2013 ha sido un año en el que vieron la luz algunos de los mejores modelos de smartphones Android construidos en su corta historia. Desde que el HTC One y el Samsung Galaxy S4 fueron presentados, ningún androide había capturado tanto la atención antes de su lanzamiento como el Moto X de Motorola, una empresa que en los últimos años había perdido el rumbo y solo le quedaban gratos recuerdos del RAZR, un emblemático teléfono lanzado hace 10 años.
Sin embargo, desde que ‘Papá Google’ adquirió a Motorola por 12.500 millones de dólares, las cosas cambiaron y -de la noche a la mañana- la compañía adquirió un nuevo apellido (Mobility) y presentó el Moto X, su smartphone insignia que viene cargado con suficientes golosinas como para elevar su baja cuota del mercado, cercana al 1% a nivel mundial.
Luego de tenerlo en las manos por un par de semanas, les cuento que el Moto X no es tan elegante como un teléfono premium, pero tampoco tan modesto como otros teléfonos plásticos.
Con un diseño sencillo y una espalda prominente similar a la del HTC One, el Moto X es tan natural y liviano (130 gramos) que casi ni se siente al llevarlo. Uno creería que por su pantalla de 4,7 pulgadas es un teléfono grande, pero no hay tal, ya que las orillas –además de venir sutilmente afiladas- están a escasos milímetros de la pantalla, cosa que reduce el tamaño de la carcasa.
Agréguele a esto un delgado perfil y unos bordes redondeados, y tenemos la sensación de estar ante un teléfono más delgado (10,4 milímetros de espesor) y compacto de lo que dicen sus medidas (129,4 x 65,3 milímetros).
Recibí un modelo de color negro cuya carcasa de polímero tiene alma de kévlar y acabados que simulan fibra de carbono con un engomado final que se siente muy agradable al tacto y provee buena ergonomía y seguridad para sujetarlo sin temor a que se deslice.
Algo que me gustó de inmediato fue la funcionalidad de voz activa con la cual el Moto X escucha continuamente nuestra voz –así esté bloqueado- y al decir las palabras mágicas ‘Okey Google Now’ podemos ordenarle un comando o hacerle una pregunta. De inmediato, el celular interpretará la orden y la ejecutará sin pulsar ninguna tecla. Así las cosas, le dije ´Okey Google Now, despertarme a las seis y treinta am’ y como por arte de magia, la alarma quedó establecida automáticamente a esa hora.
Esta característica opera con un chip independiente que rastrea continuamente nuestra voz y -en conjunto con Google Now- proveen una tecnología similar a Siri de Apple, pero que todavía no es tan precisa al interpretar los comandos.
Pasemos a la pantalla. Fabricada con Gorilla Glass, este panel de 4,7 pulgadas (1280 x 720 píxeles) no defrauda para nada al entregar imágenes, fotos y juegos vibrantes, aunque de menor calidad que el HTC One (que tiene pantalla Súper LCD) y que el Samsung Galaxy S4. Por ser del tipo AMOLED, las imágenes tienden a quedar altamente saturadas, especialmente en tonos naranja y rojo. Por ser un panel a 720p, hay mayor pixelación que otros dispositivos de 1080p, pero la diferencia es tan mínima que no se detecta fácilmente a simple vista.
Conservando la herencia de sonido de Motorola, los parlantes del Moto X son muy buenos, y entregan un gran nivel de desempeño en la mayoría de circunstancias de uso incluyendo reproducción de música, llamadas por altavoz y videos desde Youtube. Al escuchar el tema Intense, fue posible sentir con total claridad las notas del violín de la Royal Concertgebouw Orchestra y todos los colores melódicos, el retumbe de la percusión y los samplers de Armin van Buuren sin ninguna distorsión a máximo volumen.
Aunque Motorola anunció con bombos y platillos que el Moto X brindaría un nivel de personalización único con más de 18 colores de carcasas, texturas en madera, palo de rosa y ébano, diferentes tonalidades para el borde, botones y anillo de la cámara, lo cierto es que estas características solo están disponibles para los usuarios de AT&T en los Estados Unidos y no llegarán a Latinoamérica –al menos este año- región donde ya empezó a venderse en dos colores: blanco o negro. En Colombia, los operadores Claro (438.444 en postpago a 24 meses) y Tigo (desde 430.000 hasta $750.000 en postpago según el plan) ya lo tienen en sus anaqueles.
Un aspecto positivo es la función Active Display, que muestra a intervalos de tiempo las notificaciones y la hora incluso cuando está dormido, algo que evita tener que encender el teléfono para saber si hemos recibido mensajes, llamadas o notificaciones. Al principio, pensé que esta característica iba a agotar rápidamente la batería, pero la verdad, consume muy baja potencia.
La posibilidad de acceder rápidamente a la cámara y dejarla activa con solo sacudir el teléfono un par de veces, es por sí misma, una funcionalidad encantadora. Además de que las fotos pueden tomarse tocando cualquier parte de la pantalla, esta característica evita que se pierdan escenas de oro al tratar de prender el celular, desbloquearlo, activar la cámara y presionar el disparador. Se trata de una de las funciones de cámara más rápidas que he probado en un smartphone.
El Moto X es un dispositivo que tiene la suficiente sustancia y diversión como para competir de tú a tú con los más encopetados teléfonos premium hasta hacerlos ver aburridos y tristes. La calidad en su construcción y acertada duración de la de batería de 2.200 miliamperios (con uso intensivo en datos, voz, video y reproducción de música, tuve para más de 10 horas de autonomía) contrasta con sus bien logradas innovaciones que sorprenden a quienes se les hace una demo en vivo.
Por sus especificaciones promedio, el Moto X debería tener un menor precio, ya que no cuenta con ranura para memoria externa y su procesador a 1,7GHz (Qualcomm Snapdragon S4 Pro) –aunque es de doble núcleo- está en el rango del Samsung Galaxy S3 y Sony Xperia Z, que tienen precios menores. Sin embargo, este chip es lo suficientemente capaz para ejecutar cualquier app o juego con un desempeño más que decente.
Muchos comentan que el Moto X es la suma de todos los promedios de la industria. Otros, que ha sido locamente diseñado. Por mi parte, pienso que es un teléfono para disfrutar con los sentidos.
Con el Moto X, Motorola está tomando un enfoque diferente. Se trata del diamante en bruto con el que la compañía confía en atraer consumidores que la hagan recuperar su esplendor. Creo que la sombrilla de Google le servirá para redefinir el juego.
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