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La tenacidad de Andrés Alecina no se detiene ante nada. Prueba de ello es su restaurante Hot Spot Wings, que debió cerrar antes de su primer año de apertura debido a la pandemia por Covid 19, superó una mudanza y un nuevo montaje en medio de la crisis, y a principios de este año recibió el premio ‘Las mejores Alitas de Bogotá’, por votación del público, durante el Festival Locos por las Alas, organizado por la plataforma Virtualfood.com

Y definitivamente son otra cosa. Hechas al carbón, sin apanar, solo impregnadas en la salsa durante su cocción, quedan muy jugosas y con sabor intenso, pues en su preparación se usan exclusivamente alitas provenientes de pollos campesinos.

Más que un empresario, Andrés es un amante y aficionado a la cocina. Cómo él mismo dice, receta que prueba en alguna parte, receta que replica en su casa hasta lograr el sabor original. Lo mismo pasó con las alitas de pollo estadounidenses que preparó una y otra vez hasta lograr su objetivo y desarrollar varias de las salsas que hoy tienen a Hot Spot Wings como uno de los preferidos en Bogotá.

“La receta original es la de un sport bar premiado por el canal FoodNetwork al que iba cuando vivía en Estados Unidos, las alitas eran al carbón, y no las apanaban ni las bañaban en salsa al momento de servirlas. Una de las meseras me contó cómo las preparaban, aunque no tenía la receta exacta. A mi regreso al país comencé a hacer pruebas y las dañé como diez veces, aumenté unos ingredientes, bajé las cantidades de otros, hasta que logré el sabor que buscaba”, recuerda.

Fue tanto el éxito que se convirtieron en las protagonistas de los paseos familiares y de amigos, hasta que una reconocida empresaria de restaurantes le habló del potencial de su receta para convertirla en un emprendimiento, lo que le quedó sonando a Andrés.

En marzo de 2019 abrió el primer punto de venta de Hot Spot Wings, en un edifico de la zona de la calle 93 cuyos operadores prometían convertirlo en el nuevo sitio de encuentro. Como muchos de los empresarios que incursionan en este tipo de negocios, pagó su ‘primiparada’, pues a los pocos meses debió mudarse de allí junto a los otros negocios con los que compartía espacio porque la cosa no funcionaba.

Al mismo tiempo, durante esta etapa y cuando solo llevaba un mes de abierto, se contactó con la compañía de condimentos y salsas McCormick, generando una alianza que le permitió participar en la feria Alimentarte de Bogotá y ofrecer sus productos con las salsas originales de la marca para conservar la identidad de las alitas al estilo americano.

Su menú incluye dos versiones con las famosas Frank’s Red Hot y la salsa BBQ Stubss, de Texas, el resto son resultado de su inspiración.

 A empezar de nuevo

Cuando cerró su local, prácticamente quedó en la quiebra y hasta su familia le decía que ya no siguiera con el proyecto. Pero Andrés refinanció sus deudas y en enero de 2020 inició de nuevo la búsqueda de local que lo llevó hasta una pequeña plazoleta de comida ubicada en la zona G, donde anteriormente funcionaba NN restaurante.

Ocho días después de firmado el contrato, y cuando apenas empezaban el nuevo montaje, se declaró la cuarentena nacional y todo se detuvo. Aun así resistió unos meses más y en junio por fin inició el servicio a domicilio.

“Mis arrendadores no me cobraron nada porque no pude abrir a tiempo, lo que me permitió continuar. Así que me activé nuevamente en redes y arrancamos de una vez; me convertí en el parrillero, en el cajero, el que recibía las órdenes… Empezó muy bien, solo en los primeros quince días vendí mejor que en todos los meses en el local anterior, pero apenas abrieron el comercio se acabaron los domicilios y tampoco venía la gente por temor”, recuerda Andrés.

Mientras pensaba cómo seguir, fue contactado por la plataforma Virtualfood.com para invitarlo a participar en el festival Locos por las Alas.

“Nos fue muy bien, pero en enero reiniciaron la cuarentena y volvimos a cerrar. Fue muy malo. A finales de ese mes, me avisaron que había ganado el premio del público a las mejores alas de la ciudad. Ha sido un sube y baja, pero Hot Spot Wings ya se mueve mucho mejor”, dice orgulloso de haber sobrevivido en el último año.

En este tiempo su menú ha seguido evolucionando, hoy, además de sus seis sabores de alitas, ofrece otros de temporada que a veces se quedan a petición de sus comensales. En este momento desarrolla una versión de salsa muy picante, que pronto ingresará a la carta.

Las opciones incluyen porciones desde 6 hasta 50 piezas, con sabores como Smoke BBQ (sin picante y con la original salsa BBQ Stubss, de Texas), Buffalo original, Dynamite (muy picante), Tebasaki, Oriental Sriracha (picante) y Lemon Pepper, que pueden acompañarse de los clásicos bastones de apio y zanahoria con salsa de queso azul, o de papas a la francesa.
El menú los complementan las costillitas de cerdo ahumadas por seis horas, cocidas al carbón y bañadas en salsa BBQ, y un postre inspirado en los clásicos masmelos y el chocolate.

En definitiva, una forma diferente de saborear y recordar los clásicos sabores americanos, o, como yo, de tomarle el gusto a las alitas de pollo, eso sí, solo como estas, hechas al carbón.

Hot Spot Wings. Calle 71 No. 5-65, NN Food Hall, Bogotá. IG: @hotspotwingscolWA:320 8384370. Cuenta con domicilios propios y Rappi.   https://thehotspotwings.com

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