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Grand Hyatt Bogotá Exterior

 

En el pleno corazón de Bogotá, una ciudad llena de historia, cultura y una energía vibrante, se impone con su original construcción de arquitectura vanguardista y diseño innovador, el hotel Grand Hyatt Bogotá, que se eleva majestuosamente sobre el horizonte urbano. Está ubicado estratégicamente cerca del aeropuerto internacional el Dorado. Tuve el privilegio de hospedarme un fin de semana, invitada por la gerencia del hotel dentro del de la política de la cadena hotelera Gran Hyatt de que sus colaboradores y personas de interés vivan la experiencia de hospedarse.

Por supuesto que días antes de que se llegará el fin de semana, agendado había preparado mi maleta cuidosamente con varios atuendos para aprovechar mi estadía y tomarme junto con mi hermana muchas fotografías, sabiendo que estaría en un lugar único. Así que llegando al hotel decidí sumergirme en un mundo del lujo y confort.

Llegando al hotel

Al llegar al hotel y atravesar la puerta principal, tuve la sensación de entrar en otra dimensión. Una colección de orquídeas color lila, cautivaron mis sentidos. Todos los visitantes son recibidos con la exquisita fragancia que emana de estas exóticas flores representativas de Colombia, uno de los países con 4.270 especies, según estadísticas del sector floricultor.

La exhibición de las orquídeas en uno de los lobbys más lujosos de los hoteles de cadena Gran Hyatt, refleja el orgullo de la riqueza del país por la diversidad natural y cultural. Cada visitante queda maravillado con el exótico escenario, donde a su vez se conjuga la recepción y el imponente diseño ecléctico del bar ‘El ilustre’.

Todo inicia, con una cálida recepción en el elegante lobby, donde la sofisticación y el estilo se entrelazan con una atmósfera acogedora que te transportan a un mundo de elegancia atemporal. Mientras hacía fila en recepción para hacer el ‘check-in’, pregunté a uno de los colaboradores del hotel que sí podría ir de inmediato al spa, ya que tenía dos reservas a las tres en punto de la tarde. Comedidamente me respondió que sí y después con calma podría registrarme. Debo decir que Zaitania spa es un santuario de paz y relajación. Todo está dispuesto allí para que te conectes con tu cuerpo, relajes la mente y te dejes consentir.

La experiencia en el spa, fue tan agradable, que debo decirlo que me gustaría repetirla. El masaje duró casi una hora, la música y la atención de la profesional que me atendió fue excelente.  Todo está pensado y adecuado para que relajes tu mente, tu cuerpo y te eleves a otra frecuencia más saludable, te desconectes y dejes atrás las preocupaciones cotidianas y solo pienses en lo cálido y relajante que es sentirte consentido y cuidado de manera profesional. Me gustó, salí caminando como entre nubes y sonriente.

La hospitalidad del hotel es excepcional. Todos los colaboradores desde las personas que atienden la puerta, hasta los más altos ejecutivos te reciben con un cálido y cordial saludo, se evidencia el esmero y entrenamiento del personal en cada detalle, en cada ambiente del lujoso lugar.

La persona que nos atendió en recepción, fue atento, amable. Nos brindó todas las indicaciones con una sonrisa y de manera diligente.  Ese fin de semana, la experiencia de hospedarme por primera vez, en el hotel Grand Hyatt Bogotá, en una de las elegantes ‘suites’ se convirtió en un exótico y sofisticado viaje de lujo. Además, porque cuando ingresé a la habitación encontré una nota de bienvenida por parte de la gerencia, deseándonos una estadía agradable con una canasta de frutas que adornaban la mesa con sus vistosos colores.

También me quede extasiada contemplando la luz natural que penetra la habitación proveniente de los grandes ventanales de piso a techo y que revelan la impresionante vista panorámica de la ciudad. La decoración es moderna con detalles en tonos cálidos: una cama King size, que invita a soñar, un área de estar con mullidos sillones y un gran baño con una llamativa bañera que provoca sumergirse de inmediato y ponerse todos los productos de la marca Loto del Sur, fragancia que caracteriza al hotel.

La instancia se ve realzada por los servicios y comodidades de clase mundial. Desde el acceso a las lujosas habitaciones, donde el confort y el diseño se fusionan en un santuario de tranquilidad, hasta la oportunidad de disfrutar de las diversas instalaciones del hotel, que incluyen el spa, el bar y los confortables restaurantes Capitalino y Ushin Japanese & Grill, ubicado en el piso 14, que combina la cocina japonesa con una parrilla de carbón binchotan, donde se disfrutan delicias como sushi fresco, sashimi y carnes premium, todo presentado con elegancia y sabor. Particularmente me fascinó cuando lo visité, la forma en que el Chef  prepara el salmón, la deliciosa y nutritiva ensalada y el exquisito arroz cubierto de ajonjolí crujiente y salsa de teriyaki. Manjares al paladar.

Lounge del Gran Club

A mi hermana, a mí nos encantó el Gran Club ubicado en el piso 13, un lugar exclusivo para huéspedes que eligen habitaciones de nivel club y miembros de programas de lealtad.  Es un espacio acogedor. La atención de los empleados es cordial y amable, todos están entrenados en procura de que el visitante disfrutes del lugar. Ni que hablar de los exóticos cócteles preparados por expertos mixólogos. (esa nueva generación de bartender que mezcla, sabores, texturas y crea detrás de la barra).  Alguien me explicó que en cada espacio del hotel se preparan cócteles únicos allí se destacan: Amethyst Club, creado por by Jaime, Emeral Club, by Marcela, y Pócima de Amor by Gerley. Para iniciar nuestra tarde, empezamos con el Amethyst, con sabores aromáticos y vodka. Es delicioso.  Me enamoré de Pócima de Amor, un cóctel suave con el que disfruté de la conversación y de la espectacular y majestuosa vista panorámica de la ciudad y de las montañas capitalinas.

Como nos encanta tomarnos fotografías, aprovechamos el espacio para divertirnos y tomar algunas fotos. Un gesto que me sorprendió gratamente es que una de las jóvenes que atiende el lugar, amablemente se dispuso como toda una fotógrafa profesional a tomarnos la fotografía, y hasta nos dirigió la pose.

Mientras sonaba el flash, conversamos con ella, y nos contó que está muy contenta de trabajar en el hotel y que ha sido para ella y su familia, una gran bendición formar parte del equipo de trabajo de la cadena hotelera.  Con mi Hermana, admiramos la positiva actitud y la atención que nos brindó. Estaba encantada de colaborarnos para que en nuestro celular quedará plasmada para la posteridad que vivimos la experiencia de hospedarnos en el Gran Hyatt Bogotá.

Después de la fabulosa experiencia del fin de semana, un mes después viajé a Atlanta y en la exclusiva zona donde me alojé en el distrito de Buckhead, muy cerca al hotel donde me hospedé, me topé con el Hotel de la cadena Gran Hyatt, y al observarlo mientras caminaba por la vistosa calle, inmediatamente me conecté con la experiencia de Bogotá.  Me llamó la atención el imponente edificio con un diseño arquitectónico más conservador y quizás con algún estilo colonial.

Confieso que en mi carrera como periodista he tenido la posibilidad de hospedarme en lujosos hoteles en algunos lugares del mundo, pero debo decir que la experiencia del fin de semana en el Gran Hyatt Bogotá, fue increíble y única. Realmente hospedarse allí se convierte en uno de los recuerdos memorables de tu vida, por la calidez y atención que recibes de todo el personal. Así las cosas, cuando haces el ‘’check-out», te llevas tatuado en tu corazón y tu alma, el deseo de regresar y vivir otro fin de semana de espectáculo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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