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Por: Marcela Perilla, Presidente para la región Norte de Latinoamérica y el Caribe de SAP

En 50 años pasan muchas cosas. Hace medio siglo era difícil imaginar el mundo como lo concebimos hoy y la tecnología ha sido un gran gestor de esta transformación, la cual se ha traducido, en resumidas cuentas, en hacer mejor la vida de las personas.

Son 50 años de transformación desde que nació SAP, en los cuales el mundo cambió –y sigue cambiando– aceleradamente. Esto ha llevado a que la compañía se transforme a la par de los avances globales y la innovación ha sido la clave para responder a tiempo y de buena manera a esto.

En estos años se han vivido escenarios que implican grados de innovación más altos. Para no ir tan atrás en el tiempo, la pandemia fue un buen ejemplo de cómo el panorama puede hacerse desafiante de un momento a otro y de cómo la tecnología debe estar siempre presta a responder cuando es exigida al máximo.

Por eso, la utilización de diferentes innovaciones nos ha permitido ser más y más efectivos para entender el mercado. Entre ellas, la inteligencia artificial, el big data, la automatización y la robotización de los espacios en las plantas de producción, que han sido algunas de las propuestas de valor para convertirnos en un importante aliado para nuestros clientes.

Estos clientes, a su vez, han demandado estos servicios para enfrentar con innovación los retos que les plantean sus diferentes industrias. Y, precisamente, gracias a esa palabra, sumada al conocimiento y al valor de industria, miles de organizaciones han podido estar en el primer lugar en términos de transformación digital.

Ese trabajo con diferentes stakeholders nos ha permitido confeccionar estrategias de investigación y desarrollo para retos puntuales de distintos mercados. Gracias a ello, hoy aportamos en múltiples industrias, pero también aprendemos de ellas y de sus maneras de hacer y pensar los negocios.

A la par de la innovación y de ese objetivo de hacer más inteligentes las organizaciones, nos encontramos también con un reto que es cada vez más urgente y prioritario: sostenibilidad. Sabemos que las ganancias en términos monetarios no serán suficientes para pensar en cumplir 50 años más. Por eso, el fundamento a futuro es hacer de la sostenibilidad uno de los pilares de nuestra operación. No queremos brindar rentabilidad solo desde el punto de vista económico para los accionistas, sino también para las comunidades y el planeta.

Esta necesidad de pensar en negocios verdaderamente sostenibles la hemos transmitido a nuestros proveedores y a las compañías con las que trabajamos. En conjunto, podremos seguir esparciendo un mensaje de urgencia en un momento en el cual no se tiene que escoger entre ser sostenible y ser rentable: se puede llegar a ambas metas con la estrategia adecuada.

Han sido 50 años de cambios y seguramente el futuro vendrá con retos que hoy no se pasan por nuestras mentes. Sin embargo, con la innovación como el activo principal –de la mano de una estrategia sostenible y siempre presente– estaremos prestos a trabajar para resolverlos con altura.

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