A muchos bogotanos los ha tomado por sorpresa la decisión de la CRA de autorizar la evaluación del incremento de la tarifa de aseo en la ciudad. ¿Hay justificación para un aumento? Aquí, cifras y razones.
Mucho se ha hablado en estos días de la actualización de la tarifa de aseo que la Comisión Reguladora de Agua Potable y Saneamiento Básico (CRA) ha autorizado para Bogotá.
En los noticieros, cuando les han preguntado a los ciudadanos por esta medida, aseguran que les parece “el colmo” y que el servicio ya es muy costoso. Sin embargo, hablamos desde lo que creemos y no desde la realidad. ¿Usted sabe cuánto paga por concepto de manejo de residuos actualmente? Mejor aún, ¿usted sabe cuánto debería pagar por tener un servicio adecuado?
El tema es sencillo: una casa estrato 4 está pagando, en promedio, $30.000 por el manejo de sus residuos durante dos meses y, en general, las tarifas no sobrepasan los $120/kg (incluyendo transporte y disposición en relleno sanitario), un valor que parece irrisorio, sobre todo si se compara con los estándares mundiales, en los cuales los precios oscilan entre $135 y $375 por kilogramo para actividades de recolección en contenedores y disposición en rellenos con manejo de biogás y lixiviados.
Teniendo en cuenta este comparativo, ya estamos más del 10% por debajo de las tasas mínimas estándar, lo cual significa menos recursos para operar adecuadamente el sistema de manejo.
“En Colombia estamos más del 10% por debajo de las tasas mínimas estándar del mundo, lo cual significa menos recursos para operar adecuadamente el sistema de manejo de residuos”.
Ahora bien, la mayoría de países tiene tanto en la recolección como en el manejo de residuos componentes técnicos más avanzados que nuestra disposición en relleno sanitario: recolección selectiva, rutas especiales, infraestructura para separación en la fuente, recuperación del potencial energético (waste to energy) y otros sistemas de aprovechamiento de los materiales. Por lo mismo, los precios pueden llegar a los $900/kg (más o menos siete veces lo que pagamos actualmente).
Verdades del sistema, una apuesta local y nacional
Es claro que desde el 2015 la operación del Relleno Sanitario Doña Juana, sitio a donde van los residuos de la capital, no es la mejor, y muchos de los problemas son atribuidos por el operador a la baja tarifa que se paga.
Esta situación implica que diferentes actividades después de depositar los residuos en el terreno adecuado con geomembranas no estén totalmente financiadas y traigan consecuencias técnicas (inestabilidad de los materiales dispuestos o malas vías internas) y ambientales (malos olores o fallas en el tratamiento de lixiviados).
En vista de que nadie quiere que estas consecuencias se presenten, la solución parece evidente: hay que pagar más o, en su defecto, se debe buscar una alternativa al relleno sanitario, lo cual también supone recursos.
Quienes no quieren más relleno sanitario, están en lo correcto. Muchos países están reemplazando esta solución por múltiples actividades de aprovechamiento (en el caso de la parte orgánica, que es más del 60% de los residuos que generamos, se puede hacer desde compost hasta bioproductos). Y dichos procesos requieren inversiones y operación.
“Muchos países están reemplazando los rellenos sanitarios por múltiples actividades de aprovechamiento, pero dichos procesos requieren inversiones y operación”.
Por otra parte, no se puede olvidar que directa e indirectamente más de 150 mil colombianos derivan su sustento de la recuperación de materiales comercializables de las corrientes de residuos, antes de que vayan a rellenos sanitarios. En Bogotá, alrededor de 20 mil recuperadores de oficio, sin contar con las personas que trabajan en empresas de manejo y aprovechamiento residuos, aportan a ese 14% de residuos que en Colombia no se va a rellenos sanitarios y es aprovechado.
Esta labor, en muchos casos no es remunerada completamente a través de la tarifa, por lo cual se requeriría que una fracción más grande pasara a las empresas que se van consolidando desde la actividad informal, ¡y eso implica pagar otro poco más!
Entonces, ¿nos parece costoso lo que estamos pagando? La verdad, no. Incluso para un relleno sanitario la tarifa que tenemos es baja. Después de haber ingresado como país a la OCDE, la reflexión es aún más interesante: si deseamos soluciones más cercanas a las de los países OCDE, debemos pagar lo que pagan estos países.
Así que preparémonos desde ya para pagar por el manejo de nuestros residuos y trabajemos por generar menos y comprar solo aquello que al final de su vida útil se pueda aprovechar. De otra forma, estaremos botando no solo residuos, sino dinero.
José Alejandro Martínez
Director del Departamento de Sostenibilidad
Instituto para el Emprendimiento Sostenible
Universidad EAN
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