HackU creó una herramienta de educación por WhatsApp

¿Usted es de los que revisa WhatsApp todos los días? La respuesta más probable es que sí. En línea con esta afirmación, es normal que las personas estén acostumbradas a ver en esta app los mensajes de los contactos que tienen con amigos, familiares, compañeros de clase y de trabajo. Con más de 2.000 millones de usuarios activos en el mundo, este gigante de la mensajería instantánea se ha convertido en una parte integral de la vida de la gente, sin importar su estilo de vida o condición socioeconómica.

Juan Simón Salazar Arboleda, cofundador y COO, Alejandro Duque Correa, cofundador y CTO, y Guillermo Jaime Calderón, cofundador y CEO de hackU. Montaje Johan Paniagua.

Sin embargo, esa herramienta tecnológica ofrece otra serie de funciones que, tal vez, no son suficientemente conocidas y que pueden ser de valiosa utilidad. Por ejemplo: utilizar WhatsApp como vía de aprendizaje para adquirir nuevas habilidades.

En ese contexto, «hackU nace un 11 de septiembre de 2018 como empresa. La empezamos Juan Santiago Salazar, mi primo que ya no trabaja con nosotros, y yo. Comenzamos con una idea totalmente distinta a lo que es hoy: en ese entonces era una plataforma de cursos que no resolvía un problema real en el mercado», recuerda Juan Simón, uno de los cofundadores y actual COO.

Previamente a incorporarse a hackU, Juan Simón trabajaba en Bancolombia, mientras que su primo Santiago estaba dedicado solo a la plataforma. Pero, al ver que no funcionaba bien e iban directo a la quiebra, Juansi decidió renunciar y dedicarse al 100% al emprendimiento con el que soñaba hacer un cambio en los métodos de instrucción y capacitación.

En agosto de 2019 se unió a este emprendimiento Alejandro Duque, amigo y excompañero de la universidad de Juansi. Llegó como desarrollador de la plataforma y actualmente se desempeña como CTO de la firma, o sea que dirige los proyectos tecnológicos.

«Cuando Alejo entró, fue que esto empezó a tomar forma, y pasó de una idea, a un verdadero producto digital», reconoce Juan Simón.

Esta EdTech, utiliza microcápsulas de entre 2 y 10 minutos diarios, enviadas a través de WhatsApp u otros medios de mensajería instantánea, para mandar contenido de valor a los colaboradores de las empresas que contratan sus servicios, con el fin de que puedan actualizar sus conocimientos sin necesidad de cambiar los requerimientos de su trabajo.

Adicionalmente, ofrece a todos los colaboradores la funcionalidad de un coach educativo, cuya labor es apoyar a aquellos que se les dificulta la disciplina de aprender a terminar sus cursos.

Una adhesión salvadora

«Al inicio, yo podría decir que no había una empresa, digamos que había dos personas con una idea de generar un impacto positivo», dice el COO, Juan Simón, quién dirige las operaciones.

«Cuando comenzamos a darle forma a hackU Santi y yo, Alejo estaba en Argentina. Allí, en el país austral, lideraba un equipo de tecnología vinculado con el gobierno, de unas 60 personas, y estaba encargado de manejar una aplicación que simplificaba la vida de los ciudadanos», agrega.

«Con una aplicación sencilla, las personas de bajos recursos tenían acceso a sus documentos, y podían identificar el sitio para ir a cobrar los subsidios, entre otros servicios. Esta experiencia fue bastante gratificante porque tenía que ver con entregarle a la gente algo útil mediante un procedimiento fácil», recuerda Alejandro.

Cuando Juan le compartió el proyecto de hackU, le pareció interesante. Sobre todo, por tocar la educación con impacto en la gente. Entonces, regresó a Colombia para apoyar el emprendimiento en la parte que requerían resolver: ¿cómo hacerle la vida simple a las personas que no tenían manera de educarse con modelos tradicionales?

La necesidad del caos

Hubo un momento en que la empresa que fundaron Santiago, Juan Simón y Alejandro se vio trastocada con la partida de Santiago. Si bien es cierto que cada uno de ellos conocía el negocio, de manera transversal, también, en una etapa tan temprana de la empresa, era necesario que estuvieran las tres piezas perfectamente aceitadas y engranadas para que la rueda siguiera funcionando como lo estaba haciendo hasta ese momento.

«Recuerdo a Santi cuando salió, estuvimos a días de morir como compañía. Había inestabilidad emocional en el equipo y de cara a los inversionistas. “¿Qué hacemos? Tenemos un equipo empoderado y lo que necesitamos son inversionistas para seguir operando, pensé. Entonces, apareció Guillermo Jaime Calderón, empresario social mexicano que había creado propuestas de valor para las comunidades rurales de alta marginación. Él llegó a tomar las riendas de la empresa, a ayudarnos, dándole otro aire», revela Juan simón.

Guillermo Jaime, ingeniero civil, arrancó su vida emprendedora montando su primera empresa, dedicada a hacer viviendas a través del modelo de autoconstrucción asistida. Logró construir unas 80 mil casas a lo largo y ancho de México.

Cuando Guillermo se puso en contacto con ellos, Juan Simón y Alejo tenían que decidir entre abrirle la puerta a un emprendedor de otra generación, de otro perfil, de otro país, o abandonar la empresa.

Guillermo se sumó. Juan y Alejandro vieron un potencial en él y querían aprender, así que la decisión fue fácil. «En esto de emprender, el ego es el enemigo. Esta es nuestra primera empresa y Guillermo nos acortó caminos porque ya él había montado empresas», agrega Alejandro.

Para hackU, las empresas que salen del caos necesariamente encuentran el crecimiento. Asimismo, las que logran el orden alcanzan la rentabilidad.

Este fragmento hace parte del texto del capítulo sobre HackU en el volumen 13 de la colección Historias de Negocios Altamente Inspiradoras, que hizo nuestra plataforma de Negocios en Tu Mundo en coautoría mía con Vianette Monsalve, Andrés Toro Carvalho y Wilmar Vera.

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