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Tuve la oportunidad de asistir a la exposición virtual de Björk, la artista más vanguardista que el mundo haya conocido. O creo. Es decir, no creo que haya otra igual de original y si la hay favor avísenme. La vez de lo de Séptimo Día, el espectáculo del Circo del Sol, dos niñas amigas mías me reclamaron el hecho de no haber advertido que había spoilers en mi artículo, así que para esta vez deberé hacerlo. Hay spoilers de aquí en adelante pero pues lastimosamente ya no hay cupos, así que spoiler o no spoiler es lo mismo.
La exposición está dividida en tres partes. En el primer salón había 50 parlantes cuidadosamente distribuidos y se proyectó el primer video, Black lake. Básicamente en todo el trabajo, que dura 45 minutos, se ve el sufrimiento por el que Björk pasó luego de la separación de su esposo. Es un espacio inmersivo que luego se convierte en realidad virtual. Me puse las gafas y los audífonos ya en el segundo salón. Qué locura, de verdad qué locura. Esta exposición lleva 4 países y somos los afortunados en este momento de presenciarlo. Todo hace parte de su álbum Vulnicura; y bueno, con decirles que hay un video en el que, por medio de esta mágica realidad virtual, nos metimos en la boca de Björk (la canción es “mouth mantra”), dientes, lengua y demás, mientras ella canta. De verdad impresionante, nunca había visto nada igual. Qué inmersión, básicamente quedé en shock. Sentía que la podía tocar en las playas de Islandia, donde fue filmado.
Luego de este brochazo de realidad virtual, permitiéndome un par de líneas más, les cuento que el mercado en los Tes ayer dio para hacer cortos, puesto que la tasa subió un poco. Ya les dije que no mencionaré a los mismos de siempre, más bien les cuento que los títulos de Agosto de 2026 abrieron al 6.50% y cerraron al 6.518%; también el dólar se subió hasta los 2.925,80 pesos. Dinámicas de realidad real que conviven con dinámicas de realidad virtual.
La realidad virtual, a ese nivel tan vanguardista de Björk, me encantó. Hasta hubo un segmento en el que miré mis propias manos y parecían de robot. Alucinante. Sin embargo le oí a alguien que no todo puede ser virtual. Hay actos y manifestaciones que deben hacerse más bien de manera presencial.
El amor y los libros sí deben ser presenciales, no virtuales.
