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Por Roberto Astrálaga, director de soluciones en la Nube de SAP Región Norte de América Latina.

La adopción de la computación en la nube por parte de las empresas ha sido una tendencia constante durante los últimos años. Con la creciente digitalización y la necesidad de flexibilidad y eficiencia en los negocios, esta tecnología se ha convertido en una herramienta fundamental para enfrentar los desafíos del mundo empresarial actual.

Para el presente año, las expectativas de la industria auguran que se seguirán registrando crecimientos en los diferentes segmentos del mercado de la nube. La consultora Gartner prevé que “la infraestructura como servicio (IaaS) experimente el mayor crecimiento del gasto de los usuarios finales en 2024, con un 26,6%, seguida de la plataforma como servicio (PaaS), con un 21,5%”.

Beneficios como la flexibilidad, la escalabilidad y la eficiencia operativa son algunos de los aspectos que siguen impulsando su crecimiento en los entornos corporativos. Al hacer una transición a la nube, las empresas experimentan una dinámica totalmente diferente a la que tenían en modelos anteriores o tradicionales.

Para las organizaciones, esta herramienta proporciona una plataforma ágil que les permite adaptarse rápidamente a las cambiantes condiciones del mercado y escalar sus operaciones según sea necesario, sin que esto implique hacer inversiones en hardware, licencias o espacios físicos para la instalación de equipos.

Además, la nube ofrece una mayor seguridad y continuidad del negocio. Con protocolos de seguridad robustos y la capacidad de distribuir la carga de los recursos de manera flexible, las empresas pueden garantizar la protección de sus datos y mantener la operatividad incluso en situaciones de crisis.

Otro aspecto a destacar en la relación de las organizaciones con la nube es la innovación. Esto hay que analizarlo desde dos aristas: disponibilidad de nuevas tecnologías y un menor costo de adopción en la prueba o en la compra o la adquisición de las mismas. En la nube se pueden empezar a probar diferentes aplicaciones con diferentes funcionalidades, pero con un costo asociado muchísimo menor y más dinámico.

Si bien en la nube existe una extensa lista de aplicaciones, servicios y ofertas, cada organización debe entender cuál es su punto de partida y el objetivo de esta transición, para así delinear una estrategia sostenible en el tiempo.

Más allá de llegar a la nube

Sin embargo, su adopción no es simplemente una cuestión de migrar todas las operaciones de la empresa a un entorno digital. Es importante abordar cada proyecto de manera específica, identificando las necesidades y los desafíos de negocio particulares y seleccionando las soluciones en la nube que mejor se adapten a ellos. Esto implica identificar no solo el tipo de aplicaciones a usar como parte del proyecto, sino también el tipo de nube que se ajuste al mismo.

Los proyectos de transformación digital no pueden quedar solamente en el área de tecnología, sino que tienen que ir a todo nivel en la organización, por lo que las decisiones de migración a esta herramienta deben ser entendidas como procesos que demandan de una inversión y que requieren del respaldo de los líderes internos. Además, es crucial considerar la seguridad de la información y la privacidad de los datos en todo momento, implementando protocolos y metodologías de ciberseguridad que evolucionen continuamente para hacer frente a las amenazas emergentes.

De cara al futuro, las implementaciones de operaciones en la nube estarán cada día más enfocadas a la integración con soluciones de Inteligencia Artificial que les permitan a las organizaciones usar de manera más productiva la información de negocio que alberga la herramienta.

En definitiva, la adopción de la computación en la nube es una tendencia que seguirá en aumento en 2024 y más allá. Las empresas que aprovechen las oportunidades que ofrece la nube para cumplir con sus retos de negocio estarán mejor posicionadas para prosperar en un entorno empresarial cada vez más digital y competitivo.

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