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Debido a que los combustibles actuales son cada vez más limpios, es necesario implementar nuevos mecanismos de control y mantenimiento.

Luis Orlando Delgadillo, Secot.

Luis Orlando Delgadillo, Secot.


La contaminación microbiana de los combustibles es un problema que no solo afecta a los transportadores y a la cadena distribución, sino también a las personas del común y usuarios finales del combustible. Los daños que causan estos microorganismos a los motores, tanques y demás partes internas de los vehículos, así como a las infraestructuras de las Estaciones de Servicio son tan severos que se traducen en grandes pérdidas de dinero.

Los combustibles actuales y más limpios, que tienen mayores contenidos de biocombustibles y mínimos de azufre, han generado nuevos desafíos, entre ellos la contaminación microbial, de tal forma que los métodos y procedimientos tradicionales de mantenimiento y control, deben ser revaluados.

Para abordar el tema, invité a Luis Orlando Delgadillo, Gerente Técnico de Laboratorios Secot:

 

¿Por qué se da la contaminación microbiana?

Debido a las legislaciones actuales, que buscan minimizar el impacto de las emisiones de gases de efecto invernadero en el medio ambiente, hoy los combustibles son de mejor calidad y más limpios. Los niveles de azufre en diésel y gasolina son muy bajos -con característica preservante – además, hoy se comercializan mezclas de combustibles fósiles con biocombustibles, lo que se traduce en una mayor biodegradación por el desarrollo de crecimientos microbianos que, debido a las condiciones ambientales y a la disponibilidad de combustible como alimento. Así las cosas, las bacterias, hongos y levaduras tienen un ambiente ideal para su crecimiento y propagación de los mismos generando colonias o sarro.

 

¿Cuales son los efectos de esta contaminación en los tanques de combustible de las estaciones de servicio?

Los daños que causan estos microorganismos van desde la decoloración, desfibración, descamación y debilitamiento de las superficies incluyendo situaciones de corrosión inducida microbiológicamente (MIC) en los tanques de las estaciones con daño a su infraestructura, siendo estos tan severos que se traducen en grandes pérdidas.

 

¿En cifras cuánto pierde o cómo se ven afectadas las estaciones de servicio por esta problemática?

Los costos anuales de los procedimiento tradicionales de mantenimiento en la cadena minorista de combustibles oscilan entre $4’500.000 y $12’000.000 de pesos, dependiendo del número de tanques y su condición, costos que no se reducen y que año tras año pueden estar ocultando una realidad de deterioro de la infraestructura por la acción corrosiva y degradación de materiales causados por microorganismos. Situaciones que, dependiendo del tamaño y grado de colonización que tengan los tanques, pueden generar mantenimientos correctivos adicionales que van desde los $7’000.000 de pesos y que incluso en algunos casos críticos puede llegarse a la necesidad de cambiar el tanque, cuya inversión no es inferior a los $50 millones de pesos.

 

¿Y en vehículos? ¿Cuales son los efectos de la contaminación microbiana?

La contaminación microbiana en los vehículos tiene importantes afectaciones dado que obstruye los filtros de combustible, tapona los inyectores y afecta las diferentes piezas del sistema de inyección. Esto obliga a cambios o reemplazos prematuros y limpiezas adicionales; además ocasionan pérdida de potencia, mayor consumo de combustible y por ende mayores emisiones y costos.

 

En cifras, ¿Cuánto pierde o cómo se ven afectados los propietarios de vehículos?

En vehículos pequeños, los costos pueden ir desde los $700.000 hasta $4 millones de pesos. Este valor aumenta en vehículos de mayor tamaño y de tecnologías más exigentes, en cuyos casos pueden rondar los $17 millones de pesos, llegando incluso a $50 millones de pesos para vehículos diésel de última tecnología.

 

Entonces ¿Qué solución propone y cuánto cuesta?

Existe la empresa PQUA, quienes después de una larga investigación realizada por Colombia de la mano de nuestro Laboratorio SECOT, evidenciaron y entendieron la problemática que les permitió desarrollar PQUA, un programa de seguimiento y control de la calidad de combustibles. Es una propuesta de valor que cuenta con la certificación PQUA Premium Quality Fuel (Combustible de Calidad Premium). Los costos de implementar PQUA dependen del tamaño de la estación, del número de tanques y de otras variables técnicas que son necesarias considerar como por ejemplo el grado de deterioro en el que se encuentren los tanques. Es un proceso que inicia con la toma de muestras y avanza hacia un diagnóstico y corrección.

 

Finalmente ¿Con qué frecuencia se debe hacer mantenimiento a los tanques de almacenamiento?

Debemos tener claro que un mantenimiento es una intervención mayor para atender algún requerimiento que atañe a la integridad física del tanque, por ejemplo una fuga, perforación, descamado, o desfibración, entre otros. Cualquiera de estos casos se atiende de inmediato. Con referencia a las prácticas actuales de seguimiento a la calidad del producto —los llamados drenados de fondo— las empresas que prestan ese servicio lo hacen cada 3 o 4 meses. Con el programa PQUA esa frecuencia se reduce sustancialmente a una vez al año con el objetivo de espaciarlos aún más y llegar a una vez cada dos años.


 

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