Hoy te invito a hacer una pausa y preguntarte:
Pregunta del Coach: giovannafuentes@yahoo.com

¿Cómo está mi salud emocional? ¿Qué parte de mí necesita cuidado, ternura o contención?

Vuelo consciente

Como Gaviota, creo en los vuelos auténticos, no en los que se hacen con el alma arrastrada. Por eso, cuidar tu salud emocional es también cuidar tu liderazgo, tu felicidad, tu poder personal.

No lo pospongas. Porque no hay excelencia sin bienestar.
Y no hay verdadero bienestar sin corazón.

 

 

Compartir post