“La economía de Estados Unidos nunca ha estado mejor en la historia”, afirma Trump en casi todos sus discursos y de tanto decirlo los medios empiezan a repetirlo. Compran la moto, le reconocen ese punto para tratar de mostrarse ecuánimes en el cubrimiento y porque no tienen herramientas para contrastarlo o no les interesa. Critican a Trump en política exterior, corrupción, mala administración, pero terminan entregándole el ‘buen’ estado de la economía. La gente empieza a creérselo, lo repite en la calle y termina justificando su mala gestión con el hecho de que la economía supuestamente bien. Pero ¿Qué tan cierto es que la economía va tan bien como dice Trump y va bien para quién?
Hombre, si uno considera el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB es el total de la producción de bienes y servicios de un país en un cierto periodo), que ha crecido en promedio 2,5% en los tres años de gobierno de Trump, la cosa no va mal, aunque nunca históricamente bien como lo repite Trump. De hecho, Bush y Obama, llevaron la economía a crecer cerca de 6% y 8% respectivamente. Pero, además, el PIB no mide el bienestar económico de la de la gente sino la actividad económica de un país. Este índice de medición descarta la distribución del ingreso de los americanos.
Hay un chiste entre economistas que dice que cuando Bill Gates, uno de los hombres más ricos del mundo, entra a un bar, todos en el bar se vuelven multimillonarios por promedio. Un mal chiste que muestra lo poco acertado del PIB para medir el bienestar económico de un país. Al final, la concentración de la riqueza de Bill Gates no dice nada del estado económico del resto de americanos, aunque represente un aumento del PIB en EE.UU.
Precisamente, Estados Unidos tiene hoy el índice de desigualdad más alto en las últimas cinco décadas. Según la Oficina de Censo de Estados Unidos, en 1967 el índice Gini fue de 0,397 y en el 2018 pasó a ser 0.485 (1.0 es lo más alto, 0 lo más bajo). De hecho, un cuarto de los trabajadores americanos gana menos de 10 dólares la hora, salario que está por debajo de la línea de pobreza en Estados Unidos. Mientras tanto, los CEOs de las principales empresas del índice S&P 500 en Wall Street ganan en promedio 14,5 millones de dólares en el 2018, esto es 287 veces más que el americano promedio que ganó 39,888 dólares ese mismo año.
En cierto que los índices de pobreza y desempleo han disminuido. Además, el salario subió levemente, y el ingreso promedio de la familia americana promedio aumentó a 63 mil dólares por primera vez en la historia, esta vez sí. Pero estos datos que se ven bien en papel no tienen en cuenta que ajustando por inflación, el ingreso de las familias es el mismo que hace 20 años. Tampoco se tiene en cuenta que el costo vida de los americanos que ha aumentado un 14% en los últimos tres años y los costos de la vivienda, la salud y la educación han aumentado drásticamente en los últimos 10 años. De hecho, la renta aumentó un 28% en una década y los costos anuales de los seguros de salud aumentaron de 6,000 dólares en 1999 a 18,000 dólares en 2016. Dura realidad que obliga cerca de 13 millones americanos en edad de trabajar a tener dos trabajos de tiempo completo para poder llegar a fin de mes. Algo que pasa mucho en las ciudades grandes donde se trabaja para sobrevivir. (Vea los nuevos pobres)
Los buenos números simplemente no se reflejan en el bolsillo de los americanos forzando a que la mayoría de las personas se endeuden más. Entre las deudas por estudio, vivienda y consumo, el 87% de los americanos debe un promedio de 135 mil dólares. A esto hay que sumarle que a nivel macro el déficit fiscal viene aumentando desde que Trump llegó al poder y en el 2019 fue de 1 trillón de dólares, más del doble desde 2015. Déficit que le suma a la deuda pública de 22,7 trillones de dólares de EEUU en 2019 que cada vez crece mas impulsada por los recortes de impuestos de Trump a las grandes empresas y al incremento en el gasto militar, entre otros factores, que no prometen futuros ingresos al país.
Las palabras no reemplazan la realidad, decir que la economía va bien no hace que por arte de magia la gente tenga más bienestar económico. Así que la próxima vez que escuche que Trump se va a reelegir porque “la economía va bien”, no coma cuento. El bolsillo de los americanos está cada vez peor y eso se lo van a terminar cobrando en elecciones.
hola
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