Ingresa o regístrate acá para seguir este blog.

Oda Restaurante es un espacio bien peculiar ubicado en un rooftop del barrio Cedritos en Bogotá, un sector más residencial que comercial, poco explotado por propuestas de fine dining locales.

Inicialmente, el proyecto de los hermanos socios del lugar era crear un club de golf indoor, pero contaban con un local ubicado en el piso 11 de un edificio comercial con una vista excepcional y decidieron aprovecharla y complementar el proyecto con un restaurante.

La cuestión era que no querían un restaurante promedio, deseaban una propuesta de fine dining para impactar en el mercado bogotano. En primer lugar, consultaron con el chef Álvaro Clavijo, del restaurante El Chato. Él, les presentó a otro cocinero colombiano que regresaba al país luego de trabajar en restaurantes europeos y de Latinoamérica, Jefferson García.

Este unió las técnicas de cocina recopiladas durante sus viajes y se apegó a la tendencia del uso de producto local, sostenibilidad, reducción de residuos y aprovechamiento máximo de los ingredientes y diseñó una propuesta fresca, rica en texturas y nuevos sabores que rápidamente los ubicó entre los preferidos de los foodies capitalinos.

Así pasaron sus primeros dos primeros años con un prestigio que fue aumentando de manera sostenida y logró reconocimiento internacional el pasado mes de noviembre, cuando fue incluido entre los 100 mejores restaurantes de América Latina, en el ránking de los premios The World´s 50 Best Restaurants, ubicándose en el puesto 99 de la lista.

Nuevo menú y nueva chef en Oda Restaurante

 

En otras palabras, la cocina de Oda respeta las temporadas y disponibilidad de los ingredientes, trabaja de la mano con productores y cultivadores, e investiga en las distintas regiones (sobre todo en la zona Andina) para intercambiar conocimientos con los portadores de tradición y así sacar lo mejor de los productos.

Jefferson García pasó la batuta de los fogones a la que hasta hace unas semanas fue la sous chef del restaurante, Natalia Cocomá, que pasó también por la cocina del restaurante Central en Perú, a la que todos llaman con cariño ‘Coco’.

Una decisión que asegura una nueva, y yo diría muy prometedora etapa en el restaurante, pues a sus 25 años esta músico profesional y percusionista de la Orquesta Sinfónica de Bogotá, descendiente de la etnia indígena Pijao y proveniente de una familia dedicada a la apicultura, le apunta a seguir fortaleciendo el ADN de Oda Restaurante.

El comedor de los descubrimientos

A Oda, se entra por el salón donde están las distintas salas de indoor golf y el bar del restaurante, con una interesante propuesta de autor con bebidas inspiradas en las frutas, hierbas y bebidas de La Guajira y el Amazonas, los dos extremos del país.

Desde allí, además de la espectacular vista sobre la ciudad, se alcanza a ver la azotea de un edificio a pocas cuadras donde está la City Huerta, un proyecto de agricultura urbana que promueve el consumo de productos con historia y conciencia ambiental, y apoya a campesinos desplazados por el conflicto armado, y además provee la mayor parte de los vegetales del restaurante.

A un lado, unas escaleras llevan al comensal al piso inferior donde se inicia la verdadera aventura de Oda, que cuenta con una carta tradicional perfecta para probar muchos platos. Aquí un equipo de sala de distintas regiones del país, con una fuerte presencia femenina, le irán contando sobre el origen de los platos y de sus ingredientes.

Oda restaurante Bogotá

En mi visita, tuve la oportunidad de hablar un poco con ‘Coco’, que nos recalcó el proceso de sostenibilidad de Oda, el intercambio entre ellos y los productores para reducir desperdicios y aportarse mutuamente.

Por ejemplo, me contó que las mermas de Oda son el abono de las plantas de la huerta y ‘Coco’ misma aportó la cajita de abejas proveniente del colmenar de su familia que hoy contribuyen a la polinización de la huerta.

Me gustó poder disfrutar de mi almuerzo con un maridaje sin alcohol, y saborear bocados con sabores familiares y texturas sorprendentes, otro detalle que me gustó mucho fue la finalización de varios de los platos al momento de llevarlos a la mesa.

Empezamos nuestro almuerzo con una pequeña arepa de arroz servida con creme fraiche (un tipo de crema agria de técnica francesa) y semillas de millo de los Montes de María.  Las mollejas, muy tiernas, venían con yogur, yema curada y un extracto de manzana y apio; y los chorizos, acompañados de puré de arracacha, cebolla encurtida, acedera y crumble de pan de masa madre.

Luego llegaron los fuertes con el tartar de pesca del día, que venía con un exquisito pan de algarrobo, y bañado en una emulsión cítrica, piña, rábano de la huerta y pera fresca.

Pero fue el postre el que realmente dejó claro lo que es realmente Oda Restaurante: un crumble de sacha inchi, helado de yogur de arazá, pepino, cidrón y miel, acompañado de un pedacito de panal, para el deleite de los comensales.

Así, con esa sensación de cercanía con la naturaleza, finalizó la visita a Oda, un restaurante que puedo asegurar, seguirá ganado espacio en los listados internacionales.

Oda restaurante. Calle 140 N°. 11-45, torre HHC, piso M. Reservas: www.odarestaurante.com en Instagram: odarestaurante

***********************************************************************

BOCADITOS

El restaurante La Encina se renueva y amplía su menú

La Encina, en Bogotá, presentó su nueva carta, más evolucionada y con variedad de sabores, llevando su propuesta a otro nivel para llegar al gusto de más consumidores, sin dejar de lado platos como el Arroz de la casa, una propuesta con variedad de carnes como res, pollo y mariscos.  La Paella en sus diferentes versiones sigue siendo la preferida del menú, pues, entre otros detalles, el fondo de cada paella se prepara según su tipo.

Entre los nuevos platos están el Risotto cuatro quesos con un toque de parmesano crujiente o el Risotto de vegetales, además de pastas, Tataki de atún, trucha al ajillo con patacón o la ensalada La Encina, un mix de lechuga, pollo, huevo, champiñón, tomate, aceitunas con salsa miel mostaza.

A eso se suma un espacio con una decoración renovada creando una atmósfera más moderna con más iluminación y algunos toques de color que permiten que el espacio sea más acogedor y especial para los clientes y para organizar eventos sociales y empresariales.

La Encina. Calle 69 A N°. 5-36, zona G. www.restaurantelaencina.com.co Reservas: 310 3954039 – 6016957367.

Para más recomendaciones sigue mi cuenta en Instagram: @honomontes

 

Compartir post