El Bastión Luxury ha dado en el blanco al agregar valores emocionales a la experiencia del huésped de lujo.
Ana María Azicri, Gerente General, Bastión Luxury Hotel Cartagena. (Foto DRA).
El lujo, un concepto comúnmente asociado a cosas refinadas, exclusivas y costosas, ha dejado de tener una connotación negativa para convertirse en un componente clave de la industria hotelera.
Y digo negativa, ya que por muchos años ha transmitido la idea de que es algo reservado solo para los ricos y que no sirve para nada, más que para gastar plata.
Al menos así lo considera la RAE: “Abundancia en el adorno o en comodidades y objetos suntuosos”, o “Aquello que supera los medios normales de alguien para conseguirlo”.
Pues bien, para profundizar en el tema, invité a Ana María Azicri, ella es gerente general de Bastión Luxury, una propiedad ubicada en plena calle Sargento Mayor del Centro Histórico de Cartagena de Indias.
Las cosas han cambiado del cielo a la tierra en la hospitalidad de lujo, dice esta Administradora de Empresas Turísticas de la Universidad Externado al recordar que -durante décadas-, muchos de los hoteles considerados como ‘lujosos’ acudían a decoraciones ostentosas cargadas de adornos, muebles rimbombantes y cortinas con enormes pliegues.
“Hoy, la hotelería de lujo se ha convertido en un concepto que va más allá de las lámparas colgantes y el mármol sólido en el lobby. Es devolver el lujo a sus raíces: algo bello, raro, pero sobretodo de gran valor emocional”, asegura. Bajo esta nueva visión la personalización hace la diferencia. “Con ella, se logra tocar el corazón de los huéspedes, sus emociones”.
TURN DOWN
Lograr esto no es tarea fácil. El Bastión Luxury, se vale de una serie de momentos de verdad como el turn down, un segundo servicio de camareras que ingresa a la habitación al caer la tarde y cuya finalidad es preparar la cama para su uso.
“Una vez regrese, encontrará detalles muy agradables como la cama abierta, las luces tenues, las cortinas cerradas y una hoja de lavanda sobre la almohada. Eso le ayudará no solo a conciliar el sueño más rápido, sino también a sentirse especial, importante”, prosigue Azicri.
Algo similar sucede con las pantuflas y el albornoz, un par de elementos infaltables en el baño de cualquier hotel de lujo, pero que en el Bastión Luxury vienen acompañados de una bandeja de chocolates finos, un conejito bordado y una bolsa repleta de amenities de Loto del Sur, un fabricante reconocido por sus productos artesanales.
SIMPLICIDAD, EL PILAR
A propósito de artesanal, me he dado cuenta de que esta palabra, junto con ‘orgánico’ y ‘natural’ están casi siempre presentes en las descripciones de la hospitalidad de lujo. Sin embargo, en el Bastión Luxury el lema parece ser ‘simplicidad’.
Sus pasillos y balcones elaborados con materiales naturales y elementos industriales no solo le dan un toque de elegancia, sino que crean un ambiente minimal que induce a la relajación. Nada es grandilocuente ni exagerado. De hecho, un detalle que llama la atención son los muros expuestos, pelados, que simulan las murallas cartageneras.
LA JOYA DE LA CORONA
Inaugurado en 2014 y considerado como ‘La Joya de la Corona’ por GHL, esta propiedad se ha convertido en el destino perfecto para los enamorados. “Son muchas las parejas que se hospedan para pedir la mano, pasar la luna de miel y celebrar aniversarios”, continúa Ana María.
A los ojos de esta ejecutiva, ningún pedido es extravagante. El viajero de lujo ya no se conforma con cosas suntuosas durante el viaje. Resultan más importantes las experiencias de viaje y publicar sobre ellas, especialmente en Instagram. “Contarle al mundo que vivió algo único, especialmente en compañía de su pareja, es superior a muchas otras adquisiciones materiales”, remarca.
«El viajero de lujo ya no se conforma con cosas suntuosas durante el viaje. Resultan más importantes las experiencias personalizadas.»
COCINA DE AUTOR
La gastronomía es un engranaje infaltable en la experiencia. “En la industria es inconcebible un hotel de lujo sin un restaurante de lujo”, recalca Ana María, haciendo referencia a Gobernador by Rausch, una marca franquiciada de comida de autor a cargo de Viviana Liévano, quien elevó el listón de los restaurantes cartageneros con preparaciones sorprendentemente elaboradas que utiliza ingredientes locales y cocina internacional.
Entre sus innovaciones figura una entrada de camarón, berenjena, ají dulce y papaya. También la costilla de cerdo braseada, que viene con palmitos, puré de arepa santandereana y cebolla ocañera, “un manjar de dioses”, dice Ana María, quien resalta el postre ‘Coco loco’, una preparación cremosa con piña colada, espuma de coco y raspado de ron Zacapa.
“Son experiencias personalizadas que cambiaron la industria del lujo con ambientes de ensueño y vivencias exclusivas que invitan a visitar una y otra vez la ciudad”, finaliza Azicri.
Ya lo había dicho el novelista inglés Charles Kingsley: “Actuamos como si el lujo y la comodidad fueran lo más importante en la vida, cuando todo lo que necesitamos para ser realmente felices es algo para entusiasmarnos”.
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